"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 7 de noviembre de 2024

DÍAS DE LUTO

 

POR LA PAZ

POR LOS AFECTADOS DE LA DANA ( Y LOS QUE HABRÁ EN EL FUTURO, PUESTO QUE NO APRENDEMOS)

POR LA COBARDÍA DE LOS POLÍTICOS, SIN IMPORTAR LA IDEOLOGÍA.

POR LOS EXTREMISTAS DE CUALQUIER SIGNO.

POR PALESTINA, UCRANIA Y TANTOS SITIOS, QUE SON NOTICIA CUANDO INTERESA.

POR LAS PERSONAS QUE SUFRIERON Y MURIERON DEFENDIENDO LOS DERECHOS HUMANOS.

POR L@S ILUS@S COMO YO, QUE SIEMPRE ESPERAMOS QUE LAS COSAS CAMBIEN.


jueves, 24 de octubre de 2024

ALCÁNTARA MÁGICA

 

    La ciudad de Alcántara, en Cáceres, ha sido testigo, durante el fin de semana del 18 al 20 de octubre, de un histórico encuentro.

    Escritores/as de ambas provincias extremeñas nos hemos reunido para rendir homenaje a la gloriosa creación de la AEEX; gloriosa y algo loca, por parte de unos excéntricos — según opiniones «sesudas» de la época —autores de diferentes géneros literarios que, tras redactar un manifiesto palmario, fueron el germen de la actual asociación. Son algunos de sus nombres: Julián Rodríguez, Angel Campos, Pureza Canelo o Santiago Castelo.

    Me encantó conocer que la asociación nació de un grupo de irreverentes, de personas con capacidad para enfrentarse a las normas establecidas, para defender la libertad en la cultura, sin colores, sin obligaciones, con ganas de comerse el mundo neutro en que vivían y crear uno absolutamente libre. Para mí, la emoción de escribir y que los demás disfruten de mis letras es lo único que tiene sentido en este oficio; comprobar que lo mismo opinaron esas celebridades, me llena de orgullo. 

    Es imprescindible reconocer, además, la labor de la Editora Regional, íntimamente ligada a los miembros y al trabajo de la AEEX. Muchísimas obras han llegado al gran público  gracias a su tarea divulgativa. 

    Se ha tratado el asunto de la continuidad literaria de nuestra comunidad, pero no encuentro motivo para la duda. Hay numerosos ejemplos de gente joven y menos joven dispuesta a mantener alto el prestigio de las letras extremeñas; quizá no con la solemnidad que ahora ostentan y defienden ciertos miembros, sino con la creatividad que los nuevos tiempos impulsan. No podemos estar ciegos a las innovadoras formas de comunicación que se van introduciendo; lo importante es que tengan un sello de calidad. Considero que, del mismo modo que las letras de un cantautor pueden ser poesía, también podemos considerar las de un rapero: una poesía urbana, parecida a la de denuncia social, aunque cambien las formas.¿Dónde está la diferencia?

    El tiempo irá dando o no la razón a estas ideas.

    Ha sido impactante reunirnos en una localidad que, en tiempos pasados, albergó tres culturas (árabe, judía y cristiana), como nos cuenta Frank Baer en su interesante novela El puente de Alcántara; siglos después hemos convivido autores que cultivamos los tres géneros literarios: narrativa, lírica y dramaturgia. Estoy convencida de que, en nuestra obra, hay un poso de lo que esas culturas nos dejaron en herencia.

    Para finalizar, como guinda de un pastel, «degustamos» la presencia y la música de un poeta que concentra en sus canciones el amor por la tierra y los valores eternos: Luis Pastor. Nadie como él para colmar de belleza un congreso literario.

    Poco más se puede decir, dejando a un lado el placer de conocer compañeros/as del gremio, compartir copas y risas y disfrutar de un ambiente cargado de ilusión de futuro.

    No hay edad para las letras. Extremadura seguirá manteniendo alto el pabellón. Ya lo dice Luis en sus Memorias en verso:

...conmigo firmé un contrato

llamado «Fidelidad»,

sigo fiel y así será,

hasta que muera mi canto.



jueves, 10 de octubre de 2024

METERÉ EN UNA MALETA

 



Meteré en una maleta lo único que merece la pena acarrear:

tu mirada al escucharme, preñada de admiración;

tus besos, tus caricias.

Los ratos con los amigos,

las risas, las confidencias al calor del café.

Esas cartas que intercambiaba con mis niñas,

evidencias de sus gustos y deseos,

que me hacían añorarlas con locura.

Las serenatas de la pandilla

cada vez que cogía un tren a Badajoz.

El recuerdo de los rostros que amé y me amaron,

que son muchos.

Los crucigramas de mi padre, quizá,

y aquella cinta de Bosé que me compró.

Las manos y los ojos de mi madre.

No podré elegir ni un solo libro

porque son demasiados los que disfruté;

ni siquiera los míos merecerán la pena.

Y, cuando la cierre y emprenda el ineludible viaje,

notaré que pesa poco.

¡Todo se vuelve liviano

cuando nos enfrentamos al oscuro desconcierto

del futuro!

Pero erguiré la espalda y le saldré al encuentro,

satisfecha de este tiempo que viví.


jueves, 26 de septiembre de 2024

POPURRÍ DE SEPTIEMBRE

    Estoy de vuelta, un curso más ( disculpad mi mentalidad de maestra). ¡Qué poco han cambiado las cosas! Me resulta asombroso que los días pasen a semejante velocidad y, sin embargo, la realidad se mantenga estancada. Me fui de vacaciones dejando de lado a políticos gritones y mentirosos, con dos guerras en danza y una extensa lista de lecturas. Los libros se han leído. Los políticos, el odio, la intolerancia, la xenofobia, el racismo y demás m…...siguen ahí. Me encantaría borrarlos de un plumazo, pero son inmutables.

    Digo yo que si a mí me cansan, qué sentirán los que lo sufren.

    Entre mis lecturas del verano ha estado «El clan» de Carmen Mola, una novela que no necesita publicidad y menos la mía, teniendo a Planeta detrás. Soy seguidora declarada de Elena Blanco ( la protagonista de la serie, por si alguien no la ha leído) y, aunque esta historia es tan salvaje y apasionante como las anteriores, muestra un viaje de migrantes desde África a nuestras costas que todo el mundo debería leer. Yo lo incluiría en la lista de libros de lectura obligatoria en los institutos. Es imposible que una persona «de bien» siga manteniendo pensamientos racistas después de entrar en sus páginas.

    Por otro lado, a nivel personal, me siento optimista después de un verano extraño, confinada entre las paredes de mi casa, al abrigo del aire acondicionado, sin ganas de escribir. Renazco de mis cenizas y recuerdo que tengo tres novelas empezadas; que he publicado esta semana una preciosa historia, ambientada en Escocia; que participo de un taller de escritura como alumna e imparto otros como instructora y que las actividades culturales empiezan a moverse a mi alrededor. No sé si es mucho o poco; a mí, me basta.

    En ocasiones es importante recordar que, para ser feliz, no son necesarias grandes gestas ni que te toque la primitiva. Tener salud, amar y que te amen ya es una victoria.