"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 10 de febrero de 2022

Noche de San Valentín

 

Miro tu ventana. La luz está encendida. Puedo imaginarte fácilmente, sentada en la chaise longue , en esa postura tan tuya de medio cuerpo tirado y las piernas en el brazal. Por la hora, estás viendo ese programa que te arranca carcajadas, de música de otras épocas y comentarios mordaces. Cachitos, creo que se llama. Aprieto los puños por no ser tu complemento, como antaño lo fuera.¡ Menudo imbécil! Tan cobarde como tú valiente. Tan oscuro como tú vibrante.

¡Qué no daría por esconderme en tu cuello y besar tu piel! Por estar sentado a tu vera, embelesado con tu alegría, contagiado de tu risa, hipnotizado por tu silueta. ¡Llevas un simple pijama de algodón y me gustas tanto como si vistieras ropa de fiesta! Porque no es tu imagen lo que se me clava en el alma al pensarte; es tu ternura, tu manera positiva de ver la vida, tu empatía con los que sufren, la pasión que le pones a cada gesto. Eres una persona especial y yo me alejé por miedo, por falta de agallas. Pensé que tu propuesta de vivir juntos acabaría con mi libertad y ahora me hallo preguntándome para qué la quiero. Me encadena la soledad y respiro el aire viciado de tu ausencia. Soy un preso. Un preso enfadado consigo mismo por estúpido.

Sin embargo, hoy he decidido que no quiero seguir manteniendo este destierro. Quiero sentarme en tu sofá, compartir las palomitas y reír con tu risa. He comprado una rosa, solo una, en gesto de humildad y amor eterno y subo las escaleras de tu bloque. Llamo al timbre con el pavor en las entrañas. Hasta que abres y me miras. Y miras la rosa. Y brillas. 

 

 Registrado en Safe Creative :
2202020398893  
Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario