Me
caliento demasiado deprisa así que he pensado que este cartel me
venía de perlas.
Antes
de discutir de política, judicatura, o de por qué los «hijos
de» de la manada no merecen ser llamados hombres sino
animales...respiro. Y después razono.
Antes
de hablar de cómo me indigna que los políticos sean
incapaces de ponerse de acuerdo para modificar leyes que nos
perjudican a las mujeres ( violencia de género, diferencias
laborales) , los jóvenes ( educación) o los ancianos ( pensiones),
que sólo piensen en el modo de no perder su escaño y en seguir
manteniendo sus privilegios...escucho (
la radio )
Antes
de criticar el que las mujeres sigamos permitiendo que
pisoteen nuestros derechos después de que tantas miles antes de
nosotras lucharan por conseguirlos… Me
examino. Y decido que voy por el buen camino.
Antes
de escribir, abriendo mi corazón al respetable, siendo lo más
honesta posible, pienso. Aunque
a veces la pasión me puede y la imparcialidad se queda en el
tintero.
Antes
de herir …
Ahí sí que lo haría sin darme cuenta. Me considero incapaz de
hacer daño a alguien queriendo… excepto si pillo a los de la
manada, claro; a esos igual les daba una tanda de insultos
hirientes, o a los que maltratan, o a los que son incapaces de sentir
compasión; Siento
una rabia
inmensa por la negrura de su corazón. Siento
una tristeza inmensa por sus victimas.
Incluso
siento un
conato de pena por ellos, por vete a saber qué les hizo ser como
son, cobardes, inseguros. Debajo de la violencia suele haber mucha
historia, aunque eso no les disculpe.
Y,
por último, antes de rendirme...intento.
Sólo me rindo ante las cosas que no son
importantes . La lucha forma parte intrínseca de mi carácter. Y doy
gracias a mis genes por ello. Intento
que el mundo sea consciente de las injusticia. Intento luchar contra
ellas dentro de mis posibilidades. Intento
ser coherente.
Intento.
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