Mientras la primavera
desparrama sus colores por los prados del condado
Guilford, los normandos traen sangre y fuego sobre nosotros.
Guillermo el Conquistador se está apoderando de Inglaterra y dejando
a los sajones sin su tierra y sus tradiciones. Mi nombre es Anne,
lady Anne para quienes me sirven.
Después de sufrir un infierno
de tres días en
un matrimonio de conveniencia, el opresor me ha librado de esa
adversidad, pero ha
traído otras.
Sigo sin ser
una mujer libre. Guillermo puede disponer de mi persona y mi dote,
además de despojar a mi hermano de su título y bienes. El asaltante
al que debo el placer de ser viuda y el horror de haberme vencido en
justa batalla se llama Willem. Es el hombre más atractivo que he
conocido
jamás y en sus brazos me siento poderosa.
Pero él...Tiene un compromiso.
Mi alma de guerrera se debate
entre el honor y el deseo.
Si
soy capaz de defender una fortaleza, usar la honda, el arco y la
espada...¿no conseguiré también romper ese
impedimento? ¡Mi
inteligencia debe servir para algo! Sin desdeñar que
cuento con la astucia de
Gladys, mi consejera y amiga, quien
por cierto, bebe los vientos por
Owain , el segundo de Willem.
Sirvo al mejor señor que un
vasallo pueda tener, el poderoso Guillermo, apodado “el
conquistador”. Unificará Inglaterra y convertirá esta antigua
tierra de vikingos en un reino regido por el orden y la paz.
Yo, Willem de Brion, formo
parte de ese proyecto desde mi juventud. Por ello, me he visto
recompensado con el afecto de mi rey, su confianza y su gratitud en
forma de alianza matrimonial con una joven de su familia. Mi
ambicioso futuro está sellado.
Pero mi vida se ha desmoronado
tras el asalto a una fortaleza sajona. Lady Anne me gana en
arrogancia y orgullo, desafía mi autoridad y rompe mis esquemas.
¡Jamás imaginé que un guerrero pudiera perder el corazón de no
arrancárselo el filo de una espada! Sin embargo, el mío no me
pertenece. Ahora es suyo. De la sajona de ojos verdes y cabellos de
plata.
¿Cómo vencer el dolor de
entregarla a mi señor como ofrenda para otro? ¿ Cómo ofender a mi
rey, rechazando a mi prometida?
¿Cómo puede pesar un
compromiso más que los muertos que olvidé en mil batallas?
Vencido, aguardo un milagro.
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