"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 23 de febrero de 2017

Por qué deberás leer Mo fàil...


 

Como era habitual, Lotty estaba al frente de los fogones, pero esta vez una macilenta Brenda la acompañaba, sentada frente a la enorme mesa que presidía la estancia. La imagen de ambas contrastaba; mientras la madre parecía toda vitalidad y sonrisas, la hija era la viva estampa de la derrota. Con una risa reprimida, y tras un breve saludo a la cocinera, Ana tomó asiento junto a su compañera de correrías.
—¡Ni me lo digas! Yo me siento igual con la resaca.
—¡No estoy sorda! —replicó la mujer con las manos en las caderas y repentinamente seria—. Creí que la niña sería más sensata y no tomaría alcohol.
Ana rio, negándose a recibir una regañina.
—¡Estás intentando decir que yo, como adulta, debí ser más sensata y no permitir que tomara champán! Pero créeme, en esas dichosas fiestas no sirven otra cosa... Son unos encorsetados.
—¡Pero tan elegantes! —Lotty se dejó seducir y, tras colocar un plato con viandas y un café fuerte, como sabía que le gustaba a la española, se sirvió una taza de té y se acomodó frente a las jóvenes—. ¡Contádmelo todo! He leído en el Times que el primer ministro estuvo allí.
¿El Primer Ministro? —Ana se pasmó al saberlo—. Para mí solo era un señor mayor recibiendo un cuadro... ¡Que por cierto, no me gustó demasiado! Pero Dylan y James estaban guapísimos —bromeó después.
—¡Y vosotras! —asintió Lotty, notablemente orgullosa—. Ya he visto las fotos... El señor me las enseñó durante el desayuno.
Ana no disimuló su asombro. ¿Es que aquel hombre era de acero?
—¿Estaba levantado tan temprano? ¡Si llegamos a las cinco y media!
—¡Lores! —gruñó Brenda —¡Ni que fuera inglés! Aunque para las formalidades parecen iguales... —Había empezado a picotear de los platos y terminó acompañando a Ana, descubriendo que su estómago mejoraba—. Por cierto, Ana, quería pedirte un favor.
Ella asintió, con los carrillos llenos.
—¡Si resulta tan divertido como el de ayer...!
Brenda le envió una mirada de complicidad, evocando lo increíblemente bien que se había sentido con aquellas ropas y siendo tratada como una princesa; aunque por nada del mundo deseaba que su madre se enterara de aquello. Negó, con una sensación de añoranza en el pecho.
—No, me temo que no tiene nada que ver. ¿Recuerdas cuando te conté mi sueño de ser chef? Mi madre considera que es una fantasía, pero yo aspiro a sacar notas brillantes en la universidad y conseguir una beca para el próximo verano. Ahí es donde entrarías tú... Si puedo pedirme París, me ayudaría bastante manejarme en francés y como sé que lo hablas...
Ana le apretó una mano sobre el mantel, satisfecha de poder ser de utilidad a la muchacha.
—Cuenta con ello. ¿Prefieres que te dé clases a ti sola o te apuntas a las de James? Con él suelo saltar de un idioma a otro, pero puedo organizarme...
Lotty intervino en la conversación con el semblante más serio que Ana le había visto nunca.
—No sería buena idea juntar a Bren con el señor James. Los dos pertenecen a mundos distintos y no es conveniente mezclarlos.
Ana contempló a las dos con sorpresa, porque, si bien Lotty tenía el ceño fruncido, la muchacha había ocultado su mirada, azorada por la reprimenda.
—James no es ningún estirado —opinó, insegura del terreno que pisaba—. Precisamente fue él quien propuso ayer que Brenda nos acompañara a la ciudad.
—Tampoco eso fue adecuado —insistió Lotty, tozuda—. Nosotras somos sus empleadas y no debemos olvidar el lugar que ocupamos en esta casa.
—Eso suena anacrónico —se amoscó Ana.
La respuesta de la cocinera sonó ácida.
—¿En tu país no hay diferencia de clases?
Tuvo que morderse la lengua porque lo ignoraba. Nunca se había movido en círculos sociales que no fueran los burgueses y no tenía la menor idea de cómo se comportaban los ricos.
—De todos modos, James estaría encantado —insistió con cabezonería.
La sonrisa de Lotty se borró por completo.
—Quiero a ese muchacho como si fuera de mi familia, pero créeme, no es buen compañero para mi hija. Él se mueve, y si no lo hace ahora lo hará en el futuro, en unos círculos a los que nosotras no tendremos acceso. No quiero que sufra.
La vergüenza impulsó a Brenda a rebelarse.
—¡Mamá! No tienes ningún motivo para decir eso.
Ana atrapó la mano de la chica sobre la mesa y la miró fijamente.
—Pero a ti te gusta James —afirmó sin miramientos.
—¿Cómo no iba a gustarme? Es guapo y encantador... —se revolvió contra su madre, enfadada—. ¡Pero ya sé que no vamos a tener nada de nada! No soy tan estúpida como para dejar que me seduzca. ¡Esto no es una de tus novelas de la tele!
—Tú a él también le gustas —susurró Ana, sin saber qué actitud tomar.
—Soy la única chica que tiene cerca en un montón de kilómetros; es lógico que me mire —replicó ella, sensata—. Pero en cuanto vuelva al colegio y se reúna con sus amigotes, pasaré al olvido

jueves, 16 de febrero de 2017

Extraños correos.


Doy por hecho que todo el mundo los recibe, pero a ver...¿qué hace un laboratorio enviándome divulgación de Viagra A MÍ? Soy mujer, no he solicitado en mi vida información sobre ningún artículo ni remotamente parecido...¿Entonces? ¿Qué tipo de datos maneja esta gente para hacerme llegar INSISTENTEMENTE su publicidad?
Está en correo no deseado, por supuesto, pero aún así he de borrarlo.
¡Y qué decir de Factor Mujer? Si en algún momento he mirado catalogo no lo recuerdo, pero vamos, parecen verme muy necesitada de juguetitos eróticos porque son otros que me bombardean con insistencia.
¿Y la farmacéutica canadiense? Son los ranking número dos  pretendiendo endosarme la dichosa Viagra y temitas semejantes.
Insisto ¿ qué baremos usan para elegir a quien mandar los correos? Deben hacerlo indiscriminadamente, porque sino, no me explico.
Lo que tampoco me explico es si lo pongo en la bandeja de Correo no deseado por qué me tiene que llegar. Si estoy siendo muy torpe en el manejo de mi correo ¡hacedmelo saber, por Dios! No tengo ningún problema en admitir mis carencias y sé que en informática soy tan “bajo nivel” como en mi inglés.
¡ Hasta la coronilla del correo basura! ¡Qué alguien me auxilie, please!!!!

jueves, 9 de febrero de 2017

Ufff...¡Otro San valentín!!!



Sábado. 11 de febrero. 
  De verdad, de verdad, estoy hasta las...de San Valentín y similares. Pero sobre todo de SV. ¡Qué empalago, por Dios! Nos obligan a poner la mejor sonrisa, rodeados de corazones, cintas rojas y pilas y pilas de posibles regalos. Como estoy en la sección de perfumería me toca una parte gorda del asunto. Parece que la gente sólo comprara perfumes en navidad y SV ( ¡asco me da sólo escribirlo!) ¡Hoy tuve pululando a una pareja que las olisqueó todos! Eso lo hace mucho la gente, irse a perfumar allí, da lo mismo los que van de pijos que los frikis. ¡Ni que fuéramos el anexo a su cuarto de baño! Cogen el probador, parece que dudan, luego se lo aplican con descaro y se marchan con la cabeza alta, bien servidos...Ni las buenas tardes dan.
Pero bueno, decía lo de la pareja. Que se han separado con alguna excusa tonta y me ha venido él a comprar la última de KK y ella lo mismo en versión chico al poco rato. ¡Originales, vaya! ¡Se podían haber comprado un libro, a ver si pillan emociones más fuertes!
¡Para colmo mañana abrimos y me toca currar! 
 
Domingo. 12 de  febrero.
 ¡Madre mía, si a mí me compara un perfume el chico de esta mañana empezaría a creer en SV ! Maldita afortunada la que abra mi paquete...Porque se lo he envuelto yo. Me ha preguntado si podría hacerlo y me he derretido en sonrisas. No podía por menos.¡Menudo bombón! Primero se paseó por los estantes, luego vino derecho y quiso saber si yo usaba perfume ¡Pues claro, a ver, trabajando aquí es casi obligatorio! Le tendí mi muñeca en respuesta y me puso la piel de gallina sentir su nariz tan cercana. «Lulú, de Cacharel ,» repliqué, para que no notara lo afectada que estaba. «Huele genial, sonrió él , Me la llevo.»
Estuve a punto de decirle que no en todas las pieles la fragancia fusiona igual , pero bueno...Me resarciré pensando en que cada vez que la huela en ella igual se acuerda un poquito de mí. ¡Espero que a ella le quede peor!
Cuando le he entregado el precioso envoltorio me ha pedido un bolígrafo y ha escrito en el corazón que cuelga de la etiqueta un nombre que me ha hecho rechinar los dientes; «Para Elisa». Como la jodida melodía y ...como yo.¡Encima la tipeja afortunada comparte mi nombre! Pues ya podía dejarme compartir su chico. Ufff. ¡ Qué envidia más poco sana! Se ha ido regalándome una sonrisa gloriosa pero sin volver la cabeza. ¡Menos mal, yo babeaba con su culo prieto! Buenas noches, bombón. Al menos hoy soñaré con un rostro bonito.
 
Lunes. 13 de febrero.
Hoy he tenido descanso. Día simplón. Unas risas leyendo a Mercedes Gallego con mi auto regalo de SV del año pasado, Con patente de corso. Deseando parecerme a Blanca de Guzmán y encontrarme un Justin MacKane que me saque de mi rutina...Pero vaya, que eso sólo pasa en las novelas.

Martes, 14 de febrero.
¡No puedo irme a la cama sin contarlo! Mañana curro y son las tres, pero es que no puedo dejarlo pasar. ¡Adoro a San Valentín! ¡Existe, existe, existe! Que no es coña, que esta tarde llegué al trabajo y junto a la caja me esperaba... ¡Mi paquete! Me lo entregó la compañera a la que suplía el turno con mucho retintín. «Un chico ha dejado esto para ti. Que te recoge a la salida para llevarte a cenar; si a ti te parece bien. Me he adelantado y le he dicho que te parecía de perlas, porque vamos, si no vas tú me apunto yo, que está como un queso» He reconocido su letra y casi me da un soponcio. He sido la vendedora más entusiasta de las galerías durante toda la tarde. Aún quedaban rezagados que venían a llevarse un perfume cualquiera a toda prisa pero me he puesto en plan profesional y les he despachado los más adecuados a cada uno. Pensarían que estaba chalada, preguntándoles de todo...pero es que estaba tan contenta...¡En mi vida he trabajado más feliz!!
Y a la salida, allí estaba. Se ha acercado, me ha sonreído, me ha cogido la muñeca para olerme despacio y ha susurrado «Lulú, Elisa, Javier»


Dedicado a todas las personas enamoradas, en especial a Marian Diez, y  al resto de chicas que nos atienden maravillosamente en las perfumerías. 

jueves, 2 de febrero de 2017

"Día mundial de la radio"


En breve, el 13 de febrero, se celebra el Día mundial de la radio. Me han invitado a participar del evento y lo haré encantada porque si un medio de comunicación ha formado parte de mi vida ha sido y es la radio.
A día de hoy no hay mañana que no me levante enchufada a las noticias. Luego podré contrastarlas en otros medios – Internet o papel - pero la primera vez me llegan al oído, con los cascos puestos mientras desayuno, cocino o realizo cualquier tarea doméstica.
Por increíble que resulte, yo, que soy un tostón para los ruidos y todos me molestan, si me despierto de madrugada me planto los auriculares y vuelvo a dormirme como una bendita.
Los fines de semana son los mejores. Me reconozco seguidora incondicional de Pepa Fernández y su equipo; no hay sábado y domingo que no amanezca al son de “No es un día cualquiera”. Llevo tantos años colgada al programa como Pepa retrasnmitiéndolo. He seguido sus concursos, sus entrevistas, sus esplendidos consejos sobre libros...Disfruto con sus secciones culturales, sobre todo, aunque hay algunas gamberras que también me hacen reír. Impresionante Nieves Concostrina con sus “muertos”, Jose María Íñigo con sus viajes o sus anécdotas, Andrés Aberasturi con su sensibilidad… Para los que no conozcáis el programa, dadle una oportunidad, a partir de las ocho y media.
Pero además, no tengo sino retrotraerme al pasado para verme en el patio de mi casa, jugando por las mañanas mientras mi padre escuchaba a Luis del Olmo con su “Protagonistas”, o las tardes de verano aferrada a la odiada costura, solo amenizada gracias a los discos dedicados (¡ah, mi Bella sin alma, de Richard Cocciante !) y las radionovelas de Sautier Casaseca, con las maravillosas voces de Matilde Conesa o Juana Ginzo.
Me gusta tanto la radio, incluso como elemento decorativo, que tengo el placer de haber heredado dos bastante antiguas que lucen en mi sala de trabajo de las que no me desprendería ni por todo el oro del mundo. Espero , algún día, formar una colección (¡cómo envidio la del Luis del Olmo!)
Entre mis imágenes sentimentales siempre estarán las de mis padres escuchando la radio, ya sea por diversión o para informarse.
Así pues, quiero sumarme al homenaje que supone reconocer que este maravilloso medio sigue siendo fundamental para muchas personas en el universo.
Allá donde no llegue una imagen, siempre llegará una voz.