"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 24 de septiembre de 2015

Reseñando a Mercedes Gallego


No soy una comentarista de libros a no ser en privado , por temor muchas veces a ofender a la persona que reseño; bien es cierto que agradezco a los autores que me proporcionan una amena lectura su buen hacer y no es peloteo, simplemente considero que a todos nos agrada que se valore nuestro trabajo. Por norma, si leo un libro y no me gusta, no digo nada. Para gustos están los colores y yo no soy nadie para dar consejo a aquellos con los que no coincido en estilo o argumentos.
Sin embargo, esta vez traigo a mi blog una novela que acabo de terminar por otro motivo. Uno que me divierte sobremanera. Comparto nombre con la autora. Aunque me consta que a ella no le hizo gracia en un principio, en la actualidad mantenemos una “ Entente cordiale” y compartimos amistad en Facebook. Espero que esta reseña no la estropee. Me dicen que es persona con sentido del humor y con simpatía realizo estos comentarios.
Vayamos al grano.
He sido una lectora voraz de los títulos de Vázquez Montalbán y la inspectora Ramona Cano me trae al recuerdo a mi querido Pepe Carvalho. Capto paralelismos entre ambos personajes; su ambientación en una Barcelona post dictadura el uno y en época de transición de competencias la otra, que sirven para darnos una imagen de cómo los políticos andan a la greña, más interesados en anclarse en sus posiciones de poder que en resolver problemas, mientras los agentes de a pie lo que quieren es resolver el conflicto y son capaces de superar distancias para trabajar en conjunto, olvidándose de las medallas.
También coinciden en el “feísmo” ambiental, o sea, que son realistas describiendo a los personajes y sus sentimientos – como el desencanto de Pepe , quien pese a todo está lleno de humanidad; o la ausencia de instinto maternal en Ramona “hasta que le toca lo que le toca”. Los secundarios son de lujo. A Pepe lo cuida y aconseja Biscuter y a Ramona, Silvana. Son gente con mucho dolor a sus espaldas pero con corazón de oro y claras entendederas. Imprescindibles para armar la historia.
Creo que en “El asesino del ajedrez” lo de menos es la trama del asesinato. Se lee bien, con vocabulario sencillo y ágil. Refleja la sociedad de una época determinada, con una enjundiosa crítica al morbo que impera en los medios de comunicación, a los “poderes públicos” .. Se trata, ante todo, de una novela de personajes, de criaturas con experiencias tremendas, muy realista...Tanto que me quedo con ganas de más, pero como Mercedes ha tenido el tino de crear una serie – según reza en su portada - continuaré las andanzas y desventuras de Ramona Cano.
Os aconsejo que también vosotros le deis una oportunidad.

PD: Espero que la comparación con mi admirado V.M. no haya ofendido a la autora; en ningún momento pretendo dar a entender que su novela sea una copia de las otras; cada cual tiene su estilo y sus ideas , pero es difícil sustraerse a la imitación de los autores que nos influyen; yo no creo conseguirlo; por más que mis historias sean producto de mi imaginación estoy segura de que mi subconsciente guarda datos de mis múltiples lecturas.
Un saludo para Mercedes Gallego Moro. Y para vosotros, mis lectores, recordad siempre que ella trabaja la novela policiaca y yo, por el momento, me quedo con la romántica; histórica o contemporánea, pero romántica.

jueves, 17 de septiembre de 2015

"Sólo somos títeres"


