"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 1 de diciembre de 2016

"La sinrazón de los dictadores"


¿Cómo resistirse al tema de actualidad? Me he dicho a mí misma NO, que está manido y además es difícil posicionarse, pero las ganas de opinar al respecto me han podido.
En estos tiempos donde todos parecemos tener muy claras las opiniones voy yo y me debato, ¡y mira que soy de las categóricas en según qué frentes! Pero resulta que me parece injusto el ataque desmedido ante la muerte de Fidel. Dios me libre de abanderarme defensora suya, que ni lo soy ni lo he sido nunca, y en vida lo he despreciado como cualquier demócrata debe despreciar a un dictador ( ignora mi idolatrado Silvio Rodriguez cuánto me ha dolido siembre su ausencia de crítica al régimen habiendo sido un hombre de verbo certero y adalid de la libertades). Sin embargo, cuando se hace memoria de su trayectoria política se olvida que ese hombre luchó para rescatar a su país de las garras “del imperialismo yanqui”, un imperialismo que no cesaba de “colocar “ dictadores en cada uno de los países latinoamericanos donde les convenía, que convirtió el gran continente americano en su hacienda particular; Cuba en concreto en un inmenso casino y prostíbulo bajo la mirada entusiasta de Fulgencio Batista. Un dictador que, por cierto, murió plácidamente en la España de Franco después de haber vivido bajo la tutela de Trujillo en República Dominicana y Salazar en Portugal, gastando en zona de dictadores la enorme fortuna con la que huyó de su país.
Decía, pues, que Fidel tuvo un conato de héroe en sus comienzos políticos; la pena es que no se murió pronto ( o no lo mataron, como ocurrió con “Che” Guevara en Bolivia, regalándonos la oportunidad de llenar nuestras paredes de carteles con su rostro)
El ambicioso Fidel ganó la revolución y después la usó para machacar a su pueblo, como hizo Lennin con Rusia. Lo de “todo para el pueblo pero sin el pueblo” no se quedó en lema del Despotismo Ilustrado del XVIII, se modernizó y se convirtió en consigna de los libertadores venidos a menos. Una desgracia para la memoria del luchador y sobre todo para su gente, que lo tuvo que padecer. Empeñarte en que lo que ofreces es lo mejor sin permitir que el otro decida si lo quiere o no, además de paternalista es cruel. La prueba es que Cuba ha reducido su población a golpe de balsas.
Ni que decir tiene que una dictadura la emprende contra las minorías – sabemos de los homosexuales encarcelados - y con los opositores al régimen, lo cual es imperdonable; pero casi lo es más matar de hambre a tu pueblo por pura cabezonería, y aunque las estadísticas dicen que en Cuba no hay analfabetos, hay gente que ha sido educada bajo la estricta mentira de una historia sesgada; y aunque la sanidad sea para todos, y envíen médicos a lugares en los que se les necesita, carecen de medicinas que nosotros tenemos al alcance del bolsillo.
En fin , que Fidel debería haberse muerto hace mucho tiempo para que Cuba renaciera de sus cenizas; pero no para que algunos de esos que bailan y maldicen contra él sean felices, que bien que escaparon de la isla con pasta ganada a costa del sudor cubano y se establecieron a vivir ricamente en las mansiones de Florida; la alegría de esos no me satisface; la de los que han padecido persecución y hubieron de abandonar su país por necesidad, sí.
¿Me ha quedado ambiguo el artículo? Si es así, lo lamento, porque en mi mente lo tengo claro.
Bien muerto está Castro y ojala desaparecieran del mapa todos los de su calaña dictadora, pero no bailemos regocijados porque Fidel no se ha mantenido solo en su pedestal; sin la orquesta que lo apoyaba habría caído hace mucho; y esos, señores, siguen ahí.








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