"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 29 de octubre de 2020

Marejada particular

 

Siento que se me rompe el alma en pedacitos cada día que pasa. Entiendo que es pueril al lado de los dramas que medio mundo sufre, pero supongo que una también tiene derecho a desahogarse frente a las “preventivas” decisiones que toma. Llevo más de un año sin encontrarme con mi pandilla de Badajoz; unos por otros,que se dice,la casa sin barrer, y de verdad que hay días en que la añoranza hasta duele. Porque somos amigos de los de reírse, tomarnos el pelo, charlar de libros y series...de querernos, en definitiva. ¡De los de Madrid u otras Comunidades para qué hablar! Con los amigos cercanos me veo de tarde en tarde porque las restricciones nos impiden que estemos al completo. Ni cumpleaños ni celebraciones, ni nada. Algún café suelto y alguna visita esporádica. Con mascarillas, sin abrazos, sin besos.¡Con lo táctil que yo soy!

Ídem con la familia; encuentros a cachos. Hoy unos, mañana otros. Más de lo mismo con los conocidos...Nos estamos convirtiendo en adictos a las videollamadas y confieso que ya les tengo un poquito de asco.

Soy una persona a la que le encanta relacionarse, charlar, usar las terrazas, asistir a actividades culturales… Quienes me conocéis sabéis de mi carácter ruidoso. ¿Quién suelta ahora una carcajada con la mascarilla?

No podemos consolar a los que están mal, de ánimo o  físicamente, ni  celebrar cariñosamente las buenas nuevas…

¡Madre mía! Para colmo, mi educación judeocristiana me hace sentir culpable por quejarme de bobadas como éstas cuando me podría dar con un canto en los dientes por la vida que llevo… Es de psicólogo, no digáis.

Cuando publique estas palabras escucharé mil consejos(de ciertas optimistas recalcitrantes ya los recibo a diario)y puede que ni me hagan falta, porque no me tengo por pesimista, pero hoy me he levantado con dolor de garganta ¡y he corrido a ponerme el termómetro!Alucinada conmigo misma. ¡Si es lo típico en mí por estas fechas! Soy de catarro estacional por mi manía de usar poca ropa en casa y andar descalza. Y,sin embargo,levantarme con la letanía en la radio de los casos de coronavirus me deprime el espíritu. No tengo miedo por mí, lo he dicho muchas veces y soy sincera, pero me da pavor transmitirle un problema de salud a mis seres cercanos.

No quiero imaginar cómo se sentirán esas personas que han pasado por dificultades "serias": guerras, dictaduras, enfermedades crónicas, pérdida de seres queridos… A los que, para colmo, también les toque aguantar este “año maldito” no se les debe romper el alma a pedacitos como a mí, se les debe quebrar. Solo por ellos, prometo levantarme mañana con el espíritu renovado.

Al resto, gracias por escuchar.

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