La
Historia me resulta
apasionante de principio a fin. Lo malo es que la conocemos tan
fragmentada, nos llegan sucesos tan escogidos que, cuando topo con
uno desconocido y sugestivo se me hace la boca agua.Eso
me ocurrió cuando supe de la existencia de descendientes de
japoneses en Coria del Río, un pueblo de la provincia de Sevilla.
Para
los corianos no es ningún secreto, claro, pero que un amigo me envíe
fotos de una excursión por Andalucia donde aparecen elementos
japoneses alertó mi naturaleza curiosa. Y
así me enteré de lo
que ahora os relato a vosotros, por si os pica el interés también.
Al
parecer, en octubre de 1614 una notable
delegación,
con un samurái llamado Hasekura Tsunenaga a la cabeza, asomó por
el Guadalquivir para establecer relaciones comerciales con España
(potencia
hegémonica del momento para
fastidio de ingleses, franceses y holandeses)
y Roma. Fue
recibida
en Sanlúcar de Barrameda por
el
duque de Medina Sidonia, quien
la
trasladó a Coria del
Río a
la
espera de «hacer una entrada triunfal» en Sevilla, la
cual, según las crónicas, resultó tal cual se esperaba, un
éxito.
Sin
embargo, como a Hasekura lo que le interesaba era la corte, se
trasladó
a Madrid con un buen puñado de hombres.
Los que se
quedaron
debieron sentirse super a gusto porque, cuando la expedición regresó
con intención de retornar, siete años después, dijeron
que nanai. Se les sumaron otros cuantos que tampoco debían tener
muchas ganas de volver a Japón, lo
cual se entiende porque
la expedición resultó un fracaso. Según
se dice «bajo cuerda», lo que querían
comprar eran
buques y armas
pero ni el rey de España, Felipe III , ni el Papa Paulo
V, estuvieron por la labor de negociar con
ellos.
Entre
otras razones, el shogun Tokugawa acababa de prohibir el
cristianismo en Japón y decretado
la expulsión de los jesuitas, o sea que muy propicia
no resultaba la
empresa.
Ya
sabemos que,
en aquella época, lo de la religión se lo tomaban muy a pecho.
Bueno, y en esta también, ¡qué comentario más tonto!
Pero
vamos, que el pobre Hasekura regresó de vacío, eso sí, bautizado.
Ignoro si como condición sine
qua non
para
presentarse ante el Papa o por verdadera devoción. Sin
embargo,
como buen samurái volvió a darle cuentas de sus intentonas al
shogun y este no lo decapitó. Quizá
se apiadó de su mal aspecto porque lo cierto es que murió un año
después de algún tipo de enfermedad.
Para
los muy interesados, recomiendo la página
https://www.apuntesdehistoria.net/embajada-keicho/
Por supuesto, los que se quedaron en España se mezclaron con los andaluces , que
nunca hemos sido los españoles de hacer ascos al asunto de "pelar la pava".
Empezaron
a nacer corianos con ojos achinados y proliferó el
apellido Japón. Si
hacemos caso a La Vanguardia, en un artículo refiere que unos 400
corianos descienden de aquellos vínculos. No
está mal, en una población de casi
30.000 habitantes.
Aparte
de la habitual invasión de japoneses en forma de turistas, en 1992
una delegación acudió expresamente a Coria para regalar a la
ciudad una estatua de Hasekura y en 2013, el mismísimo príncipe
heredero de Japón visitó la localidad y plantó un árbol junto al
monumento. El equipo de rugby de la localidad se llama Samurais en
recuerdo de dicha visita ( cito a Wikipedia).
Si
me decís que este artículo no ha sido interesante...pues vale,
respetaré vuestra opinión, pero a mí me ha parecido un estupendo
regalo cultural compartir con vosotros mi apasionada investigación
como reinicio de temporada del blog.
Gracias
por leerme y bienvenidos a tintadreams.
Siempre es interesante aprender cosas nuevas.
ResponderEliminarGloria
El artículo es muy curioso y original Me parece muy interesante que nos descubras historias que desconocemos a través del blog, Merche. A mi me encanta descubrir cosas nuevas 😘😘😘
ResponderEliminarA mi tambien me gusta.
ResponderEliminarAngy
Jajajaja... conozco a alguien que te agradecerá que hagas publicidad de su pueblo. Besos.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros comentarios. Es un placer para mí retomar los artículos del blog y mantener contacto con todos los que me leeis. Espero no defraudar vuestras espectivas.
ResponderEliminarY tú, Juan Carlos, gracias por proporcionarme un atisbo de información. Saludos a tu amigo.