Lo
dicho, no quiero meterme en trigales ajenos, pero cuando algo me
impacta, sucumbo a la tentación y me muero por contaros mis
impresiones acerca de lo que veo o leo. En este caso se trata de
ambas cosas. Por un lado, estoy leyendo, aún sin terminar porque me
detengo a pensar en sus
párrafos ( no
es como con otro tipo de lecturas) "Patria” de Fernando Aramburu;
trata sobre la
realidad vasca. La actual, la de estos años en que se ha creado un
estado de paz contenida, en la que no se mata pero donde quedan los
rescoldos de ese miedo, de esa vergüenza, de esa ira...Me cuesta
conectar con casi todos los personajes, quizá porque no soy vasca,
ni nacionalista ni nada
por el estilo.
Pero ni aún poniendo empeño me imagino
marginando a mi mejor amigo
porque una panda de “...”
ha decidido
señalarlo como enemigo del pueblo vasco. Ni pagando la extorsión
dejan de verlo como un enemigo; ni siendo del pueblo de toda la vida,
ni hablando el mismo euskera que ellos...Es como si la mentalidad
etarra fuera simple y llanamente una dictadura basada en la sinrazón
( que lo es, claro, pero...¿y la de los vecinos de esos pueblos?) Yo
antes decía, es lógico que se callen, tiene metidos en sus propias
familias a los criminales,
pero...¿hasta el punto de cambiar tu pensamiento? Salva a tu hijo o
a tu hermano, que lo comprendo , pero ¿ justificarlo, aplaudirlo?
Eso hace la madre del protagonista etarra, aunque asesinen
al mejor amigo de su marido y esposo de su amiga de siempre. No lo
pillo, que me disculpe Aramburu y el resto de vascos pero no, por
mucho miedo que sintieran...¿La
cobardía es lo que prevalece
de
un pueblo que se tiene por el más fiero de la
península?
Igual me como esta reseña cuando acabe la novela, pero hoy por hoy,
estoy desconcertada. ¡Qué cantidad de odio! ¡Qué sinrazón! Me
estremeció la
reflexión de uno
de los hermanos
del etarra que dice: JM
no veía dentro del uniforme a la persona que gana un sueldo, que
tiene una esposa e hijos...Y
en otra, es él mismo quien reflexiona :
A mí me mandan que ejecute a fulano y lo ejecuto sea quien sea. Su
misión no era pensar ni sentir, sino cumplir órdenes.
¿Esos eran los miembros de la orgullosa patria vasca? ¿Robots
asesinos? Menuda patria hubieran montado de conseguir una Euskal
Herria
libre! Y
del papel de los curas vascos ni hablemos...espero que de verdad
exista Dios y algún día les juzgue.
Una
historia absolutamente contraria es la de “Mi nombre es Khan”.
Una película con
críticas tan dispares
como que se pasa de emotiva y creíble y otras como la de una madre
cuyo hijo padece síndrome de asperger, igual que el prota, y afirma
que Shahrukh Khan lo
borda. Para mí también lo borda, la verdad, pero sobre todo es una
historia de superación personal y de alegría,
de optimismo acerca del género humano, siendo no
obstante un
pedazo de dramón.
A
través de
los
pensamientos de Rizwan pasas de la risa al llanto con una facilidad
pasmosa. Desde
su punto de vista parece
que
los humanos nos hubiéramos empeñado en convertir el mundo en un
lugar sórdido cuando en realidad es hermoso; no
existen las razas ni las religiones, sólo las personas.
Ese
lema
se lo enseña su madre y él
lo defiende
como
un mantra,
truene o llueva...Rizwan pasa
por mil calamidades sin perder la fe en el ser
humano ni en su
amor
por la mujer que consigue
robarle
el corazón y
que luego lo envía a una aventura despiadada, cegada
por el odio.
En
un momento donde la presidencia del país más influyente del mundo
está en manos de un loco vocinglero,
defensor de las
armas,
el racismo, la homofobia, alguien
que nos pone los pelos de punta, con la misma sensibilidad que
ciertos personajes de “Patria”, creo
que se debería reproducir en todos los canales del mundo esta
película.
Para
darnos esperanza. Que
buena falta nos hace.
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