"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 29 de mayo de 2014

"Lo efímero"



El partido de la Champion ha removido en mí sensaciones increíbles. Me ha proporcionado ocasión de trascender a algo más que un partido de fútbol. Para empezar no lo era; esa noche se enfrentaron dos equipos españoles, de la misma ciudad, con dos aficiones impresionantes...Con el mismo derecho a ganar.
Para mí – y confieso que soy desde mi más tierna infancia seguidora del REAL MADRID -¡ Ah, Santillana de mis amores! - resultaba por otro lado un duelo donde la solidaridad con el más débil , tan propia de una piscis, me empujaba a defender a los rojiblancos frente a la fría lógica de que uno debe defender lo suyo. Me costó un tira y afloja con mis sobrinas ( una hasta me mandó a acostar) porque les impulsaba más el anhelo de ganar que la justicia.
Tenía a mis dos hermanos divididos también, el mayor del Atleti – ilusionado, por supuesto pero con ese sentimiento trágico de la vida que acompaña a los de su club de que lo más lógico era perder – y al segundo, acérrimo madridista, confiado en la victoria.
Además tengo amigos de ambos bandos y por si fuera poco, mi adorado Sabina militando de rojo y blanco. O sea, el corazón partío.
Y va y empieza el juego y durante 90 minutos hay un ganador evidente , el Atleti. Lo tocaron con los dedos, con los ojos, con el corazón... Claro que cometieron un fallo: no afianzaron la victoria. Y no se puede decir que no trabajaran porque resultó evidente que terminaron agotados. No voy a desmerecer el trabajo del Madrid , que estuvo parejo con el de su contrincante, pero estaba claro que no era su día; Ronaldo no daba una y el resto tampoco estuvo muy acertados. Bale insistió, es cierto, y Sergio ni digamos. Hasta que lo consiguió. Pero...En el minuto 93.
O sea, que de haber tenido una duración normal el partido, ahora la Copa no estaría en las vitrinas del Madrid sino en las del Atlético; los hinchas no se habrían vuelto locos en Cibeles sino en Neptuno... La felicidad de unos habría sido la tristeza de otros.
Sin embargo, el árbitro decidió dar 5 minutos extras. Y todo se mudó. Del sabor al sinsabor. De la alegría, a la tristeza.. En sólo 3 minutos. Eso le bastó a Ramos para cambiar la Historia. Porque en el futuro nadie recordará que la Décima se ganó en minutos de descuento, sólo dirá que se ganó.
Y para remate, el chulesco 4-1 que en nada reflejó la verdad de un partido que no mereció ese final. Contemplar a esos jugadores que habían rozado la gloria ya exhaustos por el esfuerzo tragarse tres goles más fue una aberración.
Comprendo la alegría del Madrid, aunque no la compartí – y me sentí más que culpable porque yo había rogado a mi bruja interior para que al menos tuviéramos un gol, por aquello del pundonor y no quedarnos 0-1, pero así no. Así no me complace ganar. Y menos a quien lo dio todo y perdió una vez más.
Lo siento, ya sé que voy de ilusa por la vida. No obstante, ese resultado me hizo pensar en cuantas veces no habremos vividos instantes así sin saberlo siquiera...Cuántas veces no habremos estado a un pelo de conocer a esa persona que se ha cruzado en nuestro camino y la hemos dejado escapar por no corresponder a una mirada o una sonrisa, cuántas veces mis novelas habrán estado en un lado del escritorio de quien las leía y ha decido pasarlas al otro, al de las que no merecen la pena – aunque tuve la suerte de que un editor SI creyó en mí -, cuántas veces habré podido ayudar a alguien y por estar colgada de mi mp3 ni siquiera lo he visto, cuantas veces se habrán perdido vidas en un accidente por un instante de descuido, cuántas veces se habrán ganado por una reacción a tiempo ...
¡Cómo de efímeros son los momentos de la vida! ¡Cuántas cosas pueden cambiar en un segundo y nosotros sin saberlo!
Me produce un extraño sinsabor y al mismo tiempo cierto regocijo por el misterio.
Supongo que eso es la vida. Como la Champion. Hoy ganas y al instante pierdes. O viceversa.


 Lo efímero" by Mercedes Gallego is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
Licencia de Creative Commons



























































































"

martes, 27 de mayo de 2014

"El crimen fue en granada" Antonio Machado ( 1875-1939)




1. El crimen

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
 ¿sangre en la frente y plomo en las entrañas?
... Que fue en Granada el crimen
sabed ?¡pobre Granada!?, en su Granada.

2. El poeta y la muerte

Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
¿Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque? yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»

3.

Se le vio caminar...
Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

martes, 20 de mayo de 2014

" Revolución " Amaral





Somos demasiados y no podrán pasar
por encima de los años que tuvimos que callar,
por los libros prohibidos y las entradas secretas.
Por todos los que un día se atrevieron a gritar
que la tierra era redonda y que había algo más
que dragones y abismo, donde acababan los mapas.

Por la noches de vacío cuando te ibas a dormir,
esperando que la suerte volviera a sonreír,
con los ojos abiertos esperando un milagro.

Siento que llegó nuestra hora,
ésta es nuestra revolución.

Somos demasiados y no podrán pasar
por encima de la vida que queremos heredar,
donde no tenga miedo a decir lo que pienso.
Por todas las canciones que empiezan a nacer
para no ser escuchadas y al fin lo van a ser.
Cantadas con rabia por los que siempre callaron.

Siento que llegó nuestra hora,
ésta es nuestra revolución.
Somos una luz cegadora, fuerte,
más brillante que el Sol.

Revolución. Este es el día de la revolución.

Siento que llegó nuestra hora,
esta es nuestra revolución.
Porque creo que éste es el momento de olvidar lo que nos separó
y pensar en lo que nos une.

martes, 13 de mayo de 2014

"Ausencia oscura"



Todas las ciudades del mundo me son extrañas
 y a la vez amigas;
 en ninguna parte estuve antes
 y sin embargo,
 al transportar tu imagen a cada una
 se me parece conocida.
 Llenas con tu ausencia oscura
 rincones que nunca conocimos juntos
 e iluminas fugazmente los hogares
 por los que paso con sonrisa triste.
Viajas a la par conmigo
 porque te llevo dentro y fuera de mi mente,
me acompañas dulcemente en el retiro
que me impuso tu amor al despedirse
 y acaricias como el aire mi mirada
 que te busca entre la gente inútilmente.

 27/ 09/ 1989

 Licencia de Creative Commons
"Ausencia oscura" by Mercedes Gallego is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.

jueves, 8 de mayo de 2014

"Semblanzas" ( Mujeres de carne y hueso)

Con este artículo pretendo iniciar una serie acerca de mujeres que, de un modo u otro, se han cruzado en mi camino. Mujeres anónimas en la mayor parte de los casos, distinguidas sólo por sus familias y amigos, la gente que ha tenido o tiene la suerte de conocerlas. Unas destacarán por su fortaleza, otras por sus capacidades y el resto por cualquier motivo que haya bastado para que yo me quite el sombrero y las traiga a a mi blog, para que sepáis de sus vidas. 