Había llegado a esa conclusión hace mucho tiempo pero esta mañana, escuchando la radio, he decidido redundar en ello. Me come la moral ver las fotos de los refugiados ( sirios o no sirios, me da igual, tenemos el mundo lleno de ellos, kurdos, saharauis, subsaharianos...), contemplar como arriesgan sus vidas mujeres embarazadas, niños, abuelos; personas con ninguna categoría profesional y personas con carreras en sus países de origen. Gente como tú y como yo que , por desgracias del destino, les ha tocado ser protagonistas de un éxodo terrible que les aleja de sus hogares, muchos porque ya no los tienen, pero sobre todo, porque la muerte impera en sus calles. No la muerte de un asesino en serie, como en las pelis, o de un peligro eventual, no; la muerte sistemática, la de los fusiles indiscriminados ( comprados a nuestros países, no lo olvidemos), la de las bombas, los drones y otras pijerías que las grandes industrias se encargan de actualizar y convertir en objeto de codicia para asesinos que se llaman a sí mismo presidentes, o sea, dictadores.
Lo cruel es que esos dictadores negociaban – muchos de ellos lo siguen haciendo pero mientras no den la lata no son noticia – con países “civilizados” como los europeos y, por supuesto, con EEUU.
Hoy he escuchado que no conviene invadir Siria ( supongo que pesan las experiencias pasadas con Irak y Afganistán, que algunos nos preguntamos aún para qué sirvió si su población sigue en tan desgraciadas circunstancias como lo estaban antes) No se considera tal posibilidad porque hay tres partes enfrentadas, la del dictador, la de los insurgentes ( que apoyan nuestros queridos gobiernos, por lo visto preparando unos cuantos miles al año para que sean soldados “de verdad” pero se tardará un pico en montar un ejercito fiable) y los radicales del Estado Islámicos ( esos que tanto pavor nos dan por su fanatismo y que cuentan con el apoyo descarado de los señores del petróleo) O sea, que habrá destrucción durante años, hasta que no quede piedra sobre piedra y termine gobernando – a mí no me cabe duda – el tercer bando en discordia. Y luego no queremos que la gente de a pie se lance a la desesperada a cruzar mares, alambradas o lo que haya que atravesar...¡En su piel teníamos que vernos!
Protestamos, y con razón, de que ya padecemos bastantes males nosotros ( que se lo digan sino a la gente que malvive con un mísero paro, o sin él, con ayudas de beneficencias, y sin ellas) pero ¿ podemos quedarnos de brazos cruzados? ¿Podemos permitirnos ser tan insolidarios de no poner un techo y una comida caliente a esas personas que no tienen nada?
Lo que más rabia da es que somos los ciudadanos de a pie quienes nos sentimos dolidos, quienes nos prestamos a ayudar, mientras los gobiernos dirimen y gastan tiempo y dinero en discutir sobre qué hacer o cómo solucionar las cosas...No se recriminan lo más mínimo por haber sido potenciadores de esta coyuntura ni se plantean que lo siguen haciendo, que habrá más Sirias, más refugiados de todas partes del globo; porque mientras ellos juegan, o lo permiten a las grandes empresas de armamento, los desgraciados de turno querrán huir del terror. Y llegarán.
Ojalá nos seamos nosotros los que algún día también nos veamos huyendo. Ojalá ese temible enemigo contra el que poco estamos haciendo – por no querer o no poder – que es el Estado Islámico no decida que Andalucía les pertenece y nos hallemos haciendo el petate y refugiándonos en Francia. Hace unos meses yo me reía de ese comentario, pensando que mis conocidos andaluces exageraban al expresar su miedo...Hoy, me reservo la gracieta y reconsidero posiciones. Con gobiernos tan cobardes como los nuestros, escudando su poder en los que venden armas sin mirar la catadura moral del comprador , no se me ajusta la camisa al cuerpo.
Espero equivocarme. Deseo equivocarme.
Mientras, seamos solidarios. Por lo que nos pueda tocar.

jueves, 10 de septiembre de 2015

PARA MIS NUEVOS CONTACTOS

Disculpad que me autopromocione pero en vista de que se han sumado nuevos amigos a mi blog y mi muro de facebook he decidido darme un empujoncito literario, que no sólo del aire vive el hombre ( al menos no esta mujer).
La semana próxima prometo continuar con una de mis reflexiones acerca de ciertas situaciones odiosas que estamos viviendo en España y merecen su apropiada denuncia; pero mientras...Aquí os dejo a mis "chicas". Si no las habéis leído, dadles una oportunidad. Al menos os arrancarán una sonrisa. 


Dylan y su sobrino James mantienen una difícil relación a causa de infructuosos hechos acaecidos en su pasado y que tuvieron como última consecuencia que James fuera expulsado del colegio donde estudiaba. Para conseguir su readmisión, Dylan contrata a una profesora particular. Se trata de una chica española de carácter chispeante, dinámico y muy sexy que terminará robándoles el corazón a los dos MacDougall. Para Ana será un choque cultural convivir en un entorno fascinante con dos aristócratas, y le resultará imposible no crear también lazos afectivos con ellos, sobre todo con Dylan. Pero, aunque  no le importa su dinero ni su posición no confía en que un aristócrata pueda interesarse de forma sincera por una plebeya.




Axel Birminghan experimenta dos tipos de sentimientos hacia los suyos: gratitud y rabia.Gratitud por los que la acogieron siendo una pilluela en las calles de Londres, otorgándole la oportunidad de una nueva vida,y rabia hacia la única persona que la trata con desdén desde su infancia, el vizconde de Dermont. Él representa todo lo que ella detesta: frivolidad, desafecto y descortesía. Sin embargo , su llegada a Marion Hill cambiará drásticamente su plácida existencia.  Devont Hunt es un hombre frío y desagradable con la única persona que cree que es el origen de todos sus problemas, su "prima" Axel. Con lo que no contaba el vizconde de Dermont cuando volvió a Marion Hill era encontrarse con una belleza de ojos verdes que haría que todo su mundo se tambalease por completo.  Secretos y celos del pasado saldrán a la luz demostrando a Devont que nunca tuvo motivos para odiar a Axel y que, por el contrario, ella es un autentico REGALO DEL CIELO. 




En plena época de guerras e intrigas, una intrépida sajona tendrá que defender su hogar y su corazón de los asaltantes normandos. Lo que nunca imaginó fue que aquellos que le quitaron su mundo le ofrecerían un futuro fascinante en el que tendría que poner a prueba su astucia y valentía. 
Ella, sajona con sangre vikinga, él normando, leal al rey. Un amor que ninguno podrá detener pese a que un compromiso adquirido con anterioridad les pondrá a prueba. 
¿Conseguirá Lady Anne romper los lazos que atan a Wilem de Brion a su pasado?



A finales del siglo XVII, cuando España se descompone social y políticamente a causa de las intrigas, la pobreza y los incesantes ataques de la flotas corsarias contra las riquezas que provienen de América, Blanca de Guzmán se enfrenta a lo que parece su inevitable destino: un matrimonio concertado con un español del Nuevo Mundo. Sin embargo, ese destino sufrirá un revés cuando la fragata en la que viaja resulta abordada por un corsario que navega bajo bandera inglesa.
Dispuesta a gobernar su vida, Blanca escogerá el camino menos apropiado para una dama pero con el que logrará calmar su desmedida ansia de aventuras y libertad. 
Justin Mackane es un escocés que gobierna con  mano firme el Caronte. Oculta un pasado que le obliga a recorrer las aguas del Caribe con su ''Patente de Corso''  y un único objetivo en mente. No obstante, la irrupción en su vida de una española intrépida de fascinantes cabellos negros y ojos de  jade, hará tambalear su tranquila existencia hasta el punto de que la sangre vibrante de la castellana convertirá su realidad en un  infierno de placer y contradicciones al que será incapaz de resistirse.

jueves, 3 de septiembre de 2015

La fuerza de creer en algo





Este verano he tenido la ocasión de contactar con un grupo de personas a las que sólo conocía por referencias y fotos de Facebook. Tampoco es que hayamos intimado o nos hayamos convertido en grandes amigos, sin embargo, han logrado con sus actos lo que no me han transmitido con sus palabras. Se trata de unas cuantas personas que han decidido dedicar su tiempo ( libre y no tan libre) a promocionar las relaciones humanas entre los habitantes de mi pueblo, Don Benito. Para los que me leéis fuera de Extremadura , somos una población de cerca de cuarenta mil habitantes, con un crecimiento económico bastante notable y un lugar de referencia para muchas poblaciones de alrededor. Nuestra historia más relevante fue recibir el título de “villa” por Felipe V, primer rey Borbón, tras posicionarnos a su favor en las guerra de Sucesión del siglo XVIII.
Pero me estoy desviando del asunto a tratar; os contaba que estas personas han creado una agrupación desde la que con escasos medios ( he visto fotos de cómo era la sede antes de mostrar su estupendo aspecto actual y no pasaba de cuatro paredes cochambrosas en un edificio antiguo) han conseguido con su trabajo personal adecentar un local, convencer a otros para que se asocien por una módica cantidad y han hallado patrocinadores para los gastos que la asociación conlleva. ¿Qué se hace con ese dinero? Se organizan encuentros, reuniones donde todos los socios están invitados, a comer una paella, a una caldereta...pero sobre todo, a reunirse para compartir, experiencias, risas y amistad.
Mantienen una página web a la que pueden acceder socios y no socios, un lugar de encuentro para los que viven en el pueblo y los que estamos fuera. Ha calado tan hondo y las relaciones se han hecho tan amplias que , habiendo un buen número de dombenitenses que emigró en los 60 y 70 a otras regiones, e incluso al extranjero, han convertido la página en un sitio donde mostrar antiguas fotos, rememorar viejos recuerdos, preguntar sobre objetos , revitalizar dichos propios de “los calabazones” - ese es nuestro apodo, por las calabazas que se ponían en las ventanas de los desvanes ( para nosotros “doblaos”)...
Toda esa actividad ha culminado con una memorable fiesta durante el mes de agosto. El año pasado se celebró en octubre, huyendo del calor, supongo, pero este año a petición de muchos “forasteros” que querían acudir aprovechando su estancia vacacional en Don benito se trasladó al 22 de agosto.
La virgen de las Cruces – aunque yo no sea creyente, imagino la “matraca” peticional de muchos que sí lo son - obró el milagro y tuvimos un día soleado pero con viento fresquito y pudimos disfrutar de barra libre, fiesta de la espuma, toro mecánico, juegos infantiles, actuaciones musicales autóctonas... Todo ello sin que se librara el menor altercado – y eso que la gente se puso” subidita” de alcohol a lo largo del día – gracias a la energía y disposición del mismo grupo de personas, los organizadores, que igual ponían copas que gestionaban la vigilancia del recinto y supervisaban que no faltara de nada.
Me consta que terminaron agotados, por el día en sí, los anteriores – hasta turnos de guardia nocturnos hicieron en el recinto porque no tenían para pagar un vigilante – y el posterior, en el que realizaron la “operación limpieza” puesto que el recinto fue cedido por el Ayuntamiento y debía quedar impecable.
¿Qué han ganado ellos? El agradecimiento de muchísimas personas que acudimos al evento, por supuesto. La difusión del grupo, también. Pero como no todos somos buena gente, no faltan los susurros por ahí de que “estos lo que buscan es lucrarse”; y da rabia. Porque difícilmente hay dinero que cubra tantos gastos y tanta implicación personal.
Yo, que he sido voluntaria en múltiples campos desde que tengo uso de razón, quiero dejar constancia de que SÍ hay hombres y mujeres que lo dan todo por recibir una simple sonrisa. Y entre ellos están, sin ningún género de duda, la directiva de “No eres de Don Benito si no eres calabazón”.
Con mucho cariño y reiterando las ya expresadas gracias, os saluda la socia número 32.

PD: Para los que os preguntéis a qué viene esto, que más bien parece una columna de un diario local, os digo que esa fiesta trascendió más de lo esperado. La persona que veis en la foto, una persona con discapacidad física, de más de 50 años, y gracias a la osadía de un magnífico amigo – que para eso los tenemos – se regocijó en un solo rato metiéndose en la espuma más de lo que el resto de asistentes con todos sus miembros en funcionamiento lo hizo a lo largo del día. Sólo por esa felicidad mereció la pena organizar una fiesta, aunque ella no sea más que una “calabazona” de adopción.