Me
desperezo, voluptuosa, tras un sueño reparador. No estás a mi lado.
No importa. Tu presencia permanece entre mis sábanas. Tu olor. El
recuerdo de tus manos en mi piel. Sonrío al borde de la carcajada.
Me has hecho feliz. ¡Tannn feliz! Dormir entre tus brazos fue el
broche final, la ovación con que finaliza el concierto de año nuevo
en Viena tras interpretar la orquesta la marcha Radetzky. Puedo oír
la música en mi cabeza, retumbando en mis oídos, como anoche me
atronaron nuestros jadeos.
Miro
a la ventana y veo la claridad que ilumina el día, las lilas que
inundaron mis sentidos cuando deslizaste la bata de mis hombros y la
dejaste posarse de cualquier modo en el sillón...La copa de licor de
violetas que dejé a medias al escuchar que cerrabas la puerta a tus
espaldas.
Tiene
un color distinto la mañana. Me envolviste en tu fragancia y ahora
soy una flor permeable,sensible. Una lila más que desmenuzaste entre
tus dedos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario