"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 10 de agosto de 2017

Reverte , de nuevo.



Falcó, una novela más de Pérez- Reverte ante la que solo puedo quitarme el sombrero y llamar maestro a ese hombre deslenguado y mordaz que muestra un corazón de oro escondido en una coraza de hierro.
Sabiendo que los escritores nos inventamos cada día en los personajes que escribimos, estoy convencida de que Reverte es tal cual un Falcó, un Alatriste, un Quart...Uno de esos personajes descarnados, secos, de mirada distante...Sentimentales cuando la ocasión menos oportuna resulta, aunque da igual, porque las cosas llegan cuando llegan y uno se aguanta y apechuga con ellas.
Me atraganta un poco que escogiera Reverte el bando para quien trabaja Falcó, pese a que luego lo arregla con ese desenfado que da el ser hombre de mundo, alguien a quien ya no pueden convencer de nada porque lo ha visto todo; un mercenario a ojos ajenos, pero claro, ¿ cómo no serlo cuando la humanidad no puede demostrarte ya que merece la pena? Así en global, no ser humano a ser humano, que es muy distinto.
A poco que vivas, la vida le quita la letra mayúscula a palabras que antes escribías con ella: Honor, Patria, Bandera...” comenta uno de los personajes principales, un militar , lo cual diría yo que en plena guerra civil suena fuerte de narices. Por eso Falcó tiene, como la mayor parte de los protagonistas de Reverte, alma de mercenario. ¿Cómo creer cuando te están mostrando el mismo salvajismo, las mismas mentiras, la misma hipocresía, un bando que otro? Pero en algún lado hay que ganarse las habichuelas y, al menos en esta entrega - porque fijo que habrá otras - , Lorenzo Falcó está al lado de los vencedores, que por algo es un descreído.
Un mercenario, por cierto, de los que nos hace entornar la mirada con deseo a las mujeres y con envidia a los hombres; alguien que tiene palabra, que por borrar la sonrisa maligna de un cerdo sin escrúpulos es capaz de jugarse la vida y poner su futuro mirando al paredón...¿O esa es la excusa y lo hace por salvar a una mujer? Nos deja con la duda. O no.
El Falcó que yo he encontrado es un caballero encubierto en piel de lobo. Un héroe, sin que ni siquiera él se dé cuenta. Un protagonista de romántica metido en el género histórico.
No dejéis de leer la novela. Para aprender entre líneas Historia e intrahistoria. Pero sobre todo, para disfrutar de la pluma de un maestro.

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