"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 23 de mayo de 2019

Yo estuve allí.


En este artículo pretendo unir dos universos dispares que, no obstante, la casualidad ha unido. Por un lado, felicitar a los alumnos y profesores del IES Donoso Cortés de Don Benito, por el espectacular trabajo sobre Auschwitz que han elaborado. Trataré más adelante de ello. Por otro, sobrecogerme ante la noticia resaltada en la radio de cómo la gente se hace selfies en dicho entorno. O sea, ¿vas al campo, te pones delante de un barracón donde gasearon a miles de personas, donde vivieron hacinados hasta morir de formas crueles, te compras una camiseta con imágenes del dichoso «pijama» y te haces la foto para decirle al mundo que estuviste allí? ¿Estoy exagerando o nos hemos vuelto locos? ¿La deshumanización es tan tremenda que sólo vemos un lugar y no un ámbito en el que el sufrimiento aún debe palparse en el aire?
Jamás he querido pisar un sitio así. Respeto a quien lo hace y veo la tarea realizado por esos chicos de instituto muy interesante porque realmente pienso que no debemos olvidar hasta qué punto el odio puede llevarnos a ser salvajes. Hay que luchar contra esas peligrosas teorías que dicen que esos campos son un montaje y que aquello no ocurrió. Tampoco me cabe en la cabeza que podamos dudar de ello, pero de todo abunda en la viña del Señor y la desinformación es muy mala. Incluso conociendo la Historia, quienes lo visitan regresan apesadumbrados. Un amigo me decía hace poco «Hay que verlo. No es igual mirarlo en las películas que pisar ese suelo» Y será verdad, pero en serio que no necesito acudir a un campo de exterminio para creer. Sufro bastante con mi profusa imaginación. Por eso, me parece más sorprendente lo de los selfies. Hacerse una foto de «Estoy aquí». ¿Podrás olvidarlo? Entonces ¿Para qué la haces? ¿Quieres compartir con el mundo lo atractivo o atractiva que eres en ese instante? ¿Te has parado a pensar en cómo te habrías sentido si te hubiera tocado a ti estar en ese mismo lugar, pero siendo un prisionero? Lo dejo a la reflexión. (No hablo de fotos; hablo de selfies, conste).
Ahora prefiero desmenuzar algunos de los datos de los estupendos paneles que los alumnos de los que antes os hablé han expuesto, primero a sus compañeros en el instituto y luego al resto de interesados, en el Museo Etnográfico.

Comienzan con el adoctrinamiento de la población alemana. En un cartel, se ve el horario de las chicas, en el cual las clases de geografía, canto o ciencia doméstica se alternan con las de estudio de la raza, higiene biológica y eugenesia – léase: Aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de las especies vegetales y animales. También un juego de mesa llamado Juden raus (judíos fuera), en el cual cada jugador debe conseguir seis sombreros dando ideas de cómo expulsar a los judíos de una ciudad amurallada. Un entretenido monopoli, vamos.
Siguen los datos contándonos cómo en Auschwitz fueron asesinados 1.100.000 personas entre judíos, polacos, prisioneros soviéticos, gitanos, homosexuales, testigos de Jehová, etc. (Esto igual debería contar para que los israelitas actuales no monopolicen el exterminio y lo consideren una justificación del que ellos practican ahora con los palestinos. Lo cual deja en entredicho la idea de que de la Historia se aprende, por más que me duela)
Sobre las condiciones de vida, habitabilidad, enfermedades contraídas, torturas, experimentos salvajes, gaseado, etc, voy a pasar de largo ya que lo doy por sobradamente conocido. De no ser así, acudid a las redes, que contienen abundante información.
Pero sí quiero recalcar los 4 pasos que ellos han diferenciado: prejuicio, discriminación, exclusión y exterminio.
Con los tiempos que corren, las ideologías que toman vuelo estos días y los campos de refugiados… ¡Pavor me da imaginar un paralelismo!
¡Que la sensatez nos dé fuerzas!





2 comentarios:

  1. También he visto últimamente un vídeo que enseñaba la cola de alpinistas que han colapsado la cima del Everest para hacerse un selfie tocando el techo del mundo. Supongo que la mayoría nunca han subido a la colina que hay detrás de su pueblo para admirar los campos de amapolas en flor....que mundo!

    Traduzco este texto que me envío un sobrino.
    " Llevamos en nosotros nuestros antepasados y las futuras generaciones. Alegría, paz, libertad , armonía, no son un asunto individual.
    Cada uno de nuestros pensamientos, de nuestras palabras y de nuestros actos tiene un efecto sobre nuestros antepasados y sobra las generaciones futuras y se repercuta en todo el universo. Cada paso que damos con plena conciencia inscribiendo sobre la Tierra libertad y felicidad, lo hacemos para todas las generaciones pasadas y futuras."

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    1. Gracias, Sergio. Me temo que no se puede luchar contra los tiempos pero al menos, tampoco podemos callar ante lo que consideramos "tontuna humana"

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