En
breve, el 13 de febrero, se celebra el Día mundial de la radio. Me
han invitado a participar del evento y lo haré encantada porque si
un medio de comunicación ha formado parte de mi vida ha sido y es la
radio.
A
día de hoy no hay mañana que no me levante enchufada a las
noticias. Luego podré contrastarlas en otros medios – Internet o
papel - pero la primera vez me llegan al oído, con los cascos
puestos mientras desayuno, cocino o realizo cualquier tarea
doméstica.
Por
increíble que resulte, yo, que soy un tostón para los ruidos y
todos me molestan, si me despierto de madrugada me planto los
auriculares y vuelvo a dormirme como una bendita.
Los
fines de semana son los mejores. Me reconozco seguidora
incondicional de Pepa Fernández y su equipo; no hay sábado y
domingo que no amanezca al son de “No es un día cualquiera”.
Llevo tantos años colgada al programa como Pepa retrasnmitiéndolo.
He seguido sus concursos, sus entrevistas, sus esplendidos consejos
sobre libros...Disfruto con sus secciones culturales, sobre todo,
aunque hay algunas gamberras que también me hacen reír.
Impresionante Nieves Concostrina con sus “muertos”, Jose María
Íñigo con sus viajes o sus anécdotas, Andrés Aberasturi con su
sensibilidad… Para los que no conozcáis el programa, dadle una
oportunidad, a partir de las ocho y media.
Pero
además, no tengo sino retrotraerme al pasado para verme en el patio
de mi casa, jugando por las mañanas mientras mi padre escuchaba a
Luis del Olmo con su “Protagonistas”, o las tardes de verano
aferrada a la odiada costura, solo amenizada gracias a los discos
dedicados (¡ah, mi Bella sin alma, de Richard Cocciante !) y
las radionovelas de Sautier Casaseca, con las maravillosas voces de
Matilde Conesa o Juana Ginzo.
Me
gusta tanto la radio, incluso como elemento decorativo, que tengo el
placer de haber heredado dos bastante antiguas que lucen en mi sala
de trabajo de las que no me desprendería ni por todo el oro del
mundo. Espero , algún día, formar una colección (¡cómo envidio
la del Luis del Olmo!)
Entre
mis imágenes sentimentales siempre estarán las de mis padres
escuchando la radio, ya sea por diversión o para informarse.
Así
pues, quiero sumarme al homenaje que supone reconocer que este
maravilloso medio sigue siendo fundamental para muchas personas en
el universo.
Allá
donde no llegue una imagen, siempre llegará una voz.
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