"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 27 de octubre de 2016

"Gertrude Bell"



Estoy convencida de que si en cualquier clase de Historia de cualquier lugar del mundo se preguntara quién fue Gertrude Bell ni un solo alumno levantaría la mano. Si cambiamos de protagonista e interrogamos sobre Lawrence de Arabia, con un poco de suerte un tercio lo habrá visto en una película o le sonará de algo.
Ya estamos con lo de siempre. Los hombres en la Historia y las mujeres en la intrahistoria.
Ni que decir tiene que en los libros de texto no aparece. Vamos, yo porque soy un declarada feminista y me he molestado en buscar chicas interesantes para mostrárselas a mis alumnas y ya sabía de su existencia, pero en general el ostracismo es total. No se sabe nada de cientos y cientos de mujeres que realizaron hazañas asombrosas. La Historia parecen haberla llevado a cabo los hombres, solo ellos.
Ya lo discutí en mis artículos sobre Mujeres de la Historia así que si alguien está interesado se puede pasar a leerlos. Escribo esto porque anoche visioné la película “La reina del desierto” protagonizada por Nicole Kidman y me entraron ganas de alzar la voz un pelín para los que no la habéis disfrutado. Con todo, más intenso que la película es el artículo que escribió en 2014 Julio Arrieta en El periódico.com. Aunque claro, las imágenes impactan de un modo distinto. Su labor de documentación te amplía horizontes; por ejemplo algo que elude mencionar la peli, supongo que porque es incomprensible en una mujer tan decidida, es que fuera antisufragista , o sea que no consideraba a sus congéneres dignas de votar. Cierto que su experiencia era que las mujeres ingleses resultaban bobas perdidas, pero vamos, no todas las féminas pertenecían a su estatus social, e incluso dentro de este, algunas se salvaban; pero en fin, quedaba poco lógico y lo han “olvidado”. Tampoco se muestra su intensa labor como arqueóloga, aunque lo fue y muy buena. (Al final dejaré una pequeña reseña bibliográfica de su persona) Sí aparece como defensora del derecho del pueblo árabe a decidir por sí mismo, asunto poco grato para los mandos ingleses, que se repartieron África y Oriente Medio a su entera satisfacción, y la consideraron una loca lunática - por decir algo fino - al valorar la cultura de unos pueblos que Gran Bretaña manejó a su antojo.
Pudo hacer lo que le salió de las narices porque era rica, por supuesto; sino, a ver de dónde; pero así ha sido en general también con los varones. En ella tiene mérito que siendo mujer se enfrentara sola y decidida a un mundo de hombres, sin importarle las malas lenguas ni los muchos peligros a los que se enfrentó y de los que salió bien parada gracias a su agudeza e inteligencia. Hasta su muerte la escogió: se suicidó con somníferos a los 57 años.
De todos modos, lo que me inspiró a escribir es que siendo Lawrence y ella importantes personajes de un determinado momento histórico, influyentes y a la vez criticados por su devoción hacia los árabes, él haya pasado a la posteridad ( algo influirían los azules ojos de Peter O'toole) y ella haya permanecido en el olvido. A ver si la excelente interpretación de Nicole nos la devuelve al mundo del famoseo.

Para los que sentís curiosidad:
Gertrude Bell se lanzó a recorrer el mundo para huir de la encorsetada sociedad victoriana y acabó convertida en la mujer más poderosa del Imperio Británico. La aventurera inglesa fue exploradora, escritora, fotógrafa, alpinista, etnógrafa, espía, geógrafa, administradora política y diplomática. Y también arqueóloga.
Concluyó su carrera de historia moderna con honores de primera clase. Un reconocimiento informal, pues nunca recibió ningún título: Oxford no los dio a las mujeres hasta 1920.
Su primer destino fue Persia, hoy Irán. Este fue el primero de una serie asombrosa de viajes, todos pagados gracias a las arcas familiares, que incluyó dos vueltas al mundo. La mayor parte transcurrieron por el Oriente Próximo. Bell no solo atravesó desiertos: fue una alpinista extraordinaria. Escaló en las Montañas Rocosas y en los Alpes.
Se interesó por la arqueología desde el inicio de su vida viajera. Llevaba una cámara Kodak y empezó a retratar todas las ruinas que veía. Hablaba persa, francés y alemán, entre otros, y acabó dominando el árabe y muchas de sus variantes dialectales.
Bell viajaba sola. Sin compañeros occidentales; solía contratar guías y sirvientes locales. Nunca se disfrazó de hombre para evitar problemas, como sí hicieron otras viajeras de la época, y de hecho siempre llevaba falda, incluso al montar a caballo, pues se negaba a usar pantalones.
Semejante personaje llamaba la atención en el Oriente Próximo de  finales del siglo XIX y principios del XX. Pero en su caso fue para bien. Su exotismo atrajo a los jeques y jefes tribales. Parece que una de las preguntas que todo el mundo le hacía a los demás era “¿Ha conocido usted a la señorita Gertrude Bell?”
El petróleo había sustituido al carbón como combustible y para el Imperio Británico era necesario controlar Arabia y Mesopotamia. El conocimiento de Bell de aquellos países, y sobre todo sus contactos e influencia sobre sus caóticas jefaturas tribales, hizo que sus servicios fueran requeridos por el Arab Intelligence Bureau of the British Army, en El Cairo. Se convirtió en indispensable a la hora de tratar con los jeques de la zona.
Después de que los británicos quitaran Bagdad a los turcos, Bell fue nombrada responsable de tratar con las autoridades locales. A las órdenes de Winston Churchill, fue la única mujer que participó en la conferencia de El Cairo de 1921 que selló el proyecto. Intervino en la redacción de las leyes fundamentales del nuevo país e incluso trazó sus fronteras.
Decidió quedarse en Irak y ocuparse de su patrimonio arqueológico. Se las apañó para sacar adelante una ley que prohibió realizar excavaciones sin un permiso escrito y fundó el Museo Arqueológico de Bagdad, al que donó su propia colección.
La mañana de 1912 la encontraron muerta en su dormitorio. Fue enterrada en el cementerio británico  esa misma tarde. Una multitud asistió al funeral.
Además de sus libros, dejó 16 volúmenes de diarios, unas 1.600 cartas y 7.000 fotografías de gran valor, porque en muchos casos forman la única documentación disponible de yacimientos enteros que han desaparecido por el pillaje o por la guerra.

jueves, 20 de octubre de 2016

"Ná de ná"

Como en una metáfora, esta foto me inspira lo que mi mente se niega a regalarme; tengo ante mí  un océano inmenso del que sacar ideas y no obstante, me quedo clavada en el puntal, más sola que la una, con las musas de vacaciones.
Hoy mi imaginación está de sequía. 
Sorry.
 Lo siento. 
Disculpas a los que perdisteis vuestro tiempo buscando el blog.
 Prometo compensaros el próximo jueves. 
Feliz semana.


jueves, 13 de octubre de 2016

"Estaciones del alma"






Dijiste Ven,
 y fui.
Dijiste  Cree en mi 
y creí.
Dijiste Eres mi mundo
 y me sentí en el cielo.

Pasó el tiempo,
 nuestros cabellos encanecieron,
 las arrugas se marcaron,
 el cansancio nos mermó.

Yo te dije Ven 
y no viniste.
Te dije Aún creo en ti, 
y cerraste los ojos.
Te dije Eres mi mundo...
 y encontré nuestro lecho vacío.



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Estaciones del alma by Mercedes Gallego is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.

jueves, 6 de octubre de 2016

"Honestidad"


Hay quien aconseja que significarse es malo, que opinar en voz alta ( y ahora las redes son las voces altas del mundo) es darle la oportunidad a los demás de amarte u odiarte; no lo sé. Pero la sinceridad siempre ha estado presente en mi vida, para bien y para mal. Me ha dado quebraderos de cabeza pero jamás se me podrá tildar de hipócrita. ¿Que podría ser comedida? Pues sí, pero de los que callaron no habla la historia, a los que callaron se los terminaron llevando por no denunciar, como dice ese poema que no terminamos de saber si fue o no autoría de Bertolt Brecht.
¿A qué viene esto? A mi ideario político. Al asunto que nos trae de cabeza desde hace meses a tantos españoles. Soy una mujer de izquierdas ( habla la persona, no la escritora, aunque en realidad seamos indivisibles puesto que ningún personaje mío defenderá posturas anti sociales o anti femeninas) Decía que soy de IZQUIERDAS; nadie que me lea en este blog o en las redes se sorprenderá...Iré más lejos. Mi corazón era socialista. Quizá por influencia de mi padre, quizá porque los soñadores nos enamoramos de Felipe González en nuestra adolescencia - hasta el punto de leernos su biografía como si fuera la Biblia - aunque ahora sólo podamos sentir un profundo pesar por el mito caído; porque lloramos de emoción la noche en que Zapatero ganó a Aznar pese a que después lo hicimos de rabia... Y si ya nos mosqueamos cuando la élite prefirió colocar en la casilla ganadora a Rubalcaba en vez de a Carme Chacón...lo de Pedro Sánchez ha sido la guinda del pastel.
Ojo, no soy acérrima de Pedro – ya no lo soy de nadie - pero la jauría que se ha lanzado contra él ha terminado por romper mis lazos con ese partido que hace mucho dejó de ser Obrero y hace nada, Socialista.
Hace mucho, muchos años, participé activamente de la Iglesia Católica. Desde los dieciséis hasta los treinta más o menos combiné mis tendencias sociales con las religiosas. ¿Cómo pude aguantar tanto tiempo? Porque un sacerdote, viendo mi arisca tendencia crítica - sobre todo siendo catequista de diferentes niveles, secretaria de Cáritas y “chica para todo” - me dijo en confianza “ Comprendo que no te gusten muchas cosas de la Iglesia, pero míralo de este modo, si tu madre fuera PUTA ¿no la querrías a pesar de sus defectos? Porque eso es la Iglesia, una puta a la que hay que querer y redimir desde dentro, no dejándola de lado” Pequé de ingenua y lo creí. Hasta que llegó el momento de decir ¡Hasta aquí hemos llegado!
Mi detonante fue Ratzinger ; si ya Juan Pablo me gustaba poco, nombrar Papa al hombre que había destrozado a Leonardo Boff y la Teoría de la liberación, el que amenazó a Hélder Cámara, Ignacio Ellacuría y tantos otros, me hizo quemar las naves y renegar para siempre de esa institución.
Puedo asumir que muchas personas necesiten pertenecer a ella, que la crean redimida con la presencia de Francisco I...Les deseo suerte.
Como Jesús dice en la Biblia, de donde no te quieran, sacúdete el polvo de las sandalias y sigue tu camino.
Pues igual ocurre con mi tendencia política. Nave quemada tras este fin de semana.
Seguiré creyendo en el ser humano individual pero no en el colectivo, no en las instituciones.
Seguiré luchando codo con codo con aquellas personas que quieran hacer de su entorno un mundo mejor, pero tengo claro que no podré salvar al mundo del hambre, ni la la injusticia ni de nada parecido. Seguirá habiendo racismo, intolerancia, violencia machista, trata de mujeres...Porque el mal no es un bicho con cuernos y rabo; es algo instalado en los corazones de mucha gente, como seres ambivalentes que somos.
No por eso dejaré de llorar ante los noticieros ni me haré insensible al dolor ajeno. Pero ¡ay, capullos, del mundo, que habéis roto mi inocencia..!.No esperéis que mi voz se mantenga en silencio.
Ni espero que los que me lean y sientan igual , lo hagan.
Desde que aquí os conmino a que alcéis la voz.