Algunos
hombres , por supuesto que no todos, en pleno siglo XXI no ha
aprendido que un monosílabo tan simple lleva un mensaje bien claro:
«no quiero que». No quiero que hables por mí, no quiero que
decidas, no quiero que me prohíbas, no quiero tener sexo contigo.
Muchos
maridos piensan que tienen «derecho de pernada» sobre sus esposas,
de ahí que las busquen en casa y se las tiren sin consultar si les
apetece o no; y si no les apetece, igual se consideran con derecho a
soltarles un bofetón, o a seguir en la escala de violencia,
dependiendo del tipo y de lo enfermo que esté.
Algunos
creen que si vas en el autobús o en el metro y consideran que
«estás buena», pueden aprovecharse del alboroto circundante y
apretarte el culo o sobarte un pecho; esos mismos consideran que
porque te estés tomando unas copas, luzcas ligera de ropa – a su
entender – y sonrías mientras te diviertes, «los estás
provocando». Lo cual les da derecho a «entrarte» con un ligoteo
fácil y ponerse pesados, y si les dices que no, lo más suave que te
adjetivan es de puta o zorra.
Hay
algunos que a violar lo denominan «ella no se resistió» ; no
cuentan con el pavor que da que un tipo con mas fuerza que tú, sin
necesidad de que lleve navaja o pistola, de un simple puñetazo te
parte una ceja o te rompe la boca.
Esos
hombres no deben tener madre, ni hermanas , ni primas; y si las
tienen, no les duelen. O las tratan mal.
Cansa
un poco lo de «están enfermos» . Por descontado que lo están;
como mínimo son cortitos e entendederas porque sino no se entiende
que a un NO le siga un avance por su parte, del tipo que sea.
Ni
hablar ya de los celosos patológicos que hacen la vida imposible a
sus parejas y las maltratan de voz y mano; que llegan al punto de
matarlas, incluso delante de sus hijos, y después se suicidan.
Joder, si no puedes vivir sin ella, muy bien ¡mátate tú! ¡Déjala
vivir! Esos no han aprendido que el verdadero amor es otorgar la
libertad a quien amas, te corresponda o no.
Ahora,
que parecía que las mujeres habíamos alcanzado cierta posición en
la sociedad resulta que no, que somos malas madres porque trabajamos
y los niños terminan en guarderías, malas ciudadanas porque les
quitamos el trabajo a los hombres, y unas zorras porque escogemos con
quien nos acostamos.
Quizá
habría que trepanarles el cerebro a esos «algunos» para meterles
en su estrecha mollera que las mujeres hemos alcanzado la mayoría
de edad hace algún tiempo. Además de enseñarles el significado de
un concepto tan sencillo con es el del respeto.
PD:
A las mujeres que ejercen la prostitución también se las viola en
muchas ocasiones, no lo olvidemos. También ellas deberían tener
derecho a decir NO.
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