El
mundo es jodidamente feo en ocasiones. Como cuando matan a un niño y
se pierden con él las posibilidades de qué podría haber sido.
Quizá un médico que salvara vidas, o un bombero, o un policía, o
un maestro...O un aplicado albañil, fontanero carpintero...¡Quien
sabe! Pero ahora eso ya no será posible.
El
MAL, así con mayúsculas, sesgó una vida. Y con ella sus opciones.
Mirando
esa fotografía que he puesto de cabecera he pensado qué hermoso
sería que todo fuera bello, que los humanos fuéramos capaces de
soplar por nuestros labios vidas nuevas , que levantaran el vuelo,
como esas hadas /mariposas del dibujo.
Por
desgracia, la vida es otra cosa. Es celos, sufrimiento, malicia,
envidia…
De
ahí que el ejemplo de la madre de Gabriel Cruz, Patricia, pidiendo
a todos que no demos muestras de odio me haya llegado al alma. Hay que
tener coraje y buen corazón para hacer esa petición cuando media
España aprovecha para fines más ruines y se desahoga despotricando
de la asesina.
Bien
sabe Dios que no la disculpo, pero hablar de ella mengua la figura de
Patricia. Esa es la que debemos imitar. Para que de nuestras bocas
salgan mariposas y no vomitemos tanta rabia, que lo único que hace
es ensuciar más el ,ya de por sí, oscuro mundo.
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