"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)
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jueves, 24 de octubre de 2024

ALCÁNTARA MÁGICA

 

    La ciudad de Alcántara, en Cáceres, ha sido testigo, durante el fin de semana del 18 al 20 de octubre, de un histórico encuentro.

    Escritores/as de ambas provincias extremeñas nos hemos reunido para rendir homenaje a la gloriosa creación de la AEEX; gloriosa y algo loca, por parte de unos excéntricos — según opiniones «sesudas» de la época —autores de diferentes géneros literarios que, tras redactar un manifiesto palmario, fueron el germen de la actual asociación. Son algunos de sus nombres: Julián Rodríguez, Angel Campos, Pureza Canelo o Santiago Castelo.

    Me encantó conocer que la asociación nació de un grupo de irreverentes, de personas con capacidad para enfrentarse a las normas establecidas, para defender la libertad en la cultura, sin colores, sin obligaciones, con ganas de comerse el mundo neutro en que vivían y crear uno absolutamente libre. Para mí, la emoción de escribir y que los demás disfruten de mis letras es lo único que tiene sentido en este oficio; comprobar que lo mismo opinaron esas celebridades, me llena de orgullo. 

    Es imprescindible reconocer, además, la labor de la Editora Regional, íntimamente ligada a los miembros y al trabajo de la AEEX. Muchísimas obras han llegado al gran público  gracias a su tarea divulgativa. 

    Se ha tratado el asunto de la continuidad literaria de nuestra comunidad, pero no encuentro motivo para la duda. Hay numerosos ejemplos de gente joven y menos joven dispuesta a mantener alto el prestigio de las letras extremeñas; quizá no con la solemnidad que ahora ostentan y defienden ciertos miembros, sino con la creatividad que los nuevos tiempos impulsan. No podemos estar ciegos a las innovadoras formas de comunicación que se van introduciendo; lo importante es que tengan un sello de calidad. Considero que, del mismo modo que las letras de un cantautor pueden ser poesía, también podemos considerar las de un rapero: una poesía urbana, parecida a la de denuncia social, aunque cambien las formas.¿Dónde está la diferencia?

    El tiempo irá dando o no la razón a estas ideas.

    Ha sido impactante reunirnos en una localidad que, en tiempos pasados, albergó tres culturas (árabe, judía y cristiana), como nos cuenta Frank Baer en su interesante novela El puente de Alcántara; siglos después hemos convivido autores que cultivamos los tres géneros literarios: narrativa, lírica y dramaturgia. Estoy convencida de que, en nuestra obra, hay un poso de lo que esas culturas nos dejaron en herencia.

    Para finalizar, como guinda de un pastel, «degustamos» la presencia y la música de un poeta que concentra en sus canciones el amor por la tierra y los valores eternos: Luis Pastor. Nadie como él para colmar de belleza un congreso literario.

    Poco más se puede decir, dejando a un lado el placer de conocer compañeros/as del gremio, compartir copas y risas y disfrutar de un ambiente cargado de ilusión de futuro.

    No hay edad para las letras. Extremadura seguirá manteniendo alto el pabellón. Ya lo dice Luis en sus Memorias en verso:

...conmigo firmé un contrato

llamado «Fidelidad»,

sigo fiel y así será,

hasta que muera mi canto.



jueves, 6 de junio de 2024

EL MARAVILLOSO LENGUAJE DE LAS FLORES.

 

Diréis, y con razón, que de dónde he sacado esa idea tan trasnochada para escribir un artículo, pero os recuerdo que soy escritora de romántica — a mucha honra — y que, además, soy maestra, con lo cual considero que un poquito de cultura floral antes de que termine la primavera, no nos viene mal. Espero que algún avispado caballero lo lea y sepa seducir a su amada como , sin duda, ella merece. ¡Jo, cada vez hay menos tíos sensibles! Las chicas no queremos empalagosos ni piropeadores, pero a ninguna nos molesta recibir ciertos detalles.

Eso sí, no metáis la pata al comprar flores. Para vosotros, esta guía súper práctica (tampoco pasa nada por terminar la estación con buen humor).

Debéis saber, en primer lugar, que este lenguaje existía en Turquía antes del siglo XVIII que es cuando una inglesa de postín — cómo no — lo importó a Europa.


NOMEOLVIDES: fidelidad y amor imperecedero. 


 

NARCISOS: caballerosidad, respeto. También cuando un amor no es correspondido ( ( no escribas un wassap, manda flores y la/le dejarás con la boca abierta)


 

MARGARITAS : su nombre viene del latín, significa «perla» y representan la candidez la inocencia ( tiene poco futuro, me temo) 


 

CAMELIA : admiración, gratitud, buena suerte. 


 

ROSAS : amor verdadero.


 

VIOLETAS : «te seré siempre sincero» ( si queréis hacerme un regalo, es mi preferida) 


 

CLAVEL : ¡ojo, cuidado con el color! Amarillo: rechazo, desilusión; rojo, admiración. 


 

AMAPOLA: la silvestre, la que coges del campo sin más, significa «consuelo»; la roja, placer; de la blanca te olvidas, porque es de la que extrae el opio. 


 

TULIPÁN : este también viene complicado, no confundas el color: rojo, amor verdadero; amarillo, «olvídame» ; blanco, «te perdono»; púrpura , «eres una reina» o un rey, claro, depende de quien regale; jaspeados, «me encantan tus ojos»

Los tulipanes son tan importantes en la economía holandesa que en el siglo XVII originaron una crisis financiera; su precio era tan alto como el del oro. 


 

GIRASOL: adoración, lealtad, orgullo, nobleza de pensamiento.

¿Sabías que viene de América latina? Las primeras semillas las trajeron los conquistadores de México y Perú. 


 

Aquí lo dejo. Tengo un listado enorme con anécdotas de estas y otras plantas, pero me conformo con haber despertado vuestra curiosidad. 

¡Venga, vamos, no hay mejor regalo que un ramo bonito!







jueves, 23 de abril de 2020

Día del libro 2020


Nada nos puede quitar la alegría de celebrar esta fiesta! Hoy es el día del libro y aunque lo festejemos desde nuestras casas, alzo mis libros y brindo por ellos.
Me preguntaban hace poco por el libro que cambió mi vida y puse cara de susto.¡Ninguno! He leído tannntos y tan diversos, que no podría decantarme por ninguno. Cada uno tuvo su momento y en ese tiempo me hizo feliz. No sé cuál fue el primero que leí, supongo que un cuento de la inmensa colección que mi tía Petra me proporcionó. Cuando era pequeña, pasaba temporadas con ella en Madrid y todos los días bajaba al kiosko frente al bloque para comprar alternativamente, un juguete o un cuento, así que junté muchísimos. Después seguiría con las novelas de mi madre, imagino, y más tarde con los de la Biblioteca. Sé que el primero que me compré, con dinero ahorrado, fue Love Story de Erich Segal. Después le siguieron los de Martín Vigil, como mi amigo Capilla me recordaba, Vázquez Figueroa y otros autores. Leí mucho paranormal porque en mi familia nos encantaba: Erich Von Däniken, Jimenez del Oso, JJ Benítez...Pasé la época espiritual con Joan Brady y su Dios vuelve en una Harley, Brian Weiss y cientos más, la época crítica con Los manuscritos del mar Muerto y la teología de la liberación… y entre medias, George Orwell y 1984, Vargas Llosa y La ciudad y los perros, Makarenko y Poema pedagógico, Ernesto Sábato y El túnel, Herman Hesse y El lobo estepario, García Marquez y Cien años de soledad, Catherine Neville y EL ocho...Un compendio de lecturas tan diversas que me fueron forjando el gusto por ciertos autores y el desinterés por otros. También hubo poesía, claro, muchísima poesía.
Llegó Isabel Allende con su Casa de los espíritus y me enamoró. Almudena Grandes con Malena es un nombre de tango o Pérez Reverte con El maestro de esgrima, y ya me hicieron adicta a sus libros. Debería sumar a los antiguos, Vázquez Montalbán, Delibes, Sampedro, Tolkien… Imposible nombrarles a todos.
Para colmo me entusiasmé con la novela negra y policiaca ( Víctor del árbol insiste mucho en diferenciarlas) y entraron en mis estanterías Patricia Cornwell (una balda completa, atiborrada), Paul Sussman, Preston & Child, Scott Mariani, Jerónimo Tristante o Toti Martinez de Lezea, entre otros.
De novela romántica mejor no hablar. Tengo una favorita, aparte de las de Lisa Kleyas o el Orgullo Sajón de Nieves Hidalgo : Shanna”, de Kathleen Woodiwiss. Una obra de arte para los sentidos. La novela que me impulsó a crear protagonistas femeninas “empoderadas”, esa palabra que tan de moda se ha puesto.
Poco más puedo recrear en un día como éste, cargado de letras y autores fantasticos que las saben poner en el sitio correcto. Para todos ellos, gracias; mil gracias por los maravillosos momentos que me hicisteis pasar.
PD: (Y los que me quedan!!!)

jueves, 27 de febrero de 2020

Escuela de mujeres


Una compañera me ha pedido que recoja mis impresiones de lo que supuso mi paso por la escuela de Badajoz. Una alumna desea escribir al respecto y le vendrían bien una pautas de orientación.
¡No sabes, María Luisa, lo complicado de resumir en cuatro ideas diecinueve años!
La escuela de Equipo Solidaridad no es exactamente lo que su nombre indica, un centro educativo. Sí es cierto que trabajábamos por niveles : Alfabetización,Medio ( donde se englobaba a quienes no entraban en los extremos) y Graduado. Se sumaban infinidad de talleres transversales: educación en valores, salud e higiene, informática, prevención de drogadicciones, ocio y tiempo libre, orientación laboral, cuidado medioambiental, etc, etc.
Sin embargo, la labor más importante que las “maestras” hacíamos ( hacen) es la de acompañamiento en todas las fases de la vida de esas personas que llegaban al modesto centro de San Juan, 28.
Les proporcionamos cuidado y atención de sus hijos en el Taller infantil ( el cometido realizado por las magníficas compañeras que han pasado por el aula resultó crucial para esos niños), asistencia en papeleo, apoyo moral y psicológico… En definitiva, una atención personalizada absoluta.
Las edades de las mujeres abarcaban desde adolescentes – las cuales abandonaban los institutos por imperativo de sus padres, para atender a los hermanos o contribuir con un sueldo al mantenimiento de la casa o por desinterés hacia los contenidos curriculares –hasta adultas de diferentes etnias y nacionalidades. Tuve una mujer de más de sesenta años que se sacó el graduado escolar y actualmente sigue participando de la Escuela de Mayores de la Universidad Popular. Un logro inmenso para ella y una satisfacción increíble para mí, “su maestra” como me llama siempre.
A pesar de la disparidad, las relaciones solían ser excelentes. Contribuía la actividad del café de los viernes, un espacio en el que se compartían confidencias, opiniones y, por supuesto, las diversas gastronomías de nuestras chicas. ¡Jamás he comido dulces árabes más ricos que los que ellas hacían! ¡Ni en el mismo Marruecos! Tampoco hemos bailado al son de canciones y palmas de temas gitanos con más diversión que en las fiestas de fin de curso.
¡Ha sido gratificante unir en nuestras salas a mujeres saharauis con marroquíes sin que mediaran disputas, a árabes con negras y blancas, tanto españolas como de países del este!
El respeto fue siempre la base de esa convivencia. Jamás se rompió en los años que viví entre ellas y me consta que sigue siendo regla elemental. Teniendo como presidente de la Asociación a un sacerdote y, durante muchos años, a una religiosa como directora, jamás se nos impusieron valores distintos de los de solidaridad, respeto y defensa de la mujer; su inclusión social como fin único para obtener un puesto en la sociedad que la hiciera sentirse valorada como mujer y como profesional, sin perder su identidad de gitana, inmigrante o, simplemente, perteneciente a una familia vulnerable. El objetivo máximo eran ELLAS. Siempre.
El equipo de trabajadoras del proyecto (no todas eramos maestras) cambió a lo largo de esos diecinueve años, excepto María Luisa y yo. Ella aún permanece. Confieso que fue duro, que sorteamos muchas dificultades: económicas, burocráticas, de salud.. Pero no puedo estar más agradecida a mi destino porgue me permitiera pasar esos años allí. Pocos trabajos son tan gratificantes, pocos enganchan emocionalmente hasta el punto de que despedirse provoque tristeza. Sigue habiendo un hilo que ata a quienes nos fuimos con ese lugar lleno de sonrisas, lenguas diferentes y rasgos exóticos.
Me considero parte del proyecto pese a haberlo dejado en 2014. Sigo teniendo relación con muchas de las alumnas, y por supuesto con las compañeras. Sigo añorando mi trayecto de San Fernando a San Juan cada tarde, atravesando el Puente Viejo sobre el Guadiana, para ir a encontrarme con mujeres que veían en mí no a una persona que iba a instruirles sino a una amiga con la que compartir la vida.

jueves, 23 de mayo de 2019

Yo estuve allí.


En este artículo pretendo unir dos universos dispares que, no obstante, la casualidad ha unido. Por un lado, felicitar a los alumnos y profesores del IES Donoso Cortés de Don Benito, por el espectacular trabajo sobre Auschwitz que han elaborado. Trataré más adelante de ello. Por otro, sobrecogerme ante la noticia resaltada en la radio de cómo la gente se hace selfies en dicho entorno. O sea, ¿vas al campo, te pones delante de un barracón donde gasearon a miles de personas, donde vivieron hacinados hasta morir de formas crueles, te compras una camiseta con imágenes del dichoso «pijama» y te haces la foto para decirle al mundo que estuviste allí? ¿Estoy exagerando o nos hemos vuelto locos? ¿La deshumanización es tan tremenda que sólo vemos un lugar y no un ámbito en el que el sufrimiento aún debe palparse en el aire?
Jamás he querido pisar un sitio así. Respeto a quien lo hace y veo la tarea realizado por esos chicos de instituto muy interesante porque realmente pienso que no debemos olvidar hasta qué punto el odio puede llevarnos a ser salvajes. Hay que luchar contra esas peligrosas teorías que dicen que esos campos son un montaje y que aquello no ocurrió. Tampoco me cabe en la cabeza que podamos dudar de ello, pero de todo abunda en la viña del Señor y la desinformación es muy mala. Incluso conociendo la Historia, quienes lo visitan regresan apesadumbrados. Un amigo me decía hace poco «Hay que verlo. No es igual mirarlo en las películas que pisar ese suelo» Y será verdad, pero en serio que no necesito acudir a un campo de exterminio para creer. Sufro bastante con mi profusa imaginación. Por eso, me parece más sorprendente lo de los selfies. Hacerse una foto de «Estoy aquí». ¿Podrás olvidarlo? Entonces ¿Para qué la haces? ¿Quieres compartir con el mundo lo atractivo o atractiva que eres en ese instante? ¿Te has parado a pensar en cómo te habrías sentido si te hubiera tocado a ti estar en ese mismo lugar, pero siendo un prisionero? Lo dejo a la reflexión. (No hablo de fotos; hablo de selfies, conste).
Ahora prefiero desmenuzar algunos de los datos de los estupendos paneles que los alumnos de los que antes os hablé han expuesto, primero a sus compañeros en el instituto y luego al resto de interesados, en el Museo Etnográfico.

Comienzan con el adoctrinamiento de la población alemana. En un cartel, se ve el horario de las chicas, en el cual las clases de geografía, canto o ciencia doméstica se alternan con las de estudio de la raza, higiene biológica y eugenesia – léase: Aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de las especies vegetales y animales. También un juego de mesa llamado Juden raus (judíos fuera), en el cual cada jugador debe conseguir seis sombreros dando ideas de cómo expulsar a los judíos de una ciudad amurallada. Un entretenido monopoli, vamos.
Siguen los datos contándonos cómo en Auschwitz fueron asesinados 1.100.000 personas entre judíos, polacos, prisioneros soviéticos, gitanos, homosexuales, testigos de Jehová, etc. (Esto igual debería contar para que los israelitas actuales no monopolicen el exterminio y lo consideren una justificación del que ellos practican ahora con los palestinos. Lo cual deja en entredicho la idea de que de la Historia se aprende, por más que me duela)
Sobre las condiciones de vida, habitabilidad, enfermedades contraídas, torturas, experimentos salvajes, gaseado, etc, voy a pasar de largo ya que lo doy por sobradamente conocido. De no ser así, acudid a las redes, que contienen abundante información.
Pero sí quiero recalcar los 4 pasos que ellos han diferenciado: prejuicio, discriminación, exclusión y exterminio.
Con los tiempos que corren, las ideologías que toman vuelo estos días y los campos de refugiados… ¡Pavor me da imaginar un paralelismo!
¡Que la sensatez nos dé fuerzas!





jueves, 16 de mayo de 2019

Mujeres matemáticas


Maryam Mirzajaní, matemática iraní, profesora en la Universidad de Stanford. El domingo 12 de mayo, se celebró en su honor el día Internacional de las mujeres matemáticas. Maryam falleció a los 40 años como consecuencia de un cáncer, pero en sus pocos años de vida dejó un legado impresionante.

Ella es una de las mujeres que consiguió ver reconocido su trabajo y ser premiada por él pero hay muchas otras que apenas se « han colado» en los resquicios de la memoria.
¿Damos el paso de conocerlas?

Hipatía. Hija de uno de los hombres más sabios de Alejandría y primer nombre femenino que aparece en la historia de las matemáticas. Es recordada por sus comentarios acerca de la obra de Arquímedes, y por haber remplazado a su padre en su cátedra en la escuela de Alejandría. Los habitantes de la ciudad no comprendieron que asumiera semejante rol y la vieron como una hechicera. Más tarde fue acusada de influir sobre el gobernador para ponerlo en contra de los cristianos. En el año 415 fue martirizada y asesinada por un grupo de fanáticos encabezados por varios monjes.


María Gaetana Agnesi. Milanesa. ( 1718- 1799) Destacó en Lengua, Filosofía, Teología y Matemáticas. Al parecer, ocupó la cátedra de matemáticas y filosofía en la universidad de Bolonia por designación del Papa Benedicto XIV. Pero el reconocimiento le viene de haber escrito sobre el cálculo diferencial, en un manual que se tradujo a numerosos idiomas y es considerado la obra matemática de autoría femenina más antigua que se conserva. Terminó sus días dirigiendo un Hospicio, lo cual no resulta extraño teniendo en cuenta su vocación religiosa.


Sophie Germain. Parisina ( 1776- 1831). Presentó su Memoria en la Escuela Politécnica (donde le habían denegado el acceso a las clases) bajo seudónimo masculino. El profesor que la corrigió quedó tan impresionado que quiso «conocerlo» y fue lo bastante amplio de miras como para introducirla en su círculo de investigadores tras descubrirse el engaño. Pero nunca tuvo una preparación formal pese a dedicar su vida al estudio de las matemáticas. Mantuvo correspondencia con Gauss, el gran matemático alemán, parapetada en su alias y aunque obtuvo el reconocimiento de muchos de sus contemporáneos, también encontró detractores a su trabajo. Realizó importantes descubrimientos en el campo de los números, la física, la acústica y, sobre todo, la elasticidad.
En 1830, Gauss, profesor en la Universidad de Gotinga, la propuso para el Doctorado Honoris Causa, pero su sugerencia fue rechazada. El reconocimiento le llegó varios meses después de su muerte.
En la actualidad,el Gobierno francés concede el Premio Sophie Germain al investigador que haya realizado el trabajo más importante del año en matemáticas.


María Andresa Casamayor de la Coma. ( 1720-1780) En la Biblioteca Nacional se conserva el tratado de aritmética que escribió, con 17 años, bajo seudónimo masculino, como no podía ser de otro modo. Trata de las cuatro reglas básicas y sirvió para que los estudiosos posteriores conocieran las monedas y los sistemas de longitud, peso y superficie que se aplicaba en España antes de que se impusiera el sistema métrico decimal. 
 
Emmy Noether. ( 1882 -1935) Alemana, de ascendencia judía. Diestra en los idiomas, aunque su pasión eran las matemáticas, a las que decidió dedicarse pese a la oposición de la sociedad de la época y de las diferentes universidades. Su contribución fue fundamental para la física teórica y el álgebra abstracta. Científicos como Einstein la consideraron la mujer más importante en la historia de la matemática y, no obstante, debió recurrir a sus alumnos para publicar muchos de sus trabajos. 
 
María del Carmen Martínez Sancho. (1901- 1995) Primera mujer en conseguir el doctorado y la cátedra de matemáticas en España, en 1928, y la primera pensionada por la universidad de Berlín para profundizar en sus estudios y aprender nuevos métodos pedagógicos. Trabajó en institutos de Madrid y Sevilla.

Creo que con esta recopilación he abierto una senda para tod@s los que estéis interesad@s. Buscar más y mejor es fácil. Internet es un pozo sin fondo donde indagar. 
¡No os resistáis!


jueves, 28 de febrero de 2019

Villandry y Carballo.

https://es.france.fr/es/valle-del-loira/articulo/el-castillo-y-los-jardines-villandry

Si visitáis esa página encontraréis uno de los más fascinantes castillos del Loira, en Francia. 
Para botón, una muestra: 


¿De dónde surge mi interés por dicho lugar aparte de su belleza? Pues porque tiene relación con mi pueblo, Don Benito ( Extremadura) , aunque suene sorprendente. 
Joaquín Carballo ( o Carvalho por sus antecedentes portugueses  o Carvallo por su afrancesamiento posterior) nació en Don benito, en 1869, en el seno de una familia acomodada. Estudió medicina con tanto interés que recibió una beca para trabajar en el laboratorio del que luego sería premio Nobel, Charles Richet. Allí conoció a una colega estadounidense, Ann Coleman, con la que tuvo enconados enfrentamientos debido a  la guerra entre EEUU y España. Pero como del amor al odio van dos pasos, ambos terminaron casados. No contentos con unir sus destinos, abandonaron la medicina y compraron un castillo del siglo XV con intención de restaurarlo. Y de esas siembras, estas cosechas. 
El castillo fue construido  por Jean Le Breton, embajador en Italia y luego consejero y secretario de Francisco I de Valois, Rey de Francia, sobre los cimientos de una antigua fortaleza conocida como “Colombier”. En 1754  el Château fue adquirido por el Marqués de Castellane quién efectuó  en la propiedad  numerosas  transformaciones. Durante la Revolución francesa fue confiscado pero   Napoleón  Bonaparte la compró para regalársela a su hermano José.
Villandry pasó a manos de Carballo en Diciembre de  1906 e inició  la restauración de las fachadas y del patio, obras  que durarían hasta 1924. Joaquín falleció ese año tras una operación en París y fue enterrado en la propiedad a la que tanto amó.
Otra gran aportación de este dombenitense   fue la creación de "Demeure Historique" una asociación cultural que promovió la apertura de los monumentos privados al público. Se puede decir que, en parte, gracias a él, visitamos y gozamos de tan bellos parajes. ¡Cómo para no estarle agradecida! 
 
Mi reconocimiento a Daniel Cortés, de Torres Isunza,  por  su investigación anterior sobre este insigne ciudadano de nuestra villa. Su trabajo me ha servido para elaborar el presente artículo, rematado por la omnipresente wikipedia. 


 

 

jueves, 13 de diciembre de 2018

Palabra de rey


Hector Berlioz comentó « El tiempo es un gran maestro; lo malo es que va matando a sus discípulos » y a mí me viene bien su cita para introducir este artículo sobre mi padre y su profesión, la de calderero. Un oficio del que ya poca gente conoce su existencia puesto que ha desaparecido al igual que tantos otros que en la niñez de los que rondamos los cincuenta aún nos suenan familiares. El tiempo, la modernidad, va «asesinando» tareas que ya no tienen sentido. Los utensilios se fabrican en serie, en fábricas, con materiales baratos y con rapidez. Lo de ser artesano, sudar al calor de una fragua o dejarte la fuerza a base de martillazos son imágenes del pasado.

Paradojicamente, he tenido que recurrir a mi hermano Diego para que me recordara los nombres del género que mi padre y él fabricaban, así como el de las herramientas y el modo de trabajar. Según creo, Manuel Lomba fue el último calderero de Don Benito, pero podría haberlo sido su hijo si hubiera sentido algún aprecio por el oficio, lo cual nunca fue el caso. No obstante, me ha parecido entrever una cierta nostalgia al recordar y darme detalles. Sería por lo joven que era cuando se dedicó a ello como aprendiz de mi padre.
Mi padre debió denominarse en realidad latero u hojalatero, según definición del diccionario, pero todo el mundo lo llamaba «el calderero». Quizá por ser la parte más dificil de su oficio. Según mi hermano, trabajar estirando el molde de lata hasta darle forma precisaba de una tecnica y una precisión enormes. Había que destemplarla en la fragua tres veces y después dar forma al caldero a base de martillazos hasta dejarlo liso y del tamaño requerido. En invierno debía dar gusto pero en verano debía resultar un suplicio.
Además de calderos, en el taller se fabricaban trébedes, anafres, anafres de pinchitos ( muy demandadas ), cocinas de hierro, braseros, sartenes, peroles, badilas, badiles, paletas para remover la comida… y un producto estrella llegada la Semana Santa , las latas de las bollas. Dudo que en los desvanes de Don Benito no queden latas de las que hizo mi padre. ¿Quién no fue a la tahona en algún momento de su niñez a hornear los dulces? Yo me moría de vergüenza cuando tocaba ir, pero qué remedio, allá que nos mandaba mi madre, con una en cada brazo. En las fotos con que nos deleita Diego Sanchez Cordero (Disancor) se reconoce a más de un dombenitense en plena faena, entre ellos mi hermana, con una pinta que nos arranca carcajadas cada vez que la vemos.
Otros articulos muy solicitado eran los canalones, esos que se ponen bajo el alero del tejado para canalizar el agua de lluvia. Puedo recordarlos alineados en el patio, soldados pieza a pieza.
Un trabajo menor consistía en poner estaño a las ollas que se agujereaban. Increible nos resultaría hoy llevar a arreglar una olla o un perol cuando se estropea, pero en los tiempos de los que yo hago memoria ( cómo se reirán los jóvenes si llegan a leer este artículo, y qué antigualla les resultará) se les limaba el roto y se aplicaba una capa con un estañador de carbón. Mi hermano me enseñó un vocablo que jamás había escuchado :lañador. Pero investigando he descubierto que ese apelativo se le daba a alguien, generalmente ambulante, que arreglaba cacharros con lañas, una especie de grapas metálicas, e incluía el arreglo de utensilios de barro y loza, pero mi padre sólo se dedicó a los de lata.
Volviendo a él, he reparado en un detalle que me ha hecho sonreír. Ambos renegamos del apellido Pérez. Al calderero todos lo conocían por Lomba (supongo que porque era la familia de su madre la que tenía el taller que él terminó heredando) y yo he preferido el Gallego para evitar las cacofonías de las e.
Mi padre empezó desde muy pequeño bajo la tutela de su tío Saturio ( era hijo de viuda y tenía que colaborar en los ingresos de la familia) y se jubiló ya operado de cataratas y cargado de dolores. Le tocó una época dura y difcil, sin apenas pisar la escuela y asumiendo muchas responsabilidades. Menos mal que le salvó su humor y sus ganas de disfrutar de la vida. Lo recuerdo acarreando chapas, dando martillazos, modelando hierros en la bigornia y cantando al calor de la fragua. Siempre con buena cara, siempre con una sonrisa.
Durante muchos años, desde su niñez hasta bien mayor, viajó por la provincia vendiendo sus cacharros. A las ferias de Zalamea y Campanario, primero en carro y en camión después, y a los mercadillos de Don Benito y Villanueva todas las semanas, dónde acudía en un cuatro latas (Renault 4) que compró cuando mi hermano cumplió la edad de conducir porque él se negó a aprender.
También vendíamos en mi casa, directamente en el taller, por lo que éramos una «puerta abierta» constante. No resultaba extraño que cualquiera llamara, sin importar la hora, preguntando si allí vivía Lomba, el calderero. Incluso después de fallecido, nos ha seguido pasando durante unos cuantos años. Llegaba gente del pueblo, de la provincia, y lo que más nos admiraba a sus hijos, de Madrid. En especial una familia gitana que adquiría candiles, calderos y trébedes en miniatura, que luego envejecían con óxido para hacerlos pasar por antiguedades. Los enviaban a sitios tan sorprendentes como Suiza o Estados Unidos.
Por último, quiero explicar por qué he titulado este artículo con esa frase que yo escuché como novedosa hace unos días ante la cara de pasmo de mi hermano Diego, que la tiene por conocida desde su niñez de oírsela a mi padre. Tener «palabra de rey» es no hacer descuento. El precio marcado era inamovible. Y a quien no le gustara, que se buscara otro vendedor.
Lo dije en una ocasión y me repito ¡qué pena que la curiosidad nos entre a una edad en la que ya no existen quienes la pueden saciar! Ahora asaltaría a mi padre con mil preguntas que , en su momento, ni se me hubieran ocurrido. Pero retomando a Berlioz, el tiempo mata a los discípulos. ¡Aprovechemos a los pocos que quedan! 
 
Reproduzco este artículo que escribí para el nº19 de la revista Caramanchos de Don Benito, presentada oficialmente el pasado 30 de diciembre,  porque cuento en él cosas interesantes que no podrán llegar a los que me seguís fuera de nuestra ciudad. Espero que os agrade.