"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 9 de abril de 2020

Perdiendo amigos.


Voy perdiendo amigos por el camino. Amigos que ignoraban que yo existía pero que forman parte indispensable de mi vida. Hace un tiempo se me fue Carlos Cano y se me rompió un trocito de corazón; ahora me ha dejado “si tu latido”, Luis Eduardo Aute. Y lo malo es que ya tengo achacoso a Sabina, a Serrat, a Miguel Ríos… ¡Tantas voces, tantas letras, tantas canciones que configuran instantáneas de mi existencia! Tomo nota de que vamos teniendo una edad y de que ellos, en su mayor parte, han cometido, ¡benditos sean!, todos los excesos que han querido, pero ¡ag! ,no por eso duele menos vernos privados de su presencia.
Aute fue el cantautor de la denuncia más críptica. Ahí está su Al alba para demostrarlo:

Si te dijera, amor mío,
que temo a a la madrugada.
No sé qué estrellas son estas
que hieren como amenazas,
ni sé qué sangra la luna
al filo de su guadaña.
Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga.
Quiero que no me abandones,
amor mío, al alba.

Su abrázame:

Abrázame, abrázame
Que está al acecho el enemigo.
Abrázame, abrázame.
Quiero saber que estás conmigo
Para asumir nuestra derrota
Sin excesiva indignidad
Ante esta orgía de patriotas
En posesión de la verdad.

O la fantástica Rosas en el mar :
Voy pidiendo libertad
Y no quieren oír.
Es una necesidad
Para poder vivir.

La libertad, la libertad
Derecho de la humanidad.
Es más fácil encontrar
rosas en el mar.

Sus letras eran un refugio cuando te sentías vulnerable.

A vivir, a vivir
Que la vida no es medida
ni porvenir
A vivir, a vivir
que este mundo fue un segundo
Del devenir.



Si todavía hay alguna bandera
que tenga por patria ninguna nación,
Ay, amor, es porque existes.
Aleluya, aleluya


Quiero que tus sentimientos sean puro mineral.
Polvo de cometa al viento del espacio sideral.
Ay, amor, ay, dolor,
yo te quiero con alevosía.


Tus manos, cuando me tocan
curan mis heridas más invisibles, más invisibles.
Cada vez que me amas es un milagro.

Pero también era el poeta de la lujuria cuando te incitaba a pasarlo bien en soledad.

Mi mano ahuyentó soledades
tomando tu forma precisa.
La piel que te hice en el aire
recibe un temblor de semilla.

Un quieto cansancio me esparce,
tu imagen se borra enseguida.
Me llena una ausencia de hambre
un dulce calor de saliva.

Dentro
Me quemo por ti.
Me vierto sin ti
y nace un muerto.

O en compañía:


Mi boca, besando tus labios incendiados
se dispone a beber en tu cáliz de polen y licor.
Y entre zumos y zumbidos de olas y alas,
libidinosamente libar el néctar de la flor, de tus mareas
lamiendo la miel salada que te fluye y quema mi lengua,
que vibra lasciva, entre savia y saliva.
Mojándolo todo, mojándolo todo
Volando por universos de licor.

Pero siempre, siempre, fue un romántico, deseoso de sentirse amado ( como somos todos):


No me hace falta la Luna,
ni tan siquiera la espuma,
me bastan solamente dos
o tres segundos de ternura

Quiéreme, sin el mínimo pudor
Quiéreme, con la insidia de la fiera
Quiéreme, hasta el último temblor.


Termino con la letra completa del que, he decidido, es uno de mis temas preferidos: Anda.



Anda.
Quítate el vestido, las flores y las trampas.
Ponte la desnuda violencia que recatas.
Y ven a mis brazos, dejemos los datos,
Seamos un cuerpo enamorado.

Anda
Deja que descubra los montes de tu mapa.
La concupiscencia secreta de tu alma.
Y ven a mis brazos, dejemos los datos,
Seamos un cuerpo enamorado.

Anda.
Pídeme que viole las leyes que te encarnan,
que no quede intacto ni un poro en la batalla.
Y ven a mis brazos, dejemos los datos
Seamos un cuerpo enamorado

Anda
Dime lo que sientes, no temas si me mata,
que yo solo entiendo tus labios como espadas.
Y ven a mis brazos, dejemos los datos
Seamos un cuerpo enamorado.



















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