El
pasado domingo, 21 de julio, se despidió No es un día cualquiera,
tras amenizar durante los fines de semana de veinte “cortos “años
a una audiencia que le hemos sido fiel por puro egoísmo. Con la
periodista Pepa Fernández al frente y un elenco admirable de
colaboradores hemos aprendido tantas cosas que hasta duele el
recordar que ya sólo formarán parte del recuerdo.
Para
quienes no hayáis
tenido la suerte de conocer el programa de
rne,
deciros que los contenidos variaban desde la música ( de todos los
géneros, incluida la clásica ) , hasta los libros o el cine,
pasando por una defensa a ultranza del uso correcto del español .
Pocos programas han puesto tanto énfasis en cuidar el idioma,
defenderlo de extranjerismos, en
mostrarnos la riqueza y el origen ( que se lo digan sino al Verba
volant
de Emilio del Río, las “Palabras
moribundas” de Pilar García Muton y Alex Grijelmo, las “palabras
encadenadas” de Jordy Fortuny,
o al
fascinante
“Comunica que algo queda” de Manuel
Campo Vidal )
No
me costaba madrugar un sábado o domingo con tal de ensimismarme en
las noticias meteorológicas de José
Miguel
Viñas, la
lectura de la prensa de Josto Maffeo, el
conocimiento
de vinos de
Sergio Sauca ( que no solo domina los deportes, visto queda) ,de
cocina con Pedro Subijana. Disfrutar
de la musica de siempre con José
Ramón Pardo,
de los avances científicos
que traía Manuel Toharia, del
estudio de la naturaleza y los
animales, con Joaquín
Araújo, del
humor de
Juan Carlos Ortega. Era
fantástico entender
las matemáticas
con Clara Grima, conocer los
entresijos de la Historia con Juan
Eslava Galán, comprender las bases
de la Economía con Miguel
Ángel Mondelo, saborear la filosofía
en pantunflas de
Toño Fraguas, conocer los estrenos
de cine y
teatro con Jaime Azpilicueta,
averiguar cómo le va al deporte
femenino de la mano de Paloma del Río...Y
más y más secciones maravillosas que han ido cambiando a lo largo
de los años.
No
han cambiado Nieves Concostrina y su desternillante Acabose ( jamás
las noticias de muertos fueron tan irreverentes y divertidas) o las
secciones de Andrés Aberasturi, con esa poesía que pone al
expresarse.
Sí
tuvimos
que quedarnos sin los apartados
de José María Iñigo porque no nos quedó otra, pero ni Eurovisión
volverá a ser la misma sin sus comentarios ni el programa de Pepa
retomó su vitalidad sin sus chascarrillos. Ha
sido una presencia siempre presente.
Les
añoraré a todos, no cabe duda. Y aunque la vida sigue, lo hará con
menos júbilo en las mañanas de los fines de semana.
Gracias
a Pepa y todo su equipo por habernos dado tantos buenos ratos. Sé
que soy una más entre los millones de escuchantes que su programa
tenía, pero no he podido dejar de hacerles este humilde homenaje por
los buenos momentos vividos.
LA
RADIO ES MUCHO MÁS QUE COMUNICACIÓN, ES ESTABLECER LAZOS
SENTIMENTALES.
PD:
Mis disculpas a todos los que quedaron sin
nombrar, que han sido muchos, como
Forges, Leontxo García, Pancracio
Celdrán, los Golden
Apple Quartet, Daniel Samper...
y tantos, tantos técnicos, sin nombre conocido pero con una
estupenda labor a sus espaldas. Incluidos quedan.