"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 23 de noviembre de 2017

Si una mujer dice no, es NO


Algunos hombres , por supuesto que no todos, en pleno siglo XXI no ha aprendido que un monosílabo tan simple lleva un mensaje bien claro: «no quiero que». No quiero que hables por mí, no quiero que decidas, no quiero que me prohíbas, no quiero tener sexo contigo.
Muchos maridos piensan que tienen «derecho de pernada» sobre sus esposas, de ahí que las busquen en casa y se las tiren sin consultar si les apetece o no; y si no les apetece, igual se consideran con derecho a soltarles un bofetón, o a seguir en la escala de violencia, dependiendo del tipo y de lo enfermo que esté.
Algunos creen que si vas en el autobús o en el metro y consideran que «estás buena», pueden aprovecharse del alboroto circundante y apretarte el culo o sobarte un pecho; esos mismos consideran que porque te estés tomando unas copas, luzcas ligera de ropa – a su entender – y sonrías mientras te diviertes, «los estás provocando». Lo cual les da derecho a «entrarte» con un ligoteo fácil y ponerse pesados, y si les dices que no, lo más suave que te adjetivan es de puta o zorra.
Hay algunos que a violar lo denominan «ella no se resistió» ; no cuentan con el pavor que da que un tipo con mas fuerza que tú, sin necesidad de que lleve navaja o pistola, de un simple puñetazo te parte una ceja o te rompe la boca.
Esos hombres no deben tener madre, ni hermanas , ni primas; y si las tienen, no les duelen. O las tratan mal.
Cansa un poco lo de «están enfermos» . Por descontado que lo están; como mínimo son cortitos e entendederas porque sino no se entiende que a un NO le siga un avance por su parte, del tipo que sea.
Ni hablar ya de los celosos patológicos que hacen la vida imposible a sus parejas y las maltratan de voz y mano; que llegan al punto de matarlas, incluso delante de sus hijos, y después se suicidan. Joder, si no puedes vivir sin ella, muy bien ¡mátate tú! ¡Déjala vivir! Esos no han aprendido que el verdadero amor es otorgar la libertad a quien amas, te corresponda o no.
Ahora, que parecía que las mujeres habíamos alcanzado cierta posición en la sociedad resulta que no, que somos malas madres porque trabajamos y los niños terminan en guarderías, malas ciudadanas porque les quitamos el trabajo a los hombres, y unas zorras porque escogemos con quien nos acostamos.
Quizá habría que trepanarles el cerebro a esos «algunos» para meterles en su estrecha mollera que las mujeres hemos alcanzado la mayoría de edad hace algún tiempo. Además de enseñarles el significado de un concepto tan sencillo con es el del respeto.

PD: A las mujeres que ejercen la prostitución también se las viola en muchas ocasiones, no lo olvidemos. También ellas deberían tener derecho a decir NO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario