"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 22 de marzo de 2018

El poder de la mente


Lo encontré en un cajón de la vieja cómoda de mi madre. No funcionaba, claro. Sin embargo hubo una época en que regresó del silencio para volver a dar la hora. El milagro lo produjo un curioso personaje llamado Uri Geller, allá por los años setenta. Jose María Iñigo lo trajo a su programa «Directísimo». Nos asombró a todos los televidentes con su magia ( poder de la mente lo llamó él ) llevándonos a doblar cucharillas de café como si fueran de plastilina y a buscar relojes viejos por toda la casa a ver si de verdad funcionaban… ¡y vaya si lo hicieron! El de mi abuelo, sí. Aguantó un tiempo y luego retornó a su callada presencia sin tic tac.
¡Jamás he olvidado aquella noche! La excitación de mis hermanos, el alucine de mi madre, mi imagen doblando una cuchara… Recuerdos que perduran aunque los años nos coman las neuronas.

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