Hoy, 7 de junio, me despierto con esa frase de
Feijóo, a la que suma las «lindezas» de: fuera la Ley de Memoria
Histórica, la Ley Trans, y ya veremos qué pasa con Eutanasia,
Igualdad y Reforma Laboral.
"Voy a derogar la mentira,
el engaño, la soberbia, el sectarismo y, por tanto, el sanchismo",
afirma el líder del PP.
En realidad, todo se reduce a eso,
al «sanchismo» como él lo llama. Revancha, pura y dura.
Porque, a ver, señor Feijóo, los
españoles que defendemos la memoria histórica no son los de Bildu,
no se equivoque, somos muchos. ¡Muchos!, tengamos muertos enterrados
en fosas o no. Porque es una cuestión de justicia social,
simplemente. Yo no tengo ninguno, pero conozco gente que sí, y me
duele su dolor porque soy solidaria, empática, cosa que usted ni
sabe qué significa. Ni usted ni los que opinan como usted.
Se han pasado todos estos años de
«sanchismo» rechazando apoyar leyes que ayudaban a los ciudadanos,
algunas veces olvidando incluso, promesas que hicieron. «Obligaron»
al gobierno a pactar con nacionalistas y «perroflautas» como les
encanta llamarles. Juraría que el pecado de omisión no descarta la
pena. Y ustedes han omitido con avaricia. No han pensado en la
ciudadanía, jamás. Sólo en rascar votos de los radicales. Y, por
desgracia, parece que les va bien, sino no se comprende lo de Ayuso
en Madrid, pero bueno, que cada uno asuma sus decisiones.
Un obrero votando a la derecha más
radical solo se comprende con el desengaño y en eso, en explicarse
mal, sobre todo, sí han tenido la culpa las izquierdas. ¡Qué
triste, hablar de derechas e izquierdas en el siglo XXI! Pero parece
que es el único lenguaje que se entiende.
Parece que desenterrar muertos de
los rojos se les atraganta a los azules. Mala suerte. Pero en
democracia, son tan ciudadanos unos como otros. Y «los rojos»
todavía no descansan en paz.
Por otro lado, mujeres de España,
ganada la paridad ( en ley, que no en efectivo, pero en ello se
estaba), corremos el riesgo de perderla. A las «chicas»del PP que
curran en política no parece importarles. Sin duda, ellas no tienen
problemas de guarderías, ni de trabajo doméstico ni de llegar a fin
de mes. Las demás, Sí. Y son millones. ¡Somos millones! Mujeres
embarazadas, mujeres con acoso sexual y laboral, mujeres con
problemas de salud… Somos muchas, insisto. Pero no les importamos
lo más mínimo.
¿La ley Trans? ¡Por dios,
degenerados que no saben lo que quieren! Hablamos de salud mental y
qué bonita parece; esa, si no profundizamos, igual sí la incluyen
en su programa electoral. Con lo cual demuestran no tener ni puñetera
idea de lo que implica, porque un elevado número de depresiones e
intentos de suicidio tiene que ver con gente que no se reconoce en su
cuerpo.
¿Por qué tenemos que atacar lo
que no conocemos o no nos gusta? Las leyes NO OBLIGAN, PROTEGEN.
Yo no cogeré a nadie por el cuello
y le exigiré que me aplique la eutanasia; pero aceptaré, gustosa,
que me dejen morir en paz cuando lo solicite.
Mi cuerpo es mío, señores
políticos, mío y de nadie más. Para engendrar, para mantener
relaciones sexuales y para morir.
Como ciudadana, jamás podré votar
a partidos que vayan contra mi persona.
Por favor, reflexiona y ve qué es
lo que quieres tú.
PD: No seas iluso/a/e, ningún
partido nos va a representar al cien por cien. Pero alguno habrá que
se acerque a tus anhelos.