¿Qué
fue de los cantautores? Así titula Luis Pastor su libro de memorias.
Un libro en el que todos aquellos que hemos cumplido los 50 nos
sentimos identificados: habla de braseros de carbón, de colegios en
los que se cantaba el Cara al sol y se llevaba flores a María, de
veranos interminables en el pueblo, en la charca, en las plazas, de
parroquias de barrio comprometidas, de curas obreros, de censura, de
prohibiciones… De lucha, reivindicaciones, de canciones protesta,
de pedir permiso para estar en grupos… de cárcel, de golpes, de
«grises» … Años gloriosos de esperanza e ilusión.
Habla
también de tristeza por lo que pudo ser y no fue.
Somos
una democracia, sí; consolidada, sí. Pero muchas promesas se
quedaron por el camino; muchos muertos se quedaron en las cunetas.
¿Qué
fue de los cantautores? Yo no conocí a muchos de los que él
menciona, pero sí a otros que siguen en la brecha: Mi por siempre
amado Luis Eduardo Aute, Silvio Rodriguez ( oyéndole cantar me
olvido de que es cubano y adicto al régimen; una licencia que me
concedo) , Joaquin Sabina, Joan Manuel Serrat… y tantos y tantos.
Pablo Guerrero , Paco Ibañez, Patxi Andión… ni sé que fue de ellos pero en su
tiempo les canté.
¿Qué
fue de los cantautores? «Aquí seguimos/ Cada uno en su trinchera,/
haciendo de la poesía /nuestro pan de cada día» dice Luis Pastor.
Quizá
pensemos que ya no son necesarios los cantautores, pero ¿ no será
todo lo contrario? En una época donde perdemos valores, donde nos
quitan privilegios ganados con el sudor de las huelgas y a base de
pancartas… donde las mujeres son juzgadas alegremente por su
supuesta «conducta alegre», quizá sean más precisos que nunca.
Una
guitarra, un poema, una denuncia… y ya tenemos cantautor.
«A
Luis, por lo mucho que me hizo disfrutar la otra noche»
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