En
ocasiones necesitamos un cambio radical en nuestra vida y así me
siento yo, como esa chica de la valla, a la espera. Aguardando bajo
un sol aparentemente luminoso que algo o alguien me recoja y me
traslade a otro entono. Mientras lo hago ( lo hacemos) disfruto del
sol en mi rostro, de la verde hierba bajo mis botas y el horizonte
limpio al que me enfrento. Pero aguardo.
Sé
que llegará algo que me apartará de la valla y me llevará a otra
dimensión.
Cuesta
romper con el lugar que amas, con la gente que te saluda cada día,
con los amigos que comparten tus momentos...Pero ocurre.
Lo
hacemos a lo largo de la existencia varias veces , unos más que
otros. Yo lo necesito AHORA; me urge sentirme lanzada a nuevos
proyectos, a mover mis trastos de sitio y decorarlos de un modo
diferente, a modificar hábitos que me han convertido en
rutinaria...Necesito como esos planes de cada 31 de diciembre que
escribía en mi diario: Este año que comienza iré al gimnasio y
adelgazaré, leeré esos libros que voy abandonando en
mi estantería, me esmeraré cocinando…
Mañana cumpliré 55 años.
Quizá eso lo explique todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario