"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 25 de abril de 2024

ABRIL, LIBROS MIL



    Personalmente, me da igual que sea abril u otro mes, necesito tener un libro en las manos a diario, pero me consta que no todo el mundo comparte mi obsesión. De todas formas, aprovecho esta época de lanzamientos y de ventas en Semanas y Ferias  para recomendaros dos de los que más disfruté.

    Con Nora Ephron y su «No me gusta mi cuello» me he sentido tan identificada que se lo he recomendado a todas mis amigas. Rejuvenece una dándose cuenta de que no es un bicho raro, de que hay otras mujeres que sienten y sufren por las mismas cosas que tú. Comprendes lo absurdas que son y te ríes de ti misma. ¡Una gozada!

    De muestra: Prefiero mil veces ver esta cara y este cuello lamentables cuando me miro de reojo en un espejo que enfrentarme a una desconocida con una cara sospechosamente parecida a la piel de un tambor.

    «Los puntos sobre las íes» me llamó, cual canto de sirena, desde la mesa donde estaba expuesto. Es de una autora de la que nunca había leído nada, Iris Borda, aunque ya tiene bagaje en esto de la literatura feminista. Son sólo 13 poemas, ilustrados por una espléndida Inés Bocanegra ( que tampoco conocía). Doy gracias a la editorial extremeña La Moderna por su publicación y por regalarme tan buenos ratos.

    Como muestra un simple verso: Me gusta estar sola, porque estando sola sé quererme.

    ¡Qué liberación! Cuánta verdad en unas palabras. A las mujeres nos han educado para ser compañeras, cuidadoras, guías...pero nunca nos enseñaron a mimarnos; al contrario, nos tildan de egoístas si buscamos un respiro. ¡A hacer gárgaras! Si no nos cuidamos y nos queremos, jamás daremos lo mejor de nosotras mismas.

    Ninguna de esas autoras me ha dicho nada que no supiera ya, pero leerlas me ha ayudado a reafirmarme en mis pensamientos. Por si también os sirven, ahí lo dejo.





PD: También os recomiendo las novelas de Mercedes Gallego para comprar y regalar estos días. Lo cortés no quita lo valiente. 

                                                                   ¡ Feliz lecturas!











jueves, 11 de abril de 2024

TE GUSTE O NO

 


 

Ojalá esta canción de J.M. Serrat nos calara hondo,  nos encendiera la cara de vergüenza por no hacerla nuestra y removiera los duros corazones de los que hacen sufrir a los más débiles. Siguen despertándome los gritos de los inocentes, el dolor de las absurdas guerras y me muerdo las uñas de impotencia por no saber cómo ayudar. Esta es mi pequeña contribución, para que tanta impiedad no caiga en el olvido.

 TE GUSTE O NO.

Puede que a ti te guste o no, 

pero el caso es que tenemos mucho en común.

Bajo un mismo cielo, más o menos azul, 

compartimos el aire y adoramos el sol.

Los dos tenemos el mismo miedo a morir, 

idéntica fragilidad,

un corazón, dos ojos y un sexo similar 

y los mismos deseos de amar y que alguien nos ame a su vez.

Puede que a ti te guste o puede que no,

pero por suerte somos distintos también.

Yo tengo una esposa, tú tienes un harén.

 Tú cultivas el valle, 

yo navego la mar.

Tú reniegas en swahili, yo en catalán.

 Yo blanco y tú negro como el betún.

Y fíjate, no sé si me gusta más de ti lo que te diferencia de mí 

o  lo que tenemos en común.

Te guste o no,

me caes bien por ambas cosas.

 Lo común me reconforta, lo distinto me estimula.

 Los dos tenemos el mismo miedo a morir...
 

jueves, 21 de marzo de 2024

MIRARSE AL ESPEJO


 

Cuando era joven no malgastaba mi tiempo en pensar cómo sería hacerse mayor. Había gente a mi alrededor que lo era y daba por descontado que debía ser muy triste llegar a cierta edad y pensar que te quedaban pocos años por delante para cumplir tus sueños.

Escuchaba a mi madre decir que no sabía quién era esa mujer que había al otro lado del espejo cuando ella se miraba. Yo me reía, pero no podía entender hasta qué punto eran ciertas sus palabras. Ahora sí. Cuando me miro en el cristal y pestañeo porque no sé cuando fue que se me descolgó la cara, que se arrugó el cuello, que se clarearon las cejas… porque me siento fresca por dentro, alegre, llena de fantasías y de planes por cumplir. Opino que la vida es para beberla a tragos largos, para zambullirse en ella y nadar contracorriente si se pone pesada, pero sin detenerse. Me siento tan joven como la de aquel entonces. Pero no lo soy, evidentemente.

Es lógico admitir las dificultades del camino: los dolores de las articulaciones, la mala circulación, la menopausia o el mal dormir; pero siendo solo eso, a mi edad, me puedo dar con un canto en los dientes. Soy una privilegiada, pese a que no reconozca a esa señora del espejo, como le pasaba a mi madre.

Por suerte, las mujeres de esta época podemos saborear la vida en vaqueros y con el corte de pelo que nos dé la gana; siempre y cuando no nos afecten demasiado las etiquetas de «lo que está bien o mal a cierta edad». Debe ser horrible vivir pendiente del juicio ajeno, como esas chicas que se operan a la primera de cambio por unas arruguitas aquí o allá, o esas señoras que se empecinan en no admitir que, la del otro lado, son ellas. Se necesita un consenso entre el reflejo y el ser interior. Con suerte, si hallamos el equilibrio, somos felices. 

Estoy en ello. 

viernes, 8 de marzo de 2024

MANTENIDAS

 

En un día como hoy, 8 de marzo, en el que las mujeres nos manifestamos celebrando los éxitos sociales y laborales obtenidos y reivindicamos los que nos quedan por conseguir, que son bastantes, sobre todo de libertad efectiva, quiero contar una noticia que leí hace unas semanas y me dejó perpleja.

Se han puesto de moda en las redes sociales, según parece, un tipo de mujeres que se definen a sí mismas como «Stay at Home Girlfriend». Hay una tal Helen, de 25 años, tendencia en TikTok por mostrar su rutina del día a día mientras su novio va a trabajar. Acumula más de 165 millones de visualizaciones. ¡Por enseñar cómo mantiene la casa impoluta y se cuida a sí misma como si fuera una Barbie!

No lloro porque...bueno, no sé por qué, pero que personas así estén ganándose la vida, porque a la hora de la verdad lo hacen, promocionando artículos de casa y belleza, defendiendo lo guay que es «ser una mantenida», pues la verdad...¿Años de lucha para esto? Mujeres golpeadas, encarceladas, subyugadas...¿para que ahora nos vendan al tipo de mujer «en casa y con la pata quebrada»? Joder, qué fuerte.

Un estudio de la Universidad de Stanford sobre el comportamiento de los usuarios en redes, publicado en 2021, concluyó que el contenido que más se viraliza, es decir, el que se vuelve tendencia, es el que viola los valores culturales de las personas. Debemos de tener un punto imbécil las mujeres, sí, para permitir que ese tipo de publicidad se instale en nuestras cabezas y nos sintamos más felices sin currar fuera de casa ( porque dentro sí lo hacen) y dando más importancia a la estética de nuestro físico que a la superior satisfacción personal de ganarse las lentejas una misma, con el sudor de nuestra frente y sin agobiarnos por si somos guapas o feas, delgadas o gordas.

¡Menudo mensaje de sororidad para la juventud!

Mientras mujeres de mi generación mantenemos viva la inquietud por un mundo sin machismo, sin violencia de género, sin estereotipos, hay otras que optan por la «idílica» vida de un ama de casa, como las de las películas americanas de los años 50, que no son sino una falsa fachada que solo puede hacer felices a los hombres; a ciertos hombres, perdón.

Nos pillan a destiempo y sin ser duchas en el manejo de las redes, pero de verdad, algo tendremos que hacer. Callar ante semejante disparate es abrir las puertas al antiguo machismo, ese que ciertas tendencias políticas consideran «lógico y sensato».

Y luego se preguntan para qué nos manifestamos el 8 de marzo...