"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 5 de abril de 2018

¿Vidas privadas?


Me cuestiono qué nos induce a la gente a empeñarnos en contar al mundo nuestras alegrías y miserias. ¡Parece como si no existiéramos fuera de las redes sociales!
Para los que me lo vayan a echar en cara tengo respuesta rápida: las uso como herramienta de promoción para mi trabajo. No sólo hablo de mis novelas, también de las que leo o de las actividades culturales a las que asisto, para ofrecer una visión cercana de mí. No es lo mismo ver una portada y no saber a quien pertenece que unir esa visión a la del autor/a. Hay personas a las que leo porque las conozco, o porque sé que tenemos valores o gustos comunes. Si el libro de un autor desconocido me entusiasma enseguida busco información sobre él / ella; si no me gusta; no.Pensando en ello, me publicito. 
En fin, he divagado. La reflexión iba de otra cosa. Desde mi punto de vista lo interesante de las personas son sus ideas, no sus vidas privadas; sin embargo hay una tendencia a exhibir datos sobre la familia, los problemas, las alegrías...Que lo respeto, pero no lo entiendo.
Creo que tener privacidad es hermoso. Es mágico. Te da un respiro en un mundo donde todos parecen saber de todos. Antes nos quejábamos de los vecinos cotillas pero es que ahora los invasores cotillas somos nosotros que damos información de nuestras vidas  sin el menor pudor.
¿Qué me ha llevado a escribir esta reflexión? Una peli de Alex de la iglesia que vi la otra noche, Perfectos desconocidos. ¡Jod…! Estos no van de cotillas, al revés, van de secretos. ¡Y menudos secretos! Pero claro, te pillan el móvil y tienes tu vida expuesta. Todo lo que has callado, por interés o miedo, puede ser motivo de escándalo en medio segundo. Las redes guardan nuestras fotos, nuestros mensajes, nuestras agendas… Los pensamientos que antes escondíamos en diarios los tenemos ahora en carpetas o aplicaciones de móvil, las cartas son wassaps ...y así hasta el infinito.
En el futuro viviremos como en un escaparate, tipo Gran Hermano ( si es que no lo estamos haciendo ya)
En un descuido, hasta puede que la novela de George Orwell, 1984, sea una realidad.

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