"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 22 de mayo de 2025

UNA DE BINOMIOS


     Tengo ganas de despotricar contra el genocidio de Gaza, el festival de Eurovisión y temas por el estilo, pero ya lo he hecho tantas veces y es tan inútil, que opto por regalaros un binomio fantástico basado en dos palabras: japonesa y ahogado. Espero que os guste. 

 

    No estaba planeado. Aquello había empezado como un juego para superar la etapa de aburrimiento que llevaban Ethan y ella. Con la tontería de que parecía japonesa por sus ojos rasgados, se disfrazó de geisha con un kimono de Shein y se recogió el pelo con peinetas de carey de guardaba de su abuela. Se cruzó unos palillos del chino en el moño y ya estaba, disfraz conseguido. Ethan se tumbó en la alfombra como dios los trajo al mundo y estuvieron practicando posiciones que les llevaron al orgasmo una y otra vez. Pero al final se empeñó en probar la hipoxifilia. Cogió una de sus corbatas, se la ató al cuello y le pidió que tirara de un extremo mientras lo hacían. Todo fue bien hasta que ella se excitó tanto que dejó de pensar en él y tiró más de la cuenta. No vio su cara, ni notó sus brazos, apretándole con fuerza primero y lánguidamente después… Cuando quiso besarlo en agradecimiento por el éxtasis total, se topó con sus ojos claros abiertos como los de un besugo y su piel amoratada.

    Se levantó, noqueada. Y ahora ¿qué? ¿Cómo le explicaba a su familia que aquello había sido un accidente, que había ahogado a su niño mimado en el calor del sexo?

    Aterrorizada, se quitó la parafernalia de encima, volvió a vestirse y dejó un billete de 500 euros que sacó de la cartera de él con los palillos, que no olvidó guardar en la bolsa para tirar a un contenedor alejado, y salió de la casa sin cerrar con llave.

    Volvería en un rato, después de crearse coartada en cualquier bar y llamaría a la policía. Mejor pasar por cornuda que por viciosa y asesina.

 

 

 

 



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