"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 11 de octubre de 2018

Con permiso de Carlos Goñi.


Odio la ensalada de verano y las luces amarillas que alumbran el extrarradio.
No soporto las tulipas de las lámparas que anidan en las mesitas de noche cada cuarto.
Odio las neveras donde nunca hay nada, aparte de agua del grifo en botellas de cocacola.
No soporto a la gentuza que tiene perro en invierno y en verano va a la calle porque sobra.
Odio a los violentos que golpean encubiertos por la ley a sus familias en sus casas.
No soporto los mosquitos ni las ratas y el olor a sucio del que no se lava.
Odio al que se juega sin escrúpulo ninguno su sueldo en una máquina del bar.
No soporto a los que acuden los domingos a la iglesia y luego el lunes son peor que Satanás.
No me gustan las cadenas ni los lazos. No me gustan las fronteras ni visados.
No me gustan los anzuelos ni las balas, ni la ley sin la justicia en el que manda.

¡Qué le voy a hacer ,si con razón o sin razón,
aunque tú me des la vuelta tengo el mismo corazón!

No soporto a los que dicen « la letra con sangre entra». Con la sangre yo no pienso negociar.
Odio a los torturadores, pistoleros y asesinos. Les deseo cien años de soledad.
¡No soporto a los que hablan, siempre a gritos, por el móvil nada más aterrizar el avión!
Odio a los gallitos de gimnasio porque siempre desprecian mi sudor.
No me gusta que me obliguen, sin brindarme explicaciones de porqué si o porqué no.
No me gusta ni que humillen a los toros ni la caza con hurón.
¡Qué le voy a hacer, si con razón o sin razón,
aunque tú me des la vuelta tengo el mismo corazón!

No soporto a los ases del volante que a volar a dos cuarenta le llaman su factor riesgo.
Me parecen reprimidos y egoístas porque exponen mi pellejo y tu pellejo.
No soporto a los perros de la guerra porque se corren disparando su cañón.
Odio a los discjockeys asesinos porque siempre me joden la canción.

Añadiría:
Odio a los que hacen del ruido su costumbre sin respetar a los demás.
Odio a los que ensucian el espacio ajeno y te miran con desprecio si les reprochas la verdad.
Odio a los que  educan a sus hijos sin valores.
Odio a los que presumen de chulos y se ríen de la humildad.
Odio a los que odian sin comprender cuán feo es el verbo odiar.


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