Un
año más he «contemplado» la gala de los Goya. Admito que he usado
el verbo a propósito, porque el que me apetecería poner es otro,
pero bueno, ya he despotricado bastante en privado sobre el asunto y
no es esa crítica la que me trae hoy aquí.
Una
reflexión que me hago es , si se trata de dar a conocer el cine
español – seamos sinceros, de eso se trata, de que los
espectadores sientan ganas de ver películas que ni sabían que
existían – ¿por qué narices se acumulan las nominaciones sobre
seis o siete películas, a lo máximo diez? ¿Por qué no se reparten
las nominaciones y nos presentan el amplio abanico de posibilidades
que las pantallas ofrecen?
He
estado investigando cuántas películas se han estrenado en el 2017 y
no he tenido manera de saberlo pero sí que me he encontrado con una
pasada de títulos que, oye, ni idea . Y me las he apuntado, claro,
porque a mí me gusta el cine español. A
ver, me gusta «el buen cine español», que bodrios hay a mogollón,
pero igual que de otras nacionalidades.
Pasa
como con las series. Es asombrosa
la calidad que tienen muchísimas de ellas, y hay gente que, por el
hecho de ser nacionales, se niegan a seguirlas. Allá ellos, pero se
pierden verdaderas joyas. No todo tiene que ser Juego de tronos o
Outlander ( de las que soy super forofa, por cierto).
Me
desvío, que iba de cine, del de pantalla grande. También
se repiten los actores
nominados cuando hay ¡tantos y tantas! trabajando; y si no lo están,
peor. Que se repartan , por Dios, que vivir
de esa profesión debe ser
más que difícil. No
paramos de ver las mismas caras durante
una temporada y luego se desvanecen los pobres y parece que hubieran
desaparecido del mapa.
Incongruencias.
Según
Fotogramas,
la película más taquillera ha
sido Tadeo Jones, una de «dibus»; me
alegro, porque las
animadas son fantásticas y
tienen una cantidad de trabajo ingente que merece ser recompensado.
Al menos se llevó el premio a la mejor película
de animación. Pero la
segunda es Perfectos desconocidos, de Alex de la Iglesia ( que
además, también está
en el ranking en décima
posición con El bar ) y oye, ni media mención. Nos
tenemos que ir a la novena en
taquilla,
Verónica, para que esté
nominada, y así podría
continuar contando
situaciones
absurdas.
De que
lo más visto no tiene que ser lo mejor, no cabe duda. Pero entonces,
que hagan un Goya a la película
preferida por los espectadores. Porque, aunque yo no dude de que
Handia sea un peliculón...¿ a qué salas ha llegado? ¡Y ha
logrado diez premios de sus
trece nominaciones! Vamos,
que me pregunto con qué
criterios votan los académicos.
¡Menos
mal que ganó Coixet y su
librería! Y no voy a ser mal pensada y creer que ocurrió por ser
la «gala de las mujeres»...Sería para pegarles un tiro, porque
Isabel Coixet se lo merece de sobra, por esa y por las demás pelis
que ha dirigido.
Esperemos
que este año deje de ser el de las reivindicaciones y, de verdad, se
bonifique a más chicas para ofrecer sus trabajos, pero no por su
género, sino por todo lo que tienen que ofrecer, en este y en
cualquier campo laboral. Es
muy cansino tener que pedir la paridad en pleno siglo XXI, aunque si
hay que insistir, se insistirá.
Mi mensaje, con todo, es otro: publicitad mejor las películas
españolas. Repartid los premios y que nos entre verdadera gana de
acudir a verlas. Y, sobre todo, que no haya que vivir en las grandes
ciudades para ver cine español, que llegue a todas las salas.
Los que amamos el cine español merecemos esa oportunidad.
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