Voy
perdiendo amigos por el camino. Amigos que ignoraban que yo existía
pero que forman parte indispensable de mi vida. Hace un tiempo se me
fue Carlos Cano y se me rompió un trocito de corazón; ahora me ha
dejado “si tu latido”, Luis Eduardo Aute. Y lo malo es que
ya tengo achacoso a Sabina, a Serrat, a Miguel Ríos… ¡Tantas
voces, tantas letras, tantas canciones que configuran instantáneas
de mi existencia! Tomo nota de que vamos teniendo una edad y de que
ellos, en su mayor parte, han cometido, ¡benditos sean!, todos los
excesos que han querido, pero ¡ag! ,no por eso duele menos vernos
privados de su presencia.
Aute
fue el cantautor de la denuncia más críptica. Ahí está su Al alba
para demostrarlo:
Si
te dijera, amor mío,
que temo a a la madrugada.
No sé qué estrellas son estas
que hieren como amenazas,
ni sé qué sangra la luna
al filo de su guadaña.
Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga.
Quiero que no me abandones,
amor mío, al alba.
que temo a a la madrugada.
No sé qué estrellas son estas
que hieren como amenazas,
ni sé qué sangra la luna
al filo de su guadaña.
Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga.
Quiero que no me abandones,
amor mío, al alba.
Su
abrázame:
Abrázame,
abrázame
Que
está al acecho el enemigo.
Abrázame,
abrázame.
Quiero
saber que estás conmigo
Para
asumir nuestra derrota
Sin
excesiva indignidad
Ante
esta orgía de patriotas
En
posesión de la verdad.
O
la fantástica Rosas en el mar :
Voy
pidiendo libertad
Y
no quieren oír.
Es
una necesidad
Para
poder vivir.
La
libertad, la libertad
Derecho
de la humanidad.
Es
más fácil encontrar
rosas
en el mar.
Sus
letras eran un refugio cuando te sentías vulnerable.
A
vivir, a vivir
Que
la vida no es medida
ni
porvenir
A
vivir, a vivir
que
este mundo fue un segundo
Del
devenir.
Si
todavía hay alguna bandera
que
tenga por patria ninguna nación,
Ay,
amor, es porque existes.
Aleluya,
aleluya
Quiero
que tus sentimientos sean puro mineral.
Polvo
de cometa al viento del espacio sideral.
Ay,
amor, ay, dolor,
yo
te quiero con alevosía.
Tus
manos, cuando me tocan
curan
mis heridas más invisibles, más invisibles.
Cada
vez que me amas es un milagro.
Pero
también era el poeta de la lujuria cuando te incitaba a pasarlo bien
en soledad.
Mi
mano ahuyentó soledades
tomando
tu forma precisa.
La
piel que te hice en el aire
recibe
un temblor de semilla.
Un
quieto cansancio me esparce,
tu
imagen se borra enseguida.
Me
llena una ausencia de hambre
y un dulce calor de saliva.
Dentro
Me
quemo por ti.
Me
vierto sin ti
y
nace un muerto.
O
en compañía:
Mi
boca, besando tus labios incendiados
se
dispone a beber en tu cáliz de polen y licor.
Y
entre zumos y zumbidos de olas y alas,
libidinosamente
libar el néctar de la flor, de tus mareas
lamiendo
la miel salada que te fluye y quema mi lengua,
que
vibra lasciva, entre savia y saliva.
Mojándolo
todo, mojándolo todo
Volando
por universos de licor.
Pero
siempre, siempre, fue un romántico, deseoso de sentirse amado ( como
somos todos):
No
me hace falta la Luna,
ni
tan siquiera la espuma,
me
bastan solamente dos
o
tres segundos de ternura
Quiéreme,
sin el mínimo pudor
Quiéreme,
con la insidia de la fiera
Quiéreme,
hasta el último temblor.
Termino
con la letra completa del que, he decidido, es uno de mis temas
preferidos: Anda.
Anda.
Quítate
el vestido, las flores y las trampas.
Ponte
la desnuda violencia que recatas.
Y
ven a mis brazos, dejemos los datos,
Seamos
un cuerpo enamorado.
Anda
Deja
que descubra los montes de tu mapa.
La
concupiscencia secreta de tu alma.
Y
ven a mis brazos, dejemos los datos,
Seamos
un cuerpo enamorado.
Anda.
Pídeme
que viole las leyes que te encarnan,
que
no quede intacto ni un poro en la batalla.
Y
ven a mis brazos, dejemos los datos
Seamos
un cuerpo enamorado
Anda
Dime
lo que sientes, no temas si me mata,
que
yo solo entiendo tus labios como espadas.
Y
ven a mis brazos, dejemos los datos
Seamos
un cuerpo enamorado.
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