Los
que me seguís ya sabéis que formo parte del jurado que otorga el
premio Castelo a la trayectoria periodística y de la comisión
lectora del premio de periodismo Francisco Valdés. Es un honor que
la concejalía de cultura me ofrece y que yo agradezco poniendo en
valor todo lo que allí tratamos.
Este
año el asunto ha estado pelín controvertido con la modalidad A del
Valdés, la que premia a periodistas en activo, pero no es de esa de
la que quiero comentaros porque recibe sobrada publicidad en los
medios. Quiero contaros lo increíble que es premiar a chicos jóvenes
que presentan sus trabajos con una ilusión bárbara, que se
emocionan al recoger un premio como si fuera un Oscar, aunque sus
textos apenas vayan a obtener difusión. Es por eso que me comprometí
a darles visibilidad y os quiero contar.
Este
año, 2019, la modalidad juvenil ha recaído sobre Belén Jiménez
Postigo, de 19 años, estudiante madrileña de la Universidad Rey
Juan Carlos. Presentó y defendió valerosamente ante el público
asistente, su investigación “ La enfermedad del olvido: el
Alzheimer”. Nos contó cómo, sin tener en su familia la
problemática ni conocer a nadie con dicha enfermedad, se le ocurrió
investigar los por qué, cómo , dónde, desde cuando… Y se lanzó
a interpelar a profesores, profesionales de la sanidad e incluso
neurólogos de prestigio. Que alguien tan menudo expusiese con
semejante pasión sus descubrimientos, nos alentó a los demás a
creer en el futuro de la juventud, a confirmar la idea de que el
periodismo, aún con los avances que los tiempos imponen, está vivo
y coleando. Que esta gente no va a permitir que el derecho a estar
informados se nos coarte. Porque si brillante fue Belén, no se
quedaron atrás sus compañeras de audiovisuales, las extremeñas
Cristina Sánchez e Isabel Quijada Hernández. Ellas presentaron “La
apuesta de tu vida”, un trabajo de denuncia de cómo las casas de
apuesta han inundado nuestras calles, nuestras vidas, y se han
convertido en algo tan natural como el mobiliario urbano. Lugares
donde acceden jóvenes que se convierten en ludópatas, una de las
mayores amenazas del futuro. Si ya es grave hoy , mañana será
tremendo. Gente enganchada a una máquina, a una pantalla que te
extorsiona sin que ni siquiera lo notes, una comedura de tarro tan
peligrosa que arruina vidas y economías. Puedes pillarlo en You tube
y te pasmará ver hasta qué punto han profundizado estas chicas en
el asunto.
Si algún editor me lee, que no lo dude.
Esta gente tiene gancho asegurado.
Para mí es un orgullo conocerlas.
Para mí es un orgullo conocerlas.
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