"Si pudiera dormir rodeándote con mis brazos, la tinta podría quedarse en el tintero" (D. H. Lawrence)

jueves, 24 de septiembre de 2020

Carta Ganadora II Certamen Cartas de (des)amor Mercedes Gallego

 


Publicado el fallo en la Revista de Historia de las Vegas Altas , doy paso a la publicación de la carta ganadora del II Certamen que lleva mi nombre.

Los miembros del  jurado fueron : 

-Doña Mercedes Pérez Gallego, escritora de novela romántica, en calidad de Presidenta. 

 -Doña Yolanda Regidor Sánchez, escritora extremeña de novelas, que obtuvo en 2014 el XXX Premio Jaén de Novela.

 -Don Ángel Borreguero Carrasco, Filólogo. 

-Doña May Rodríguez Morales, autora dombenitense desde 2018 del Blog Literario  Los Libros de May.

 -Don Daniel Cortés González, asociado número 3608 de la Asociación Colegial de Escritores de España, Presidente de la Asociación Torre Isunzay Director de la Revista de Historia de las Vegas Altas.


De las 133 cartas presentadas, alcanzó el premio  la escrita  por doña Gloria Fernández Sánchez con el título de "Los ofrecimientos", bajo el seudónimo Federico Chams. 

 LOS OFRECIMIENTOS

Querido Rafael,

Estoy confundido y ansioso; sabes de mi perfeccionismo, de mi ligazón a las reglas morales. Pues bien, como masacrado por una bomba atómica saltó el muro que me contenía, el que me obligó durante años a gruñir cuánta desdicha me habían traído las mujeres. ¡Pobrecitas, si no me han hecho nada malo!

El nudo, simple y brutal, es que me he enamorado de ti. Hoy se pueden expresar así los sentimientos. Ha tenido que llegar esta época libre, en expansión, para liberar las bocas. Pero cuando arriba el instante, me pilla desarmado y viejo. Aun de joven, si no otra cosa, te hubiera entregado los músculos, la alegría, la voluptuosidad de un muchacho. Ya no.

Las otras ¿cualidades? que poseo, ya las conoces: mi amor a los libros, el divagar en los paseos sin fin para perseguir una idea, una sola, y consignarla en mis ensayos. Pero estás bostezando con esto, ya lo sé, no has de avergonzarte. No es el pensamiento lo que te emociona ni inclina, más bien lo asocias al tedio escolar, a la monotonía de las tardes con lluvia, sobre un libro forzoso.

Y, sin embargo, ¡serían factibles tantas alegrías! Solo necesito una mano que desee su recepción, la de mi ofrenda. Mi paciencia, mi escuchar tus problemas de hombre en plenitud, de tus noches laberínticas, que no he de juzgar, ni envidia alguna han de provocarme. Ciertamente, cuando fue mi turno, la rigidez del ambiente hizo imposible que me uniese a una bacanal que ya existía. No te asombre, nada es nuevo bajo el sol. Ahora quizá sea viable, al menos, que me proporciones las migajas del banquete, ya que nunca he sido a él invitado.

Claro está, primera cosa que te habrás preguntado, qué sucedería cuando me fueses infiel. Lo acepto. Es lo admisible. Lo único que te pido, por Dios, es no enterarme de que te has encaprichado de otro. ¿Me contradigo? Sí. Aunque intente posar sobre el hecho físico una mirada filosófica, me resultaría insoportable. Calla.

He ahorrado un modesto capital, eso he de entregarte, si lo apeteces. Una casa confortable, ya la conoces bien y de ella hablas maravillas. Allí cobijaría el amor que te siento, entre mis antiguallas, los cuadros que heredé de los míos, una chimenea encendida, el oporto.

Mi pequeño Rafael, si alguna vez, es mucho pedir, soy consciente de ello, me quisieras por mí mismo, no a causa de estos torpes ofrecimientos económicos, que te sustraerían de esos trabajos serviles; por algo mío, quizá esa infusión que te llevo cuando estás con gripe, esa palabra que te consuela, alguna flor que dejase sobre el embozo de tu lecho, antes de que llegues de tus fiestas de muchacho.

No habría hombre más rico, ni con más fortuna que yo. Me parecería que la luna se acerca como una bola de plata hasta los ojos, que las estrellas cantan, como en los cuentos infantiles.

Pido tan poco, estoy dispuesto a mucho. Al menos ¿lo considerarías? El instalarte a vivir aquí, conmigo, con esa sombra vieja que soy ya. Pero que te quiere hasta extraviar paciencia y cordura.

Piensa. Sueña. Decide. Todo lo mío es tuyo. Espero tu respuesta, casi sin atreverme a respirar.

 


Gloria Fernández Sánchez (Madrid, 1960)es licenciada en Derecho e Historia Antigua. Trabajó en prensa internacional y en diferentes excavaciones arqueológicas. Ha residido más de veinte años en distintos países de Europa, Asia y África (Indonesia, Alemania, U.K., Egipto, Suiza, Italia, Francia y Turquía). Hoy vive en Madrid, colaborando diariamente con Antonio Ferres, clásico de la generación del 50. El último libro de los dos ha sido conjunto.





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