No
soy una comentarista de libros a no ser en privado , por temor
muchas veces a ofender a la persona que reseño; bien es cierto que
agradezco a los autores que me proporcionan una amena lectura su
buen hacer y no es peloteo, simplemente considero que a todos nos
agrada que se valore nuestro trabajo. Por norma, si leo un libro y
no me gusta, no digo nada. Para gustos están los colores y yo no
soy nadie para dar consejo a aquellos con los que no coincido en
estilo o argumentos.
Sin
embargo, esta vez traigo a mi blog una novela que acabo de terminar
por otro motivo. Uno que me divierte sobremanera. Comparto nombre
con la autora. Aunque me consta que a ella no le hizo gracia en
un principio, en la actualidad mantenemos una “ Entente cordiale”
y compartimos amistad en Facebook. Espero que esta reseña no la
estropee. Me dicen que es persona con sentido del humor y con
simpatía realizo estos comentarios.
Vayamos
al grano.
He
sido una lectora voraz de los títulos de Vázquez Montalbán y la
inspectora Ramona Cano me trae al recuerdo a mi querido Pepe
Carvalho. Capto paralelismos entre ambos personajes; su ambientación
en una Barcelona post dictadura el uno y en época de transición de
competencias la otra, que sirven para darnos una imagen de cómo los
políticos andan a la greña, más interesados en anclarse en sus
posiciones de poder que en resolver problemas, mientras los agentes
de a pie lo que quieren es resolver el conflicto y son capaces de
superar distancias para trabajar en conjunto, olvidándose de las
medallas.
También
coinciden en el “feísmo” ambiental, o sea, que son realistas
describiendo a los personajes y sus sentimientos – como el
desencanto de Pepe , quien pese a todo está lleno de humanidad; o
la ausencia de instinto maternal en Ramona “hasta que le toca lo
que le toca”. Los secundarios son de lujo. A Pepe lo cuida y
aconseja Biscuter y a Ramona, Silvana. Son gente con mucho dolor a
sus espaldas pero con corazón de oro y claras entendederas.
Imprescindibles para armar la historia.
Creo
que en “El asesino del ajedrez” lo de menos es la trama del
asesinato. Se lee bien, con vocabulario sencillo y ágil. Refleja la
sociedad de una época determinada, con una enjundiosa crítica al
morbo que impera en los medios de comunicación, a los “poderes
públicos” .. Se trata, ante todo, de una novela de personajes, de
criaturas con experiencias tremendas, muy realista...Tanto que me
quedo con ganas de más, pero como Mercedes ha tenido el tino de
crear una serie – según reza en su portada - continuaré las
andanzas y desventuras de Ramona Cano.
Os
aconsejo que también vosotros le deis una oportunidad.
PD:
Espero que la comparación con mi admirado V.M. no haya ofendido a la
autora; en ningún momento pretendo dar a entender que su novela sea
una copia de las otras; cada cual tiene su estilo y sus ideas , pero
es difícil sustraerse a la imitación de los autores que nos
influyen; yo no creo conseguirlo; por más que mis historias sean
producto de mi imaginación estoy segura de que mi subconsciente
guarda datos de mis múltiples lecturas.
Un
saludo para Mercedes Gallego Moro. Y para vosotros, mis lectores,
recordad siempre que ella trabaja la novela policiaca y yo, por el
momento, me quedo con la romántica; histórica o contemporánea,
pero romántica.