Se han puesto de moda las series
ambientadas en determinados momentos de la historia y creo que tienen
una parte muy positiva: nos culturizan. Vistas
desde una óptica crítica, puesto que no dejan de ser ficción, nos
muestran modos de vida distintos a los modernos, basados en una
estratificación social diferente, con unos hábitos alejados de los
actuales, con armas, vestimentas o utensilios que, por lo general,
están bien documentados.
Como docente no defiendo
aprender a base de series, pero sí usarlas
como estímulo para
grabar en la mente a través de la retina datos que, de otro
modo, los estudiantes no
asimilan por falta de interés.
Es más fácil conocer el impero
romano
con
Roma
,la cultura nórdica gracias a Vikingos
o The last kindom,
los revueltos tiempos de primeros del siglo XX en España con La
señora o la
preguerra civil con La
república. Por
no hablar de las históricas
Isabel,
Carlos rey
emperador o
The crown.Pienso
que el profesorado no debería ser pacato y lanzarse al ruedo de
recomendar (y visionar si no la ha hecho aún) esas y otras muchas
series que hacen más sencilla la comprensión de la intrahistoria de
todos los tiempos. Dinamizaría el resto de datos, que pueden llegar
a ser tediosos según qué planes de estudio
se sigan.
Para mí, que soy de mente
inquieta, esas series son un acicate para investigar después lo que
hay de falso y verdadero en ellas. Por eso, además de disfrutarlas,
aprendo. En la escuela
intenté transmitir a mis alumnas la importancia de no dar por válida
cualquier información y contrastar siempre.Invito a mis compañeros
de oficio a actual igual.
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