"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 11 de abril de 2019

Derecho a decidir



Me provoca una inmensa tristeza que este artículo, publicado en febrero del año pasado, siga de vigente actualidad. No obstante,  reitero  mis palabras...


¿Por qué suele dar más miedo la muerte que el estar muerto en vida? Porque digo yo que moverte por el mundo sin reconocer a los seres que te rodean, con pesadillas, alteraciones del humor y síntomas parecidos es el modo más cercano a estar muerto. Muerto el ser que un día fuiste. Muertos los sentimientos que experimentaste. Muerta la vida que llevaste.
Quien padece ese mal, tan normalizado hoy, como es el alzheimer, hace sufrir hasta lo indecible a su familia, y si, por desgracia, esa persona tiene instantes de lucidez y ve en lo que se ha convertido, el dolor que lo embargue debe ser inmenso.
Comprendo que sintamos un deseo innato de permanecer ; miento, no lo comprendo porque tengo asumido que somos seres de paso, un simple soplo en el devenir del universo ; pero mucha gente sí se aferra a la vida con uñas y dientes. Lo respeto. Pero me parece egoísta.
Puedo parecer una mala persona al decir esto, pero creo que todos deberíamos ser conscientes de que , si llega un momento en que somos una carga para la gente que amamos , más emotiva que económica o física, si ya «no somos nosotros» sino un mero cuerpo desligado de nuestra alma, deberíamos haber sido lo bastante previsores para «desconectarnos de la vida», podríamos tener el derecho a morir dónde y cómo nos diera la gana, sin que la ley castigara a quien nos auxiliara en el trance… Deberíamos ser más generosos todos, los que legislan y los que vivimos desaprensivamente sin pensar en que ese momento llegará, en que algún día ya no seremos independientes ni tendremos la mente con capacidad para reflexionar o elegir. Debemos hacerlo cuando tenemos las ideas claras, cuando podemos dejar constancia de nuestra decisión. Y que esa decisión se respete y se pueda llevar a cabo.
Sí, una vez más salgo en defensa de la eutanasia. No de esa en a que unos desaprensivos eligen por mí, no; la que yo elijo. Bajo las circunstancias que yo deje descritas.
Me he centrado en el alzheimer porque estos días tengo muy cerca a alguien que está sufriendo los efectos de tan terrible enfermedad, porque no es lo mismo que esa persona tenga olvidos o no te reconozca, a que se ponga violento, que debas agarrarlo a la cama o cerrar puertas bajo llave. Eso no es modo de vivir . Ni para el que padece la enfermedad ni para quien lo cuida. Pero la reflexión me sirve para cualquier otra enfermedad o cualquier estado vegetativo. No es justo sufrir de balde. Ya es bastante capulla la vida con sus millones de males para que algo tan sencillo como es decir «hasta aquí llego» no se pueda cumplir.
Insisto, la eutanasia debería ser legal.
Para sus detractores digo lo mismo que para el tema del aborto. Las leyes no deben obligar. Las leyes deben permitir. Es justo que, quien lo desee, haga uso de ellas y el que no, simplemente se abstenga.
Yo quiero hacer uso de ella. Y que la ley me proteja. Dicho queda.

2 comentarios:

  1. En completa armonía con este pensamiento. Hace tiempo que tenemos hechos los testamentos vitales pero no es lo suficiente.El derecho a una muerte digna es necesaria.Si ya no podemos elegir nacer, porque la ley no nos permite irnos en paz en caso de necesidad.Lo peor es cuando los representantes de la iglesia católica te dicen que hay que sufrir al lado de Cristo en cruz.El que dice eso, primero no sabe lo que es sufrir.Y si Cristo (siendo dios, sabiendo lo que iba a pasar..?) decidió morir a los 33 años ,¿ no podría considerarse como una invitación a la eutanasia?Y para terminar mi reflexión de manera mas positiva os diré que finalmente morir no es grave, solo es un día...lo principal es vivir todos los otros días!

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  2. La muerte es un mero trámite. Lo importante es vivir y hacerlo lo mejor posible. Gracias por comentar, Sergio.

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