"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

viernes, 23 de abril de 2021

DÍA DEL LIBRO

 



No pude recorrer Escocia así que cogí mi macuto de maestra y se lo endosé a Ana para que lo hiciera por mí. La convertí en la amiga que James necesitaba y el amor que Dylan no esperaba encontrar. No contenta con ello, regresé años más tarde para que Brenda, en calidad de Chef, se convirtiera en la reina de Edimburgo y rompiera tabúes clasistas. Así surgieron Mo duinne y Mo fàil.

Otra asignatura pendiente eran las costas de Brasil y embarqué a Silvie, en mi piel de escritora, para describir un universo de selvas, playas desconocidas y aventuras con mafiosos que nos llevaron a París. Por supuesto, muy bien acompañada por un cantante neurótico y un fotógrafo encantador. Lo leerás en Intruse.

Aterricé en tierras más cercanas, de Madrid a Badajoz , para realizar mi sueño no cumplido: aprobar ciertas oposiciones y tentar a mi destino con un hombre prohibido cuando tenía a mis pies al mejor de los maridos. Lo relato en Asuntos pendientes.

Regresé allende los mares para aterrizar en Veracruz, y Tess se enamoró de Juan, el galán que todas forjamos en nuestras mentes. Una historia sencilla, de amor y desamor, que describe como una cría se convierte en mujer y lucha por lo que desea. Porque mis protagonistas son mujeres de carácter, con agallas para lograr sus objetivos. Con tesón para cumplir sus sueños.

Y me metí en camisa de once varas para demostrarme que podía escribir erótica y tracé el testimonio de una escritora novel, ansiosa por hallar la historia de su vida. Le salió “Hasta el ultimo temblor” ( gracias, mi amado Aute , por regalarme un título) . Si Ana, Alberto y Marina son reales, Eva y Carla lo son más, retándose en su Juego de damas.

Pero como no solo de presente vive un escritor, y la que aquí se confiesa es incondicional de la Historia, con mayúsculas, me lancé de cabeza a los albores del Reino de Inglaterra y bajo el mando de Guillermo el conquistador, os presenté a la sajona más valiente y al normando más honorable. Lady Anne y Willem de Brion han quedado ya en el recuerdo de todos los que me leéis ¡porque habéis sido un montón! Gracias por apreciar con tanto cariño El compromiso.

Desafiando al destino, os adentré en una época posterior, el siglo XII, y os mostré de lo que es capaz una mujer por eludir un matrimonio indeseado. Viajamos a las Lowlands y asistimos al enfrentamiento entre Claire y Liam, el Halcón de Rostalch, un guerrero letal que rendirá su espada ante la única mujer que no lo teme. Ella guarda secretos y él le ha dado su palabra al rey, pero es más fácil rendir pleitesía a un monarca que obligar al corazón a no sentir.

Como lectora empedernida, los protagonistas corsarios poblaron mis sueños de adolescente, y siendo escritora, inventé el mío: Justin MacKane. Divertido, arrogante, leal… Blanca de Guzmán tuvo la suerte de cruzarse en su camino y eludió un matrimonio que imaginaba terrible. Sedujo con su gracia española al incauto escocés y juntos librarán aventuras de abordajes, burdeles, huracanes y todo aquello que convierte a Llévame contigo en una estupenda novela de aventuras en el Caribe del siglo XVII.

Como enamorada de la novela inglesa no podía faltar en mi repertorio un viaje al Londres del XIX, con aristócratas decadentes, residencias campestres, clubes de caballeros, bailes y castillos. En Regalo del cielo , Axel, una niña de la calle, será rescatada por Orson Birmingham quien la criará como a una hija y la educará como a una dama. Solo hay un escollo en la felicidad de Axel, Devon Hunt, sobrino de Orson e hijo de la condesa de Valmont. Devon, cegado por los celos, no puede creer a su regreso de Europa que la mocosa que tanto odió se haya convertido en la mujer que lo recibe, herida y rabiosa, en Marion Hill. Tampoco puede imaginar que, por ella, llegará a superar prejuicios y a poner en jaque la relación con su mejor amigo, James Ivory, cuando este cae rendido a los pies de Axel.

Tendrán que pasar cinco años para que el duque de Ivory haya superado su obsesión por la esposa de Devon, cinco largos años en la India, que lo han convertido en un hombre más sensato pero también más sensual del que se fue. Un duque que quedara fascinado por una sorprendente mujer, cargada de secretos, llegada de Boston. Con Megan Cameron descubrirá el significado profundo de la palabra Nayely.

Con estas historias he puesto mi corazón “En tus manos”.

Como lectora, los libros son el escape hacia mundos en los que me sumerjo, me identifico con los protagonistas, veo con sus ojos lugares inaccesibles y descubro las bellezas de describen. Como escritora, un modo de experimentar otras existencias y disfrutar con ellas.


Para tod@s, lectores y escritores, FELIZ DÍA DEL LIBRO.


jueves, 15 de abril de 2021

APROVECHADOS

 


   Vivimos tiempos complicados, nadie lo niega. Tiempos en los que nos sentimos vulnerables por todas partes. Y me fastidia que ciertas empresas se aprovechen de esa vulnerabilidad haciéndonos creer que sus servicios son imprescindibles.

   Les escucho todas las mañanas en mi cadena de radio y me ponen de mala milk. Me refiero a las compañías de asesorías jurídicas , esas de las que no puedes prescindir porque estás en ERTE o igual llegas a estarlo… O sea, que como el tema empleo está tan genial, pues tú te apuntas y así ya estás en condiciones de saber tus derechos y demás… ¡Que ellos van a evitar que te vayas a la p...calle si les pagas, vamos! Nooo, pero más informado , sí, por supuesto. Eso garantizado.

   Espero que la gente tenga más cabeza que los que hacen las campañas publicitarias porque, de verdad, entran ganas de darles cuatro voces. Hay organismos públicos que se encargan de informarte, pero claro, como en estos tiempos todo lo público parece estar en decadencia...¡Pues no! Lo que debemos hacer es exigir que lo público funcione, y no fomentar que haya que acudir a lo privado para defender nuestros derechos.

   Las otras que me ponen de los nervios son las de las alarmas para las casas. ¡Madre mía, es que los españoles en general vivimos en barrios como el Bronx? Robos ha habido toda la vida y ya no se puede dejar la puerta con una simple cadena, como hacía mi madre para que las vecinas entraran sin dificultad, pero de ahí a instalar una alarma porque “ ¡si la tienen todos los vecinos, nos van a venir a robar a los únicos que no la tenemos, que somos nosotros!” (oígase con voz histérica) ¿De verdad? ¿Se puede crear esa psicosis en el personal? ¿Hacernos mirar con prevención a cualquier desgraciado que no lleve chaqueta ( que esos sí que nos roban, pero más ladinamente), o a los extranjeros, que igual hasta son nacidos en España pero conservan sus rasgos de origen? ¿O pensemos que, con tanto desgraciado como ha quedado sin vivienda, ahora se nos van a meter de okupas en nuestra casa? Crear semejante clima de desconfianza hacia el prójimo me parece una canallada.

   Las empresas que florecen con esos temas, estarán en su derecho, no lo niego, pero me repugnan. Porque se aprovechan del miedo, de los temores más profundos de una sociedad que, con la dichosa pandemia, está en constante equilibrio entre lo que está bien y está mal, entre lo que se puede y no se puede hacer. Son propaganda para fomentar la cobardía y no, no estoy de acuerdo.

   En momentos difíciles es cuando el ser humano debe sacar lo mejor de sí mismo y ser solidario, honesto, compasivo, confiado, leal, amable...Luchador.

    Te invito a meditarlo.






jueves, 1 de abril de 2021

Experiencia hospitalaria


 

    Estuve ausente de las redes varios días porque pasé a formar parte del nutrido grupo de desafortunados que engrosan las listas de “acompañantes hospitalarios”. Es curioso que parezca una suerte que te dejen estar con tu familiar enfermo cuando tu vida se limita a estar encerrado en una habitación, a comer alimentos que dejan mucho que desear de una cafetería ( si no de una máquina expendedora) y a intentar dormir en un sillón que alguien diseñó con idea de no usarlo jamás en sus propias carnes. Pero lo cierto es que sí, que la tranquilidad de hablar de tú a tú con los médicos y de colaborar en las necesidades básicas de esa persona que quieres, hace que merezca la pena.

    El maldito covid nos ha complicado la existencia también a quienes no somos enfermos ni personal hospitalario. Para empezar, te hacen la prueba del bastoncito y solo pasas si eres negativo. Me parece perfecto. Toda prevención es poca. Por eso no entiendo que haya descerebrados que aprovechen los momentos de máxima afluencia en un hospital para colarse y sustituir a otro familiar sin pasar por dicha prueba. Se convierten en bombas ambulantes. Y así infectan una planta con el consiguiente perjuicio para trabajadores y pacientes. Unos deben hacerse pruebas y otros se quedan sin acompañantes. Y encima se encrespan los ánimos y se escucha de todo. Lo he vivido. La gente es muy mala y suelta en redes lo que le pasa por la boca sin dejar que la mente lo procese antes.

    Pero en fin, así son las cosas y así somos los humanos. Esos que Rousseau consideraba buenos por nacimiento aunque la sociedad después nos corrompiera. No sé qué decir. Con un punto de chaladura creo que nacemos.

    En cuanto al personal, debo quitarme el sombrero ante muchas mujeres que lo dan todo en su turno, sea cual sea. Están al pie del cañón mañana, tarde o noche. ( ¿Por qué la mayor parte de las enfermeras, auxiliares y limpiadoras son del mismo género? ). Mi agradecimiento para Paloma, Toni, Pamela, Inés, Matilde, Ángela y aquellas cuyos nombres desconozco. Y mi desagrado hacia esas otras que se escaquean “porque no es la hora de” o te tratan de malos modos como si fueras una turista incómoda en una pensión familiar. Por suerte fueron las menos, pero desmotivan al resto de compañeras porque les toca realizar doble faena y ya de por sí son pocas y con escasos medios. A esas, como bien murmuró una de las “buenas”, más les valdría jubilarse y dejar la plaza libre para las que sí quieren trabajar, que son muchas y dispuestas. Entiendo que la gente se “queme” en un oficio tan crudo, pero tratan con personas, no con seres inanimados así que, cumplan o lárguense. Que lo suyo es poner quejas por vía oficial, pues sí. Pero pocas veces nos complicamos la vida, con la esperanza de un alta que nos saque de ese entorno. Y si lo hacemos, recibimos un papelito con disculpas estereotipadas que tampoco solucionan demasiado.

    Termino con un efusivo agradecimiento a las integrantes del equipo de paliativos. Por su dedicación , cariño y aliento. Profesionales que hacen su trabajo con humanidad, conscientes de los delicados momentos que una familia pasa cuando las cosas se ponen feas. Gracias por no rendirse, por apoyar, por esa sonrisa oportuna...Si amas tu trabajo, lo transmites. Ellas lo hacen. Noemi, Ana, Petri. Gracias.


    Un abrazo especial para Guillerma y Amparo, excelentes compañeras de habitación, por facilitar nuestro bienestar y mejorar nuestro ánimo. Mis mejores deseos para ellas y sus circunstancias.