Comenzaré con dos mujeres cuyos caminos se entrecruzaron por culpa de un hombre. La una fue la madre; la otra, la esposa.
 De la primero puedo contar que se llamaba Carmen y nació con el siglo XX . Fue la mayor de siete hermanos a los que, dado el organigrama de la época, le tocó cuidar. Su familia gozaba de buena posición económica aunque eran trabajadores, dedicados al negocio de la calderería; no sólo tenían un taller sino que viajaban por las ferias importantes para vender la mercancía. Carmen también acompañaba a los miembros varones de su familia; les hacía la comida, les lavaba la ropa, vendía y se quedaba a dormir en el puesto sobre un simple jergón igual que el resto. En uno de esos viajes les acompañó un joven vecino, Fernando, que necesitaba dinero para independizarse de su familia ( aquí entra en escena una terrible madrastra de la que no daremos parte) y se prendó de ella con la suficiente insistencia para que Carmen lo aceptara por novio. Carmen no era gran cosa, bajita y de ojos claros , pero tenía un carácter de mil demonios. Su tenacidad la llevó a mantener un matrimonio con seis hijos y un marido enfermo de corazón durante once años. Cuando Fernando murió, acogió huéspedes en su casa para dar de comer a su prole y abrió una taberna a la que asistían los parroquianos de puro limpia que era, y no por el carácter de la tabernera que resultaba agrio a más no poder. Decían de ella que se arremetía la falda entre las piernas y decía Aquí no hace falta ningún hombre para defender mi honra, conmigo me basto y sobro. Y vive Dios, que jamás tuvo mala fama en el pueblo por mucho que los señoritos y trabajadores se tomaran allí su chato de vino. Razones tenía la mujer para su falta de humor ya que aparte de perder a su marido fue dejando por el camino al resto de sus hijos hasta quedarse sólo con el pequeño de cinco años. Las hijas que más le duraron contaban trece y siete años y de haber tenido antibióticos se hubieran salvado, pero hablamos del año 40, en una España donde tal adelanto no existía. Sobrellevar ese dolor, mantener su casa y las de algunas de sus hermanas que tampoco tuvieron mejor fortuna, la convirtió en una mujer que lo mismo servía para un roto que para un descosío. Me consta que hacía de cocinera y de enfermera con la misma precisión; la gente acudía a ella cuando necesitaba un plato de comida o cuando se presentaba un parto o una herida que coser. Participó en el negocio de su familia a través de su hijo, quien sólo levantaba un palmo del suelo cuando se inició en el oficio. Y cuando se murió a los 81 años a causa de un cáncer de colon aún seguía manteniendo ese carácter indómito que le hacía insultar a sus nietas si las veía fumar o llevar pantalones demasiado cortos porque se le hacían cuesta arriba los adelantos de la época.
 La otra mujer procedía de un entorno bien distinto. De padre aperador  (hacedor de carros y ruedas), el mejor de Don Benito al decir de sus clientes, y de madre con tierras, estudió en un colegio para señoritas hasta los quince años; sin embargo, le tocó padecer la pena de perder a su único hermano varón que sólo tenía veintiún años, afectado del corazón a los tres años de haber perdido a su madre de tuberculosis. La juventud se le fue en lutos y entremedio conoció a dos hombres que le tocaron el corazón pero no llegaron más lejos. Sí lo haría Manuel “el calderero”, quien juró y perjuró que no se casaría con otra mujer que no fuera Brígida, aunque su madre, aterrorizada por haber perdido tantos miembros ya de su familia y viendo que la otra casa no iba por mejor camino, se negaba a aceptarla temiendo por la vida de su hijo. No obstante, venció la tenacidad de Manuel y el romanticismo de Brígida y ambos contrajeron matrimonio en el 55. A partir de ese momento, mudó su vida de señorita arruinada ( ya que los caudales se le fueron a su padre con el cambio de moneda de la república y los intentos que el hombre hizo por recuperar a Mercedes de la enfermedad que se la llevó) a esposa de trabajador y nuera de posadera. Excepto cocinar, le tocó de todo. Lidiar con huéspedes, parir cinco hijos, perder a su padre y a su hermana también por enfermedad, y soportar una suegra que jamás tuvo unas palabras de aliento para ella excepto en el momento de su muerte.
 Atrás quedaron sus sueños de estudiar, su interés por la astronomía, sus ansias de conocer otras culturas...Se adaptó al mundo que le tocó vivir y procuró que sus hijos mantuvieran siempre la mente abierta, que fueran valientes y disfrutaran de un mundo nuevo y diferente al que ella no pudo acceder...Con todo, su imaginación siguió latente, sus ganas de aprender que la llevaron – y llevan , a Dios gracias – a leer casi todo lo que encuentra, a perderse en su mundo de números que la apasionan, a realizar labores con una destreza que asombran a quien la observa...
 Ni que decir tiene que he comenzado esta serie con dos mujeres que han marcado mi existencia por su ejemplo y porque las llevo en los genes: mi abuela paterna y mi madre.
 Si dicen de mi hermana y de mí que somos tercas, sinceras, fuertes y generosas no es porque nosotras nos inventáramos esos valores; es que nos los otorgaron ellas. 

Licencia de Creative Commons
Semblanzas.( Mujeres de carne y hueso) by Mercedes Gallego is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.

martes, 6 de mayo de 2014

" QUÉ DESESPERO" Carlos Cano



Al recuerdo de un hombre que enamoraba sólo con su voz.

 Cuando pienso en tu boca
Siento en mi boca
Dulce calor
Como si fuera un sueño
Se va encendiendo en mi la pasión

Al ritmo lento y lento
Con un bolero, llega el amor,
Oye de madrugada como te llama mi corazón

Ven que no puedo sufrir más
Ven que no se vivir sin ti,
Ven que me falta tu calor
Que tengo ganas de ti
Me muero sin tu amor

Que desespero, que desespero, amor
Que arde mi corazón
Como un lucero,
Y yo tan sólo, y tú tan lejos
Que desespero amor, que desespero.

Dame cariño lento,
Dime cositas, con emoción,
Acércate despacio,
Pon en mis labios, mi corazón

Y yo tan sólo, y tú tan lejos
Que desespero amor, que desespero.

jueves, 1 de mayo de 2014

Testamento vital



El pasado viernes, 25 de abril, mientras los portugueses festejaban su día, mi primer pensamiento al despertar fue para mi padre. Era el séptimo aniversario de su muerte, aunque eso ya lo sabéis quienes me seguís y leísteis mi articulo a su memoria. Sentí una especie de dulzura en el pecho y lo primero que vino a mi mente fue “ Hola papi ¿ cómo estás? Echo de menos que no estés viviendo estos pequeños momentos de entusiasmo que son hoy mi vida “ Aunque en el fondo sé que sí los está disfrutando.
Soy un poco rarita en el tema éste de la muerte. Llevo años pregonando que no me da miedo morirme y creo que lo digo en serio. Y eso que ya no soy creyente; aunque tampoco es que cuando lo fui lo tuviera muy claro. Desde joven he pasado por distintas fases : tras la muerte no hay nada y qué mas da si ya no vas a enterarte; existe la reencarnación ( por eso estoy convencida de haber sufrido muerte en la hoguera a manos de la Inquisición – soy bruja, eso lo sé; aunque blanca - ), tiene que haber algo porque la materia nace, se reproduce y se transforma, no muere, etc, etc.
 Ahora no sé dónde situarme. Puede que en un limbo donde se aúnan todos esos conceptos. Desde luego sería una pena que desapareciéramos para siempre con lo corta que es la vida. Yo me pido al menos dos más para que me dé tiempo a hacer todo lo que considero imprescindible: seguir escribiendo, viajar, leer … amar a más a más personas. Van entrando en mi pequeña parcela gente variopinta a la que el día a día no me permite conocer a fondo, y las horas no vuelan es que no están... ¿ Cómo vamos a vivir tan breve tiempo y ya está? Esa cosa que algunos llaman Dios,otros Creador y otros como les dé la gana – yo, Energía Positiva – no va a traernos aquí para hacernos la faena de durar menos que una hormiga. Y eso para lo que llevamos una buena vida; si me pongo a pensar en las criaturas que mueren jóvenes o las que sólo han conocido desgracias entran ganas de pegar una patada a eso que sea que nos gobierne ( si lo hay) en su amplio e invisible trasero.
 En fin, que no. Que la VIDA es demasiado maravillosa, demasiado infinita como para que nos acabemos en un rato. Y donde quiera que vayamos a parar, allí está mi padre. Así que papi, sí; soy feliz en estos momentos. He publicado una novela, he aprendido a cocinar, conduzco con moderada destreza, he tenido sobrinas a las que adoro como si fueran mis hijas, he amado y me siento amada...O sea, que he cumplido el listado que escribí hace unos cuantos años con lo que esperaba que fuera mi vida. Pero con todo, aún me queda otra lista aún más larga por experimentar.
Así que la muerte, aunque no me dé miedo, tendrá que esperar.


Licencia de Creative CommonsTestamento vital by Mercedes Gallego is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.