Dicen
que la curiosidad mató al gato. Yo diría que mató a la
ignorancia. Si estoy escribiendo este artículo es porque leyendo Las
lágrimas de Claire Jones,
magnífica novela de Berna
González Harbour
que recomiendo, supe que los cuáqueros habían estado
presentes
en España durante la guerra civil. Ya los conocía de cuando oposité para prisiones y supe que esta organización se encargó
por primera vez de acudir a las cárceles a consolar y alfabetizar a
la población reclusa en EEUU.
Desde entonces me cayeron simpáticos, pero nunca profundicé más.
Sin embargo, cuando leí de su presencia en nuestro país, me dije ¿qué pintaba aquí esa gente?E inicié mi investigación. Me sirvió
para darme cuenta de que no soy nada original y hay múltiples
artículos en prensa y libros que tratan del tema.
No obstante, como no sé si los que me leéis os habéis interesado
alguna vez por el asunto, os lo cuento.
Para
empezar, el creador de este movimiento( al que me apuntaría si no me
hubiera empecinado
en ser anticlerical)
debió
ser el primer pacifista de la historia. George Fox, inglés del
siglo XVII,
fue encarcelado varias veces por su negativa a tomar las armas. Un
juez, debido
a
su “temblad
ante la palabra del Señor", se
pitorreó de él y sus seguidores y los denominó “quake”,
o sea temblor, o sea cuáqueros.
De
ahí a reducir lo de la
Sociedad Religiosa de los Amigos a simplemente cuáqueros, solo hubo
un paso.
Después,
el movimiento se extendería por Estados
Unidos de la mano de William Penn ( Lo
tenéis todo en internet así que os dejo la libertad de curiosear.
Su
concepto del sentimiento y la experiencia religiosa es
espiritualista, individual y
se opone
al ritualismo. No
profesan
dogmas ni credos, no tienen
sacerdotes ni ministros de culto y tampoco templos. Para ellos la
única guía es la propia conciencia.
Declarados
antibelicistas, aparecen en España en 1937. Trabajaron
tanto en el frente nacional como en el republicano, aunque en el
primero eso de que la ayuda viniera de protestantes les hacía muy
poca tilín,
y en cuanto Franco ganó la contienda los largó sin darles las
gracias.
Su
labor humanitaria se extendió desde el sur de Francia al levante
español, y consistió
en procurar transporte, refugio, alimento, vestido, educación,
sanidad y seguridad a los niños desplazados y refugiados. Se
valían de los medios que les llegaban del exterior, pero
involucraban siempre a los propios españoles, pidiendo permiso para
actuar allá donde acudían y recabando su colaboración.
Muchos
republicanos les deben la vida al llevarlos al exilio.
Es
encomiable que no hacen ni hacían proselitismo de su fe. Ni
siquiera con sus propios hijos. ( Ya
se lo podían apuntar las numerosas iglesias del mundo).
En
1947 le fue concedido el Premio Nobel de la Paz.
En
la actualidad siguen proporcionando su
apoyo en países de América latina, en Asia y Oriente Próximo,
pero sobre todo, en África ( Ruanda,Burundi, Congo y Kenia) Sitios
siempre donde la gente sufre de necesidades y de olvido.
Además,
son
conocidos por su activismo social y han realizado campañas contra el
comercio
de esclavos,
los derechos de las mujeres, los presos o los homosexuales en
países donde las malas prácticas son comunes.
Como
cotilleo contar que gente
tan “guay” como Ben Kingsley, Judy
Dench, Joan Baez, James
Dean, Daniel Boone o Walt
Whitman lo son o lo fueron. Además de ciéntíficos, pintores y
presidentes americanos entre otras profesiones.
En
España,
descubrí que
tenemos mártir cuáquero
propio:
Cayetano
Ripoll, maestro, fue
ahorcado
en Valencia en 1826. ¡La
última persona ejecutada en nuestro país a causa de sus creencias
religiosas!
Ahorcada,
que no asesinada, pero
ese es otro cantar.
Espero
haber alimentado un hálito
de curiosidad en vuestras almas inquietas. La mía ha quedado
bastante
satisfecha.
¡Saludos
pacíficos desde el blog!
SUPER interesante, yo tambien he leido el libro.
ResponderEliminarTienen mi respeto y admiracion.
Angy
Muy interesante,voy a leer el.libro
ResponderEliminarJoan Baez me encanta y me interese por los cuaqueros y si es verdad todo lo qué ponen me parecen maravillosos.Me da miedo descubrir qué no sea todo así.
ResponderEliminarHola, me alegro de que te haya llamado la atención esta forma de vivir. Actualmente, hay un grupo de Cuáqueros que se reúnen en zoom desde la pandemia semanalmente. La reunión consiste en una hora de silencio compartido. No hay que ser cuáquero para asistir: yo llevo casi 4 años uniéndome todos los domingos y, ciertamente, nada de proselitismo.
ResponderEliminar¿Como puedo unirme?
EliminarYo también estoy interesada.
EliminarCómo se puede contactar con ellos?
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