"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 30 de junio de 2022

LA FELICIDAD ES ...

 

Escuchar los petardos de San Juan a orillas del Guadiana.

Tomar unas cañas con los amigos de toda la vida, aunque sea en un antro.

Paladear cualquier cosa de chocolate negro.

Desayunar con una persona que quieres.

Tener una conversación interesante.

Escribir.

Leer un libro que te absorbe.

Escuchar una canción con sentimientos.

Un encuentro después de mucho tiempo.

Un viaje en tren, allá a donde te esperan.

Cumplir un sueño.

Sentir en el corazón a la gente que amas, aunque alguna ya no esté.

Aceptar un rato chungo, esperando otro mejor.

Conocer personas que tienen mucho que ofrecer.

Saborear un helado de limón.

Los amigurimis.

Las cartas.

Comer rico. Mejor en buena compañía.

Brindar  con vino tinto.

Que alguien te diga que le gustas.

Que alguien te guste. 

Bailar.

Sentarse a mirar una puesta de sol en la playa.

Sentarse a mirar un amanecer en la montaña. 

 

Se pueden añadir intereses al gusto, degustarlos a tragos cortos y dejar que la sonrisa os llegue a los ojos. 


                     Feliz verano, mundo. 




jueves, 9 de junio de 2022

¿Es lícito?

 

La violencia se ha instalado en nuestras vidas con una naturalidad que asusta. No hablo de la violencia de robar a punta de navaja o de matar a alguien. Esa es, de por sí, imperdonable. Pero hay otros tipos de violencia que mucha gente no considera como tal. Pero lo son.

Hablo del derecho que algunos se arrogan de insultar a otros. Da igual que lo hagan en redes sociales ( un modo cobarde, por cierto) o en público. Son “ciudadanos” que consideran que dentro del sueldo de un político está el que le hagan una cacerolada al grito de “asesino”, “ traidor” o vilezas semejantes. Tampoco importa si no es un político sino alguien que trabaja para el bienestar de su ciudad y, sencillamente, los resultados no son del agrado general.

La mayor parte de las veces se acusa sin conocer el trasfondo de la situación, se miente arteramente, inventando noticias que se reparten como reales, sin llegar a buscar la verdad porque no conviene.

Hablo en primera persona de este tema, desde la tristeza de saberme objeto de malas lenguas; pero, con todo, no es eso lo que me trae a esta reflexión. Lo que me indigna es que, personas de bien, se dejen arrastrar por otras malintencionadas. Que defiendan sus argumentos con gritos, cacerolas e insultos. ¿Nadie les explicó que los argumentos pierden fuerza conforme aumenta la algarabía? La verdad se razona, se explica. No se enarbolan banderas y se sueltan escupitajos. No. La verdad, para empezar, no tiene dueño. Cada uno tenemos “nuestra” verdad y es complicado bajarnos del burro. Pero si las personas somos honestas, aceptamos escuchar réplicas a las acusaciones que hacemos, y luego decidimos si las aceptamos o no. El uso de la violencia es injustificable. SIEMPRE.