"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 28 de diciembre de 2017

Adiós 2017. Bienvenido 2018

UN AÑO MÁS SE LLEVA NUESTRAS ALEGRÍAS Y NUESTRAS PENAS. UN AÑO MÁS QUE HEMOS TENIDO LA SUERTE DE VIVIR.

POR  OTROS 365 DÍAS  CARGADOS DE ESPERANZA, FORTALEZA,  ILUSIÓN, BESOS, ABRAZOS...INSPIRACIÓN, PUBLICACIONES, ÉXITOS LABORALES, NUEVAS AMISTADES , REENCUENTROS...

POR  DISFRUTAR DE UN  AÑO NUEVO,  POR LUCHAR PARA CONVERTIR EN REALIDAD  NUESTROS SUEÑOS , BRINDO CON VOSOTROS.

jueves, 21 de diciembre de 2017

Un año más, feliz Navidad

Este año deseo embalar miles de  cajas con risas contagiosas, miradas de amor, sentimientos solidarios, cariño por los animales, toneladas de respeto hacia los que no piensan como yo y, sobre todo,  con el más afectuoso agradecimiento a quienes  me apoyaron a lo largo de estos meses.
Después quiero atarlas con un lazo rojo ( el color de los atrevidos, de la gente que creemos que todo es posible), con una bella lazada, para que no se escapen esos deseos y cuando lleguen a vuestros corazones y las abráis, os  hagan esbozar una placentera  sonrisa. 
Para las maravillosas personas que compartís mi vida de un modo u otro...
                                   FELIZ NAVIDAD  
                                         Y
                               PRÓSPERO  2018.

jueves, 14 de diciembre de 2017

Detrás de la puerta




Mi misión como duende detective de Papá Noel es asomarme a los hogares de los niños que escribieron cartas este año y comprobar si merecen o no los regalos que solicitaron.
Con toda la tranquilidad que da saberse invisible a los ojos humanos, atravesé la verja de la preciosa casa de la cual llevaba la dirección, pisoteé la nieve del engalanado camino y me colé por una de las ventanas que habían dejado entreabierta. El interior de la vivienda era tan bello como las guirnaldas que decoraban la entrada.
Ni un ruido me acogió. Subí las escaleras en espiral hasta la segunda planta y me topé con un señor sentado frente a un ordenador, ataviado con ropa de trabajo, aunque era sábado. En el dormitorio siguiente una señora se debatía ante ocho vestidos de fiesta, desechándolos de malos modos. En el contiguo, una adolescente con cascos se maquillaba delante de un espejo dorado, atendiendo mensajes de wassap a la vez. En la del rincón, una habitación de recargado diseño, un niño de cinco años miraba al techo con los ojos tristes.
De repente, casi me caí del empellón que dio la puerta al abrirse. La traspasó una señora gordita, con delantal y cofia, cargada con una bandeja y una gloriosa sonrisa. Su piel aceitunada y sus rasgos delataban su origen. Al niño se le iluminaron los ojos claros.
Entonces comprendí el único deseo de la carta, el que nos había dejado intrigados y por el que me enviaron a investigar: «un permiso de residencia»
Me froté las manos y salí a escape. Corría prisa poner en marcha el engranaje de los milagros, pero...¡ nadie como Noel para ese tipo de asuntos!










jueves, 7 de diciembre de 2017

La "bendita" Constitución


La Constitución Española cumple 39 años y según leo en wikipedia se ha modificado en dos ocasiones; la primera en el 92, para adaptar uno de los artículos al Tratado de Maasstricht, en referencia al sufragio de los extranjeros; y la otra en 2011 por asuntos presupuestarios. O sea, una birria. Nada que ver con las peticiones que , desde todos los medios, los ciudadanos reclamamos.
Que sí, que estuvo muy bien para la época y se la trabajarían «hasta las tantas» los señores encargados del evento ( los llamados «padres» de la susodicha), pero como resulta que se ha quedado un pelín retrógrada, que ni una sola mujer participó en su creación y ya va siendo hora de que digamos algo al respecto, que demandamos que las Cámaras cuenten con menos políticos ( menos sueldos, menos coches, menos móviles, menos prebendas de todo tipo que pagar de nuestros exiguos bolsillos) , que insistimos mejor dicho, en que se disuelva el Senado y que esos señores se vayan a sus casas , a buscarse un trabajo acorde con sus estudios y no con sus enchufes, que incluso se reduzca el Congreso, que tampoco hace falta que haya de 300 a 400 vocingleros que nos representen...Total, poco han demostrado que les importemos , sean del partido que sean. Con que elijamos a unos 100 bastaría; igual así lograrían ponerse de acuerdo más fácilmente…
Nos sobran políticos, señores. Y leyes. O ganas de cumplirlas. Sobran privilegios para unos y faltan derechos para otros. Como esos que aparecen en el Título I «De los Derechos y Deberes fundamentales» :
- Aconfesionalidad del Estado ...Por eso la Iglesia – católica y romana, no la judía, ni la musulmana, ni otras que nos vengan a la cabeza – está presente en todo evento importante o la Corona  cumple con los sacramentos públicamente en vez de en privado , como debería ser en el improbable caso de que lo sintieran de corazón…
- Derecho al trabajo… Este es de carcajada ( triste, claro) . Que se lo digan a  los millones de parados que se levantan  de la cama sin ilusión, sin esperanzas de que ese curso que te han obligado a hacer para cobrar X ayuda te recicle ni te sirva lo más mínimo, porque lo que en realidad está haciendo es llenando los bolsillos de quienes te lo están dando; a jóvenes cuyos padres se han gastado un pastón en másters y demás porque sin ellos no eres nadie por mucha carrera que tengas, y se tienen que largar al extranjero a servir copas o, con mucha suerte, a trabajar en lo suyo; a  parados de más de cincuenta años que se sienten más obsoletos que un mueble del dieciocho…
- Derecho a la vida y a la integridad física y moral; que se lo cuenten a las 44 mujeres asesinadas por violencia de género hasta estas fechas. La policía no cuenta con medios suficientes , ni personales ni económicos, para proteger a las mujeres que se atreven a denunciar. Para otras historias sí hay.
Son sólo algunos de los ejemplos; pero lo cierto es que nuestra «Ley madre» anda necesitada de reparaciones. Lo peor del asunto es  qué,  quienes deben hacerlo, no están dispuestos a perder su parcela de poder. 
Vamos, que cumplirá cuarenta o sesenta  y seguirá como está, trasnochada